Entrevista Juan Antonio Corbalán | «Tuve la fortuna de haber tenido una segunda universidad en el Real Madrid»
David Torres / madridistaReal
Apenas faltan unos minutos para que sean las siete de la tarde y nos disponemos a recorrer escaleras y pasillos, como si de un capítulo de House se tratase, en busca de nuestro entrevistado. Se notaba ya que era última hora de la tarde y la afluencia de pacientes era baja. Por fin llegamos a la tercera planta del edificio y preguntamos en recepción por la consulta del Dr Corbalán Alfocea. Leyenda absoluta del Real Madrid Baloncesto, Juan Antonio Corbalán actualmente ejerce como especialista en salud deportiva.
Con tres Copas de Europa, una docena de Ligas y otro gran puñado de títulos tanto nacionales como internacionales, el ex base del Real Madrid en los años setenta y ochenta se ha ganado a pulso ser una voz autorizada dentro del madridismo. Su respeto y fidelidad al club de su vida nos lo demuestra en una sola frase: “Tuve la fortuna de haber tenido una segunda universidad en el Real Madrid”.
Para empezar, cuéntenos cómo fueron sus inicios en el mundo del baloncesto.
El minibasket se inventó en el sesenta y tres, cuando acababa de entrar en el Colegio San Viator. Allí todos los niños jugábamos al fútbol, pero de repente un día el cura nos dijo que se iba a hacer un equipo de baloncesto para niños, todo ello patrocinado por Coca-Cola. Formamos un equipo, nos presentamos a la competición escolar de Madrid, quedamos campeones y fuimos al campeonato de España. Allí nadie sabía jugar al baloncesto, algo que imagino que ocurriría en casi todos los colegios. Aprendimos todos casi a la vez.
Con apenas 15 años, Lolo Sáinz le fichó para el Real Madrid.
Fue un momento sublime. Nuestro colegio no jugaba en escolares, jugaba solamente en federados, de manera que nos enfrentábamos a Estudiantes, Vallehermoso, Canoe, Real Madrid… Contra clubes, no contra colegios. Ganamos el campeonato de Madrid en minibasket, y después en infantiles y juveniles ya contra el Real Madrid y Estudiantes. En mi primer año juvenil, ganamos el campeonato de Madrid y precisamente el Real Madrid quedó segundo. Y los dos fuimos al campeonato de España.
Siempre había ese rumor de que los que éramos muy buenos en los colegios y equipos menores, pues el Madrid fichaba de ahí muchísimo. Y a mí me fichó así a los quince años.
Por aquel entonces jugaba más de alero que de base, ¿no?
Sí, jugaba como alero, porque éramos el equipo de un colegio y no teníamos la estatura de los jugadores que tienen los clubes de baloncesto. Nuestros pívots medían 1,80 metros raspados, los aleros 1,73 o 1,74, y los bases 1,60, pero jugábamos muy bien, con un juego muy rápido y presionábamos mucho. Fundamentalmente éramos muy incómodos para los equipos convencionales y estructurados que tenían niños con proyección de futuro, muy altos pero que se movían mucho peor que nosotros.
“Siempre digo que tuve la fortuna de haber tenido una segunda universidad en el Real Madrid”
Juan Antonio Corbalán
El Madrid era un club donde se valoraba mucho el respeto a las normas no escritas y a la jerarquía dentro del vestuario. Siendo tan joven, ¿de qué manera consiguió congeniar tan bien con veteranos como Luyk o Brabender?
La clave fue, primero, la educación que te da el propio club cuando entras allí siendo un niño. Jugué un año en juveniles y a mitad del siguiente año en junior me incorporaron al primer equipo, aunque antes ya había jugado algún partido. Y bueno, como los hijos se educan por el ejemplo de sus padres que ven en su casa, nosotros nos íbamos empapando de lo que era el espíritu del club y de aquel equipo a través de los veteranos. Siempre digo que tuve la fortuna de haber tenido una segunda universidad en el Real Madrid.
