Historia Blanca | La etapa de Sami Khedira en el Real Madrid
La especial atención que el Real Madrid pone en el Mundial es algo que se evidencia tras cada edición. James Rodríguez o Thibaut Courtois son sólo dos de ejemplos recientes de jugadores a los que la cita mundialista les catapultó al club blanco. Tras su gran participación en la inolvidable edición de 2010, Sami Khedira puso rumbo a la capital por petición expresa de Mourinho.
De padre tunecino y madre alemana, el de Stuttgart llegó al mundo el 4 de abril de 1987. Comenzó su carrera en los filiales del club que le formó y le vio crecer, el VfB Stuttgart. Ascendiendo categorías, el centrocampista llegó al primer equipo en el año 2006, temporada en la que junto a su equipo se alzó con la Bundesliga, debut soñado para cualquiera. En la entidad alemana permaneció hasta la temporada 2009-2010, donde se convirtió en una destacada promesa que no pasó desapercibida en Chamartín. Allí dejó 15 goles en 4 años, números cuanto menos llamativos para un centrocampista de vocación defensiva.
Su andadura con el primer equipo de la selección nacional, que comenzó a contar con sus servicios un año antes de recalar en las filas blancas, tiene bastante que ver en su llegada al Bernabéu. Antes, Sami había ido pasado por las categorías inferiores del equipo germano. El punto de inflexión con el que su carrera se convierte en internacional llega en el Mundial de Sudáfrica de 2010, edición que dejó buenos recuerdos a más de uno. Una destacada actuación en el torneo supuso el detonante para que el alemán recibiera la llamada de José Mourinho.
Cargado de ilusión, Khedira llega al Real Madrid en la temporada 2010-2011, donde durante 5 temporadas conquistó al menos una vez todos los títulos posibles a nivel de clubes. En la era Mourinho, el alemán se convirtió en un jugador indispensable para el técnico portugués, formando una inolvidable pareja con Xabi Alonso. A diferencia del centrocampista con mayor libertad y llegada que veíamos en la selección, el papel del teutón en el club estaba más enfocado a lo defensivo, papel con el que pudo aprovechar su prominente físico. El mediocentro era un “destructor del juego” del rival y su labor, aunque no fuera estética y vistosa para el espectador, era indispensable para el entrenador y el equipo. Con un equipo tan bien dotado ofensivamente, que el alemán se sumase al ataque no era necesario, por lo que su función debía ser frenar al contrario a la vez que crear juego.
En su primera campaña como madridista, el de Stuttgart se estrenó consiguiendo su primer título. La Copa del Rey conquistada ante el eterno rival fue una de las dos que acumularía en su etapa en la capital. La segunda llegó en la temporada 2013-2014, de nuevo arrebatada al FC Barcelona. Precisamente el Camp Nou fue el escenario del gol más importante de Sami Khedira con la elástica blanca. Este tanto que inauguró el marcador fue decisivo en la consecución su primera Liga (2011-2012).
El alemán fue parte del equipo que dio comienzo a la etapa dorada del Real Madrid en el continente, lo que le convierte sin ninguna duda en historia blanca. Y tras la Supercopa de España en la 2012-2013, llega el hito más importante del jugador en Madrid, la Décima. El centrocampista estuvo en el equipo titular de la final de Lisboa ganándose la confianza de Ancelotti tras haber estado apartado de los terrenos de juego durante meses. Ese mismo verano de 2014, el futbolista germano alcanzó el máximo reconocimiento posible a nivel de selecciones, se convirtió en campeón del mundo en Brasil. A la orejona le sucederían La Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes en el siguiente ejercicio, los que se convirtieron en sus dos últimos trofeos en el club de las 13 Champions.
A pesar de haber sido un fijo en la medular, la importante lesión de rodilla que sufrió en su tercera temporada de blanco le apartó del equipo y le convirtió en un jugador prescindible para Carletto. Su mejor campaña en cifras la cerró precisamente en 2013, con 4 goles y 6 asistencias. En números generales, su aportación fue de 9 tantos y 13 asistencias firmadas en 161 encuentros disputados; a lo que debemos sumarle el palmarés de títulos antes mencionado.
Sami no supo encontrar su lugar en el nuevo esquema que confeccionó el técnico italiano, y optó por marcharse buscando comenzar una nueva etapa en Turín. En la Juventus tuvo un papel importante durante su segunda y tercera temporada alzándose con importantes títulos, pero en la actual campaña, Sarri no ha contado con el centrocampista para su proyecto. Por ello, Khedira se ha visto obligado a buscar un nuevo destino que le ha llevado de vuelta a sus orígenes, a la Bundesliga. Recientemente se ha incorporado a las filas del Herta Berlín, club al que llega en calidad de “galáctico” y del que esperan un líder experimentado. De esta manera, con 33 años, el futbolista busca poner la puntilla a su carrera volviendo a ser importante y pudiendo aportar lo mejor de sí mismo sobre el verde.
Del Real Madrid, Sami Khedira guarda buenos recuerdos. Él mismo afirmó no olvidar su etapa como madridista, declarándose un gran fan del equipo a día de hoy. Al igual que hay clubes que se clavan en los corazones de los futbolistas, hay futbolistas que pertenecen a la historia de los clubes. Khedira fue parte de una plantilla que marcó el inicio de lo que iba a suponer un antes y un después en el fútbol europeo, y por ello, es parte de la historia blanca.
Foto de portada: Imago