Fayza Lamari: «Desde que Mbappé tenía 15 años sabíamos que acabaría en el Real Madrid»

10 septiembre 2025 - 13:55
Fayza Lamari, junto a Mbappé, durante su presentación con el Real Madrid.

David Ramos/Getty Images

Fayza Lamari, madre de Kylian Mbappé, confiesa cómo ve a su hijo. En una entrevista con L’Équipe, recuerda al niño soñador y reflexiona sobre la fama, lo personal y el coste de convertirse en una superestrella global

¿Se siente madre de Kylian cuando va al campo?: “Cuando lo vi dejar París, mientras le advierten que el PSG está más cerca de ganar la Champions que el Real Madrid, y él, con sus ojos de niño, nos responde: “Sí, lo sé, pero no importa, empiezo de cero”, ahí vuelvo a encontrar al Kylian que soñaba en su habitación. En el campo, cuando juega y no defiende, también reconozco a mi hijo. ¡Desde los 4 años no defiende! (risas). Pero cuando los aficionados lo animan o lo abuchean, ahí sí, pierdes a tu hijo. Él “pertenece” a todo el mundo, menos a ti. En realidad, a ese nivel, no tiene tiempo para nada más que el fútbol. Cuando realmente quieres dedicarte a esto con pasión, con seriedad, no hay mucho tiempo para el resto. No estoy segura de que yo habría querido vivir así, pero es su elección. Porque, más allá del balón, no tienes vida”.

¿Ser la madre de una estrella?: “No me gusta la palabra “ícono”. A veces me asusta, me entristece. Solo se habla de la fama, pero poco de las expectativas que genera y de todas las consecuencias. Así que sí, hay miedo, pero también alegría cuando veo el modelo que puede ser. Estoy más orgullosa del hombre en que se ha convertido que del jugador”.

Zidane: “Vi a Kylian reaccionar igual cuando conoció a Zidane. A los 14 años, me dijo: “Mamá, tocó mi chaqueta, no la lavo más”. Así que sé lo que puede significar para un niño. Cuando no son niños, me resulta más desconcertante».

Cristiano y Zidane cuando fue a Madrid con 14 años: “Empezó con Zidane, desde los cuatro años. Luego vino CR7 cuando llegó al Manchester y después al Real Madrid. También estaban Robinho, Ronaldinho… Con Cristiano, Kylian era portugués en su cabeza. Para él, era portugués. Iba a casa del padre de una amiga para ver los partidos de Portugal y apoyar a Ronaldo. (Risas). Estaba enamorado. Decía: “Soy portugués”.

Un hijo tan «poderoso»: “Una madre siempre protegerá a su hijo, no importa en qué entorno esté, ya sea en el Real Madrid o en un hospital de Bobigny. Una madre es una madre, aunque en este mundo puedes perder fácilmente a tu pequeño. Pero no es la fama lo que aísla, son los juicios. Lo que antes se decía en el bar, ahora se escribe en redes y se comparte millones de veces. No representa la opinión general, pero hace ruido. Lo que más nos molesta es que grandes medios, como el suyo, le den tanta importancia a ese ruido. Es como en los barrios: siempre se habla del 8% que hace cosas malas, y no se muestra al 92% que triunfa”.

Gestión del dinero como agente: Antes de Kylian, fuimos los acompañantes de Jirès (Kembo Ekoko). Estuvo tres años sin jugar en Rennes hasta que todo cambió tras su renovación. Cuando hablamos con la directiva de entonces para entender, nos dijeron que jugaba porque ya no era el que menos cobraba. Ahí entendí que no se trata de personas, sino de cuánto costaste o cuánto puedes generar. Así que, rápidamente, para que un club valorara a nuestro hijo, la única manera era que lo pagara caro».

Las decisiones de Mbappé: “Sabíamos desde que tenía 15 años a dónde iría. Así que, con su padre, solo estuvimos ahí para que llegara al Real Madrid. Cuando renovó con el PSG (en 2022), fuimos nosotros quienes le pedimos que se quedara. Es la única vez que intervenimos. Había mucha presión: te dicen que si se va, despedirán empleados, que hay problemas con los derechos de televisión, que es París, que está el nuevo centro de entrenamiento, los Juegos Olímpicos, el Mundial… Y el PSG estaba en buen camino para ganar la Champions. Al final, todo salió bien. Pero yo sabía que con la llegada de Luis Campos, las cosas funcionarían”.

Tiempo de calidad con Mbappé: “No mucho, los horarios son muy apretados. Cuando tiene tres días libres excepcionalmente, no le digo: “Ven a ver a tu madre”. Aunque estamos separados con su padre, intentamos pasar cuatro días juntos en Navidad. Y en verano, tratamos de tener cuatro o cinco días también. Salvo cuando hay un Mundial de Clubes. (Risas). Los únicos momentos de intimidad en la temporada son tres o cuatro horas así… Pero nunca estás realmente solo. Ayer le dije: “Sácate el carnet de conducir. Al menos estarás solo en tu coche”. No pudo sacarlo en París por temas de seguridad y organización».

