#Euroleague | En el valle de invierno (88-93)
El CSKA se llevó este jueves la victoria del Wizink Center tras derrotar 88-93 al Real Madrid en partido de Euroliga. Otra vez agua, tras las derrotas contra Olympiacos y Barcelona, señal inequívoca de que no estamos en nuestro mejor momento. Uno de esos valles en la temporada, ese mes de diciembre tan habitual en los equipos de Pablo Laso. Pronto lo harán famoso en Twitter. De cualquier manera, resulta difícil resumir el partido sin entrar a valorar la actuación arbitral, pero vamos a intentarlo.
El desarrollo del partido tuvo una estructura similar a varios de los que ya hemos visto este año. Mal inicio, recuperación con un esfuerzo tremendo y bajón final que termina por hacer imposible la victoria. El Madrid no supo parar ciertas ventajas individuales que un equipo tan físico como CSKA tiene ante la mayoría de sus rivales de Euroliga. No fue tampoco el mejor partido de los rusos, intermitentes, algo normal a estas alturas de temporada, pero lanzados por un muy buen partido de Higgins y Clyburn, dos de esos jugadores que tienen ventajas contra casi cualquier par europeo.
El resultado puede explicarse casi exclusivamente observando la estadística del lanzamiento de tres, un arma clave en el basket actual y especialmente en el Madrid de Laso. Un discreto 36,4% de acierto, maquillado además en el último minuto con dos lanzamientos triples a la desesperada de Campazzo que entraron de la misma manera que pudieron irse fuera. Rudy Fernández, que se encuentra en un increíble momento de forma, fue el único jugador de campo que amenazó desde el perímetro. Así es muy difícil ganar a un equipo del nivel de CSKA.
El partido deja la sensación de que nos encontramos en un momento valle en la temporada. Hay varios jugadores fuera de foco, bien porque salen de lesiones bien porque no se encuentran en el mejor momento. Y la baja de Sergio Llull, que significa mucho en varios apartados. Jerarquía, puntos y agresividad en ataque se van al garete con la baja del base menorquín. Todo revuelto ha provocado que la rotación se nos haya atascado un poco, a pesar de que Campazzo o Rudy se encuentran en un momento dulce de juego.
En una semana el Madrid cede el liderato de ACB y de Euroliga, pierde contra tres rivales directos y deja una sensación de nivel de juego discreto. En fin, nada que no hayamos visto en años anteriores a estas alturas de la temporada. Después del año de la debacle de Milán, ya no nos va a volver a suceder lo mismo. En basket los títulos se ganan en primavera, y ése es el momento al que hay que llegar a tope. Sin dejarse llevar demasiado, la Copa se juega en febrero y el factor cancha de Euroliga es importante, pero sin dejarse demasiados jirones por el camino que luego eches en falta en pleno mes de mayo.
Y sí, voy a hablar del arbitraje en este último párrafo. Una posdata a la crónica. El arbitraje no ha tenido nada que ver en la derrota del Madrid, como tampoco habría justificado una victoria. Pero ha sido una auténtica calamidad. Una forma de destruir el ritmo del juego, de crispar los nervios de público y jugadores, de eliminar el juicio del reglamento haciendo de él una suerte de lotería, y un lamentable uso de las nuevas tecnologías. El trío arbitral ha conseguido hoy lo peor que puede sucederle a un árbitro, que nadie supiera qué iba a decidirse en cada una de las jugadas. Y eso la Euroliga tiene que remediarlo, y no va a hacerlo con el instant replay.
Texto: Israel Loranca
Foto: Euroleague