Historia Blanca | Pedja Mijatovic, el hombre de la Séptima
No es nada fácil hacerse un nombre dentro de una plantilla formada por jugadores como Roberto Carlos, Raúl, Redondo, Seedorf o Šuker. Tampoco es fácil convertirse en emblema en un club por anotar un gol. El montenegrino lo consiguió, y logró pasar a ser parte de la historia del Real Madrid como uno de los grandes delanteros que han pasado por entidad blanca.
Predrag Mijatovic nació el 19 de enero de 1969 en Podgorica, Montenegro, antigua Yugoslavia. La península balcánica le vería crecer como jugador y como persona, pues allí se inició en el mundo del fútbol y desde los Balcanes emprendió su viaje hacia otra de las penínsulas europeas, la Ibérica. Con el Buducnost, el delantero comenzó a desarrollar su conocido instinto goleador, aspecto de su juego que no pasó desapercibida para el Partizan de Belgrado.
Pedja apuntaba a ser una de las grandes promesas del fútbol europeo, y desde España, el Valencia no dudó en hacerse con sus servicios. Con Pasieguito en el banco y Paco Roig al frente de la presidencia, el club ché se fijó en el balcánico, lo que le trajo al país donde lograría los mayores éxitos de su carrera deportiva. Pero estos no llegarían en sus tres temporadas en la escuadra valencianista, sino que lo harían en la capital, vistiendo la elástica del rey de Europa.
En Mestalla, sus números fueron cuanto menos importantes. Mijatovic anotó 56 goles en los 104 partidos que disputó. No tardó en ganarse a la afición del Valencia, convirtiéndose en uno de sus ídolos durante su estancia allí. En la temporada 1995-1996, su última en la capital del Turia, el montenegrino logró ser reconocido como el mejor jugador de la Liga. Sus destacadas actuaciones que despertaron el interés de Lorenzo Sanz, quien no dudó en convencer al futbolista de que su lugar estaba en el Santiago Bernabéu. Su polémico fichaje por 1.486 millones de pesetas se dice que fue el desencadenante de la animadversión valencianista hacia el Real Madrid.
Pedja llegó a la casa blanca con Fabio Capelo en el banquillo y un vestuario plagado de grandes futbolistas como lo estaba el de la temporada 1996-1997. Su elección de fichar por el club de las 13 Champions (6 en ese momento) se debió a que aquí iba a ganar títulos, como afirmó tras haberse quedado a las puertas de hacerlo en su anterior equipo. Y así fue. En su primer año como madridista, el ariete aportó 14 tantos indispensables para ganar la Liga, su primer trofeo con el club de Chamartín. Aunque su primera campaña fue buena, el momento álgido de su paso por la capital llegaría en el final de la segunda, concretamente el 20 de mayo de 1998.
Tras 32 años de sequía en el viejo continente, el Madrid tenía la oportunidad de volver a alzarse con la orejona. En el Amsterdam Arena esperaba la poderosa Juventus de Zidane, Del Piero o Deschamps entre otros, que se intuía como favorita para llevarse la final. Mijatovic no se encontraba con la plenitud física requerida en un encuentro de tal magnitud, pero, aun así, decidió formar sobre el verde. Lejos de ser una carga para sus compañeros, la decisión del balcánico resultó un acierto, pues en el minuto 68 de la gran final europea llegaría el momento más importante de su carrera deportiva. El 8 de los blancos recogía el rebote de un disparo de Roberto Carlos, recortaba hacia su pierna izquierda y batía a Peruzzi llevando la Séptima a las vitrinas del Bernabéu.
En este minuto
A esta hora
Tal día como hoy
Hace 19 años…
66' | GOL DE MIJATOVIC | Real Madrid 1 – 0 Juventus#CarruselOrejona pic.twitter.com/PWhPNMRftG
— Carrusel Deportivo (@carrusel) May 20, 2017
En esta segunda temporada, su papel sería más discreto en cuanto a cifras de anotación. El montenegrino logró 11 dianas en 26 partidos, pero su papel en la final de Ámsterdam hizo que esta se convirtiera en su campaña más destacada con la elástica blanca.
La 1998-1999, su último año en Madrid, se puede resumir como una temporada de luces y sombras. Pedja cosechó algunas buenas actuaciones y otras no tan buenas, anotando tan solo 7 tantos en los 32 encuentros que disputó. Aún así, el delantero iba a título por temporada, y antes de poner fin a su etapa blanca pudo conocer la sensación de levantar la Intercontinental. Finalmente acabó marchándose a Italia, eligiendo a la Fiorentina para pasar sus próximas 3 campañas. Su balance con el Real Madrid fue de 44 goles en 144 partidos (tanto oficiales como amistosos), una Liga, una Champions y un título Intercontinental.
Mijatovic volvió a España para militar durante una temporada en la plantilla del Levante, pero el punto final a su carrera como jugador lo puso en 2005 tras completar dos ejercicios en el Estrella Roja.
A pesar de haber regresado a su segundo país para vestirse de granota, su vuelta definitiva llegaría con la candidatura a la presidencia de Ramón Calderón en 2006. El exfutbolista se convertiría de esta manera en director deportivo del club en el que había hecho historia. Desde este cargo propició la llegada de importantes jugadores como Higuaín, Marcelo o Pepe.
El de Montenegro es historia del Real Madrid por su gol en la Séptima. Pero también lo es por su elegancia, su clase, su talento, su hambre de gol y por todo lo que aportaba al ataque madridista. Para Pedja Mijatovic, jugar en el Madrid “no se trataba de dinero, quería ganar títulos”, y el club de Chamartín era el mejor lugar para conseguirlos.
Fotos del reportaje: Real Madrid