#Euroleague | Victoria ajustada ante el Khimki (79-74)
El conjunto blanco ha sumado su séptima victoria consecutiva y se mantiene invicto en Euroliga tras vencer al Khimki de Moscú por un ajustado 79 a 74. Causeur, con 13 puntos y 4 asistencias, y Carroll, con 13 puntos, fueron los madridistas más destacados del encuentro.
En el primer cuarto, Laso, de inicio, apostaría por un quinteto formado por Llull, Causeur, Taylor, Randolph y Tavares. Seis puntos consecutivos de Causeur, unido al desacierto exterior en el bando visitante, propiciaron un parcial inicial de 6-0 favorable a los intereses madridistas. Pero los rusos reaccionarían, de la mano de Gill y Bost, logrando recortar distancias en el marcador (8-5, min. 3). Si hay un aspecto del juego que siempre se demuestra en los instantes iniciales de partidos ante rivales de esta categoría en Europa es que la figura de Edy Tavares suele ser un factor decisivo como para que el conjunto entrenado por Pablo Laso logre endurecer su defensa y controlar el rebote sin excesivo desgaste, intimidando a pívots mucho más bajitos y móviles que él pero que languidecen debajo de los tableros.
Con un triple de Llull y un contundente tapón de Tavares, llegábamos al primer tiempo muerto del partido, justo en la mitad del primer cuarto, con una ventaja de seis puntos a favor del Real Madrid (11-5, min. 5). Tras un intercambio de golpes, en donde vivimos el primer gran duelo anotador, con Llull y Gill como protagonistas, el equipo blanco llegaría al final del primer cuarto por delante en el marcador (19-12, min. 10). Como dato interesante, indicar que en este cuarto, solo dos jugadores del Khimki lograron anotar: Gill y Bost, ambos con 6 puntos en su casillero particular.
En el segundo cuarto, con Campazzo, Carroll, Rudy, Felipe y Ayón en pista, el conjunto local se volvería a mostrar muy acertado de cara al aro y la diferencia se disparaba por encima de los diez puntos (34-21, min. 14). Pero tras un tiempo muerto solicitado por Bartzokas, el Madrid parecía haber entrado en cortocircuíto, perdiendo progresivamente el control del partido, fruto del desacierto y la precipitación. En estos instantes, con un Felipe muy superado, tanto en ataque, donde erró infinidad de tiros debajo de canasta, como en defensa, donde no lograba frenar a sus pares, el Khimki reaccionaría y con un triple de Crocker, situaba la desventaja en los cinco puntos (34-29, min. 17). Deck entraría a pista por primera vez en el encuentro en sustitución del capitán merengue pero la dinámica del partido no cambiaría. Después de un pique entre Campazzo y Bost, saldado con técnica doble para ambos jugadores, y una canasta sobre la bocina del alero argentino, llegaríamos al descanso con el partido todavía abierto (41-35, min. 20).
Tras el paso por vestuarios, dos triples de Mickey avisaban de que este no iba a ser un partido plácido para los chicos de Laso y que iban a tener que desplegar una notable versión para superarles (46-41, min. 21). Causeur y Randolph desde la línea exterior y Tavares bajo los tableros, parecían poner en duda tal afirmación, pero era solo un espejismo. Con un par de canastas de Jenkins y Gill, el Khimki obligaba a Laso a pedir tiempo muerto (51-47, min. 26).
Si el pasado jueves el equipo blanco, por momentos, humillaba vilmente a su eterno rival europeo, el Maccabi Tel Aviv, en su propia casa, en esta ocasión, como local y ante un rival inferior, no era capaz de imponer su enorme superioridad sobre el parquet. Esto es lo que hace grande a esta competición, la Euroliga, donde cualquiera, por muy mala trayectoria que lleve, te puede arañar una victoria en tu propio feudo.
A falta de diez minutos para el final, el marcador reflejaba la enorme igualdad vista durante el tercer cuarto (56-55, min. 30).
Momentos de dudas sobre la pista. Una antideportiva de Jenkins y un triplazo de Rudy apenas permitían al Madrid coger algo de aire y agarrarse al partido ante el empuje moscovita (60-60, min. 32). Laso decidiría mover el banquillo y dar salida a Campazzo y Ayón. Pero no sería ni el argentino ni el mexicano, sino un madrileño de adopción como Jaycee Carroll quien asumiría la responsabilidad anotadora, permitiendo a su equipo abrir una pequeña brecha en el marcador antes de afrontar el tramo decisivo del encuentro (66-60, min. 36). La aportación de Deck, especialmente en el rebote, también fue muy importante a la hora de no conceder segundas oportunidades a jugadores como Gill o Bost.
Pero si algo caracteriza a este equipo estas últimas temporadas es saber gestionar magistralmente bien los minutos finales de los partidos. En este aspecto, jugadores como Rudy, Ayón o el propio Carroll aportan intangibles que difícilmente aparecerán en las estadísticas. Precisamente el escolta americano sería otra vez el gran protagonista en la faceta anotadora del equipo, primero con un espectacular triple y después con dos tiros libres, para poner tierra de por medio en el marcador, obligando al Khimki a parar el partido (74-64, min. 38).
A falta de 30 segundos para la conclusión, un triple de Gill parecía volver a encender las alarmas (76-72, min. 39) pero la reacción soviética no sería suficiente y a base de tiros libres, la victoria se quedaría en Madrid (79-74).
Estadísticas completas del partido
Texto: Brais Iglesias Castro
Foto: ACB