Euroliga | Pírrico triunfo frente OAKA en el Pireo
El Real Madrid ha logrado la victoria en Atenas tras un partido muy disputado en el que hubo tiempo extra para certificar la victoria. No, no estamos repitiendo la entradilla del último partido del Madrid en el OAKA, sino que la historia se ha repetido en el palacio de la paz y la amistad y los blancos han tenido que disputar cinco minutos más para poder celebrar su décimo triunfo en esta edición de la Euroliga.
Sin embargo, lo cierto es que hay poco que celebrar. Ni tan siquiera el primer gran partido de Nicolás Laprovittola con la camiseta del Madrid en la máxima competición continental (19 puntos, seis asistencias, 27 de valoración y una gran defensa sobre la estrella rival, Kostas Sloukas) es motivo de jolgorio ya que durante el partido en Madrid ha perdido a uno de sus jugadores más importantes: un Anthony Randolph que se tuvo que retirar al inicio de la segunda mitad tras sufrir una lesión que tiene muy mala pinta.
El partido empezaría con mucho más ritmo que el del OAKA pero con una anotación parecida. El Madrid encontraba más fácil lanzamientos que el martes pero los continuos fallos de Randolph impedían marcar distancias . Nada cambiaría en la segunda mitad del cuarto y pese al gran movimiento de balón, ambos equipos seguían fallando tiros en un cuarto en el que lo mejor se quedó para el último segundo con dos tapones consecutivos de Usman Garuba(12-12).
El desacierto en el tiro y las continuas pérdidas poco a poco iban haciendo mella y aunque el Olympiacos no estaba mucho mejor, el hecho de estar más acostumbrados a partidos cicateros permitía a los de Bartzokas distanciarse. Y es que tras un 8-1 de parcial las alarmas se encendían en un equipo blanco totalmente perdido (27-19, min.17).
Tras el tiempo muerto el Madrid reaccionaría y un 0-9 de parcial conseguido desde la defensa daba la vuelta al marcador. Aún así, Vezenkov lograba un triple que recuperaba momentáneamente la ventaja helena antes de que Llull respondiera también desde la larga distancia para dejar una mínima ventaja blanca al descanso (30-31) en un partido en el que los blancos eran conscientes de que debían mejorar mucho tras el paso por vestuarios si querían llevárselo.
Un parcial de 0-6 tras salir pondría una nueva maxima en el marcador pero entonces todo se volvería en contra. Spanoulis empezaría a dirigir a la perfección y para colmo Anthony Randolph se lesionaba(parece que de gravedad) y esto desataría por completo a Olympiacos que se aprovecharía del shock madridista para cerrar un 16-2 de parcial que volvía a colocar 7 arriba a los locales (48-41).
El cuarto entraría en su último minuto con un -8 y unas horribles sensaciones para los blancos pero tres triples consecutivos en las dos ultimas jugadas de este periodo y la inicial del último volvían a colocar por delante a los blancos (51-52).
El Madrid estiraría la ventaja de nuevo hasta los 7 pero 5 puntos consecutivos de Sloukas metía de nuevo a Olympiacos en partido y aunque los blancos volverían a estirarse a 6(63-69) el partido llegaba a su último minuto igualado. Pero un triple tras rechace de Sloukas volvía a meter a los griegos y el propio ex de Fenerbahce se encargaría de igualar la contienda a falta de 30 segundos después de que en la jugada anterior un triple de Carroll fuera anulado por tirar una décima tarde. Como si fuera una continuación del OAKA, en el Palacio de La Paz y la Amistad nos íbamos a la prórroga (69-69).
Un 2+1 de Tavares iniciaría el tiempo extra y un minuto después Laprovittola elevaría la renta hasta los 5 puntos pero dos jugadas consecutivas de 3 puntos colocaba de nuevo por delante a Olympiacos. Thompkins respondía desde el perímetro pero los de Bartzokas anotaban dos tiros consecutivos que les ponían por delante a falta de 2 minutos. El partido era una locura y Llull respondía desde la larga distancia. McKissic recortaba distancias pero entonces laso decidió hacer algo que pocos esperaban, darle la responsabilidad de llevar el balón a Nicolás Laprovittola y que fuese el jugador argentino el que se encargase de sentenciar desde el tiro libre el partido. Al de Morón no le temblaron las piernas y la victoria, una vez más, caía del lado blanco en la prórroga(82-86).