La presión con su hijo: “No estaba preparada para eso. Tenía tanto miedo, no estaba bien. Desde su primer partido de Champions como titular con el Mónaco contra el Manchester City (octavos de final, ida, 21 de febrero de 2017), pensé: “¡Es Justin Bieber!”. Subí 22 kilos por el estrés entre ese partido y el traspaso al PSG (seis meses después). Ahora he aprendido a manejar esta vida. He comprado mi calma, tengo mi lugar para recargar energías cuando las cosas no van bien».

Kylian Mbappé celebra un gol al Manchester City en 2017 con el Monaco.
Stu Forster/Getty Images

La arrogancia: «Sí, tuve miedo. Ha habido momentos en los que fue arrogante, claro. Pero estás ahí para bajarlo a la tierra. Tomemos la conferencia de prensa con Francia hace un año, cuando respondió sobre el juego aburrido del equipo: “Lo que piense la gente me importa poco…”. Cuando vi el revuelo al encender mi teléfono después de la siesta, mi primera reacción fue querer reprocharle que no cerrara la boca… Pero me contuve. En ese momento, no estaba bien, también tiene derecho a decirlo. Algo que nunca ha hecho realmente. Tienes derecho a estar harto, a mostrar que eres humano, pero eso se malinterpreta. Desde pequeño, le piden su opinión sobre todo… Cuando dicen que cometió errores de comunicación… Bajemos a la tierra, no tiene un máster en gestión de crisis. Escuchen lo que dice, nunca ha usado un discurso vacío. Solo que la gente piensa que todo lo calcula».

La facilidad de Mbappé para comunicarse: “Kylian creció con sus abuelos cameruneses, que dominan el francés como nadie. Wilfrid dice que su padre podría ganar concursos de oratoria. Luego, creció en un entorno de adultos, con once tíos y tías, un ambiente culto, con mi hermana profesora y padres en el mundo del deporte. Mezcla eso con su cerebro, que no es como el de todos, y obtienes lo que ves en pantalla. A los 5 años, se sabía todo el repertorio de Aznavour de memoria… No es algo común. (Risas). Ahora está más con Tiakola”.

La llamada de Dembelé: “Se llamaron por teléfono, estaba contento… Porque su historia con París había terminado (en el verano de 2024). Un año antes, cuando el PSG le pidió volver rápido a los entrenamientos, me dijo: “No, no vuelvo, no puedo jugar”. Le dije: “Kylian, vas a darle vueltas”. Sabía que si se tomaba vacaciones, el PSG lo perdía por seis meses. Necesita jugar para estar feliz. Todo lo que son obligaciones y consecuencias fuera del campo, le gustaría evitarlas. Incluso el desfile por los Campos Elíseos en 2018, me preguntó si era obligatorio ir. Cuando lo ves, piensas: “Le gusta la luz”. Pero cuando puede evitarla, no va».

Tratar de copiar el proyecto Mbappé: “Me entristece. Quiero explicar cuál fue realmente el proyecto Mbappé: amor, juego, placer. Nuestra única exigencia era que tuvieran los medios para sus ambiciones. Como el padre de un niño que decide entrar a una prepa porque sueña con ser ingeniero”.

Los padres son víctimas del sistema del fútbol: “Los padres son víctimas de este sistema. ¿Cómo culpar a un padre que acepta 100.000 euros cuando la familia apenas llega a fin de mes? Sentémonos y protejamos a nuestros hijos, porque en Francia tenemos un verdadero semillero de talentos. En los centros, me gustaría que los educaran para ser hombres, no futbolistas. De ahí la compra del SM Caen».

Estudios de Kylian: “Nos engañó. En segundo de secundaria, estaba en Mónaco. Le dije: “Haz un bachillerato literario”. También podía hacer científico o económico-social. Leía mucho. Hoy lee menos, pero entonces leía de todo: cómics, novelas, mangas, biografías de grandes personalidades… Cuando llegó a Mónaco con sus libros, se burlaron de él, así que dejó de leer. En segundo, al planear su orientación, le preguntó a su profesora cuál era el bachillerato en el que no había que abrir libros ni cuadernos. Y añadió: “Porque mis padres quieren que saque un bachillerato, pero yo sé que seré futbolista, así que dígame cuál es”.

¿Va al estadio a verle jugar?: “Los veo por la tele, ya no aguanto los estadios. He pasado mi vida en el fútbol. Este año, veía a Ethan en la tele grande y a Kylian en el iPad. Miro a los dos, pero no voy. Si no, mi vida sería estar en las gradas. Y no ves el partido igual. Solo piensas: que jueguen bien, o nos van a destrozar. Entre el que apostó 200 euros y el exjugador convertido en comentarista que quiere destacar en la radio, es complicado. Me afecta, porque odio la injusticia…”.

Las noticias sobre Mbappé: “Cuando eres la madre de, no vives la misma vida que los demás. Cada dos o tres días, hay una nueva noticia. Puedes pasar de una noticia agradable a otra que desestabiliza, como lo que pasó en Suecia (el nombre de Kylian Mbappé fue mencionado por la prensa sueca en una investigación por violación y agresión sexual en octubre de 2024, un caso que fue archivado)”.

Amante del periodismo deportivo y del Real Madrid. Desde 2022 tengo el privilegio de poder cubrir al mejor equipo del mundo, siguiendo de cerca la actualidad del Real Madrid con dedicación y compromiso. El Santiago Bernabéu y Valdebebas, mis dos casas.

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