Iván Helguera | El central de «Los Galácticos»
Hay que ser un jugador de alto nivel para mantenerse 8 temporadas en el Real Madrid, siendo titular en prácticamente todas y en posiciones tan comprometidas como central o mediocentro defensivo. Es el caso del protagonista del artículo, el cántabro Iván Helguera. Un jugador sin el nombre de otros, pero cuyo paso por el club resulto un completo éxito a la vista de los datos y el palmarés.
Iván Helguera llegó al Real Madrid en el año 1999, el último de Lorenzo Sanz como presidente del Real Madrid. No parecía el momento ideal para llegar al club de Chamartín, ni tampoco ese mercado parecía traer jugadores de demasiado nivel. Pero, como en el caso de Míchel Salgado, Helguera se convirtió en uno de las noticias positivas ese año. Mientras otros fichajes flagrantes como Ogjenovic o Balic no lograban destacar, Iván se hizo con un sitio en el centro del campo desde el principio. Si bien sus primeros meses no fueron igual de buenos que lo que vino después, que dos entrenadores diferentes le tuvieran como fijo en el equipo titular demostraba que no era un fichaje cualquiera.
El punto de inflexión en su carrera en el Real Madrid llegaría con Vicente del Bosque esa misma temporada. El salmantino introdujo un cambio táctico ante la mala situación del equipo, que había sido goleado por el Bayern en fase de grupos, iba fuera de puestos europeos en liga y eliminado de la Copa. Del Bosque optó por jugar con 3 centrales, pasando Helguera a jugar más retrasado y abandonado así su sitio natural. El cántabro era el «libre» de esos 3, ocupando esa antigua demarcación denominada libero durante muchos años. El cambio no pudo resultar mejor: Helguera empezó a liderar la zaga blanca tras las lesiones de Sanchís y Hierro, y culminó la temporada formando parte del once titular que ganó la octava Copa de Europa ante el Valencia.
A partir de ese momento, y salvo excepciones puntuales, jugaría siempre como central, aunque ahora ya en una defensa de 4. Helguera se adaptó a la posición, y aunque no llegó al nivel de los mejores centrales del mundo, logró asentarse en un puesto muy complicado en el Real Madrid. De hecho fue de los pocos que se mantuvo varios años en el puesto, viendo como pasaban acompañantes a su lado (Hierro, Pavón, Samuel, Raúl Bravo…). En su segunda temporada no solo mantuvo el nivel, sino que empezó a mostrar una notable capacidad goleadora impropia de un central. Ese año ganó su primera liga, y anotó 6 goles en la Champions. Ya no habría más cambios de posición: Helguera era únicamente central.
Su buen rendimiento le hizo hueco en la selección, debutando de la mano de Camacho y acudiendo al Mundial 2002. Famosas son sus lágrimas y su intento de increpar al linier del partido ante Corea del Sur. En el Madrid siguió siendo indiscutible y cosechando éxitos, en concreto una nueva Champions. Y otra vez, por supuesto, como titular. El central cántabro firmó una de sus mejores temporadas, siendo el segundo jugador del equipo con más minutos y mostrando su calidad con la pelota y solvencia defensiva en los partidos importantes. Si bien ya en sus inicios, y sobre todo en su temporada en el Espanyol, había mostrado sus condiciones, en el Real Madrid alcanzó el mejor nivel de su carrera.
La temporada 2002-2003 volvió a ser notable para Helguera, que anotó 6 goles en liga, uno de ellos el mejor de su carrera deportiva con un taconazo genial ante Osasuna, emulando a Di Stéfano. Una liga que se llevó el Real Madrid, y que significaba la segunda para el cántabro de las tres que acabaría ganando. Volvió a ser uno de los jugadores más utilizados del equipo y el mejor central con mucha diferencia. Mantuvo esa dinámica en la temporada 2003-2004 (la única en la que volvió a actuar en alguna ocasión esporádica en el medio del campo) aunque en esta ocasión la temporada se saldó sin títulos importantes. Helguera volvió a ser uno de los cinco jugadores con más minutos, y aunque su rendimiento bajó en la segunda vuelta, volvió a ser lo más decente de una defensa mermada por la marcha de Hierro y la ausencia de fichajes.
Su carrera iría un poco cuesta abajo en cuanto a rendimiento, pero siguió siendo un jugador importante durante tres temporadas más. Prueba de ello es que en la campaña 2004-2005 fue indiscutible con tres entrenadores diferentes, jugando 32 partidos de liga y anotando 3 goles. También hizo un gran gol ante la Juventus en Champions, pero no sirvió para pasar a cuartos de final y cerró la temporada sin títulos. Sería en la siguiente temporada cuando perdió protagonismo por primera vez, siendo suplente tras la destitución de Vanderlei Luxemburgo y la llegada de López Caro. Fue la temporada de la llegada de Sergio Ramos, acompañante habitual del cántabro hasta que dejó de jugar con regularidad en detrimento de Woodgate y Mejía. Fue la peor temporada de Helguera, con algunos errores importantes y jugando 19 partidos de liga, su cifra más baja en ocho temporadas. Y todo eso pese a renovar justo al inicio de la temporada.
Tras tres temporadas sin títulos llegó Fabio Capello al banquillo y Helguera estaba prácticamente fuera del club, perdiendo incluso su dorsal número 6 en pretemporada ante su inminente marcha. Pero el fútbol a veces es caprichoso y el central no solo no se marchó, sino que acabaría siendo un jugador mucho más importante de lo previsto. De estar descartado pasó a jugar muchos partidos como titular, en concreto 21 en la liga que se acabó ganando de forma épica. Capello le puso de titular en los dos partidos ante el Barcelona y también ante el Bayern en Champions, y sin ser el Helguera de temporadas atrás acabó su ciclo en el club ganando un título y sintiéndose de nuevo importante. El club le dio la carta de libertad para marcharse al Valencia poco antes de retirarse tras una exitosa carrera en el club blanco con 2 Champions y 3 ligas, además de 229 y 18 goles.
Puede que no fuera uno de los mejores centrales de la historia del club y también es cierto que no es un jugador excesivamente recordado. Pero Helguera demostró su nivel jugando ocho temporadas en el mejor club del mundo con la máxima exigencia en una posición muy complicada. Vio pasar centrales de más caché que duraron poco y no dieron el nivel, y tuvo el mérito añadido de adaptarse a un puesto que no era para el que se le fichó. No le vendría mal a la actual plantilla un jugador de su polivalencia.