Con tan solo diecinueve años ganas tu primera Copa de Europa frente al Varese en Nantes. Carmelo Cabrera comete su quinta falta personal y Ferrándiz apuesta por ti en el tramo final del partido en lugar del veterano Vicente Ramos. ¿Cómo lo recuerdas?
Bueno, no la gano yo, la gana el equipo, lo que pasa que en los dos últimos minutos del partido tuve que tirar los cuatro últimos tiros libres del equipo, que fueron los cuatro últimos puntos que nos permitió ganar de dos aquella final.
En los setenta comparte puesto de base con Vicente Ramos y Carmelo Cabrera. ¿Cómo era la competencia en aquel equipo?
Era una competencia muy alta pero era un problema más para Ferrándiz que para nosotros. Teníamos, más o menos, una especie de jerarquía entendida: Vicente Ramos era el más veterano y el base titular cuando yo entré, Carmelo Cabrera era el jugador que parecía tener soluciones para todo, un revulsivo, que le sacabas cuando las cosas iban muy mal, o también cuando iban muy bien, porque salía a dar espectáculo; y yo llegué allí a hacerme un hueco hasta que, poco a poco, fui entendiendo que, en realidad, el club me fichó a mí porque aunaba las características de los dos.
Era un jugador con capacidad para controlar mucho el juego del equipo, pero además era muy vertical y anotador, y hacía como la tarea de Vicente y de Carmelo. A los tres o cuatro años de llegar salió Vicente y entonces me quedé ya como titular y Carmelo como segundo.
¿Cómo era su relación con Ferrándiz? ¿Su carácter era tan complicado como dicen?
Sí, Pedro era un señor muy autoritario, y con un criterio muy de “las cosas se hacen como yo quiero que sean”. Él tenía sus razones, ya que era el entrenador, pero es verdad que a veces chocabas. Tenía una forma muy agresiva de entrenar, y a veces tenías algunos enfrentamientos con él, que no tenía sentido, porque era el que mandaba y tenías que obedecer. Pero eso anímicamente te dejaba huella. Y yo creo que también es de jugadores maduros entender que él está allí para hacer esa tarea y que cada uno la hace lo mejor que puede. Igual que tú juegas lo mejor que puedes, los entrenadores no tienen respuestas para todo, porque a veces pensamos que los entrenadores hacen las cosas solamente por capricho, sino que lo hacen porque no saben hacerlo de otra manera. Entonces también hay que intentar perdonarles esa forma de entender su trabajo.
“Era un jugador con capacidad para controlar mucho el juego del equipo pero además era muy vertical y anotador”
Juan Antonio Corbalán
Años más tarde Lolo Sáinz sustituiría a Ferrándiz como primer entrenador. ¿En qué se diferenciaba respecto a Pedro? ¿La faceta táctica ganó mayor protagonismo en el equipo?
Lolo Sáinz había sido un magnífico base. Era una persona mucho más analítica de lo que era el juego, mientras que Pedro tenía mucha intuición y era más estratega.
Lolo analizaba las cosas, veía las posibles soluciones a determinados problemas, y lo hacía con un criterio mucho más deportivo y con más conocimiento. En cambio, Pedro era una persona que estaba muy capacitada, había visto mucho baloncesto e intuía, de alguna manera, cuál era la mejor respuesta a los problemas.
Otras de las figuras importantes de la sección de baloncesto era Raimundo Saporta.
Saporta fue muy importante para el club, no sólo para la sección. Además incluso te diría que fue muy importante para el baloncesto español y uno de los responsables de que llegara a las cotas de perfeccionamiento que fue adquiriendo ya en los años setenta.
En el Real Madrid fue prácticamente el factótum. Había una parcela que era técnica y estaba toda en manos de Pedro Ferrándiz, y había otra parcela que era institucional, que estaba en manos de Saporta.
Todos nosotros le respetábamos mucho, pero sabíamos que él estaba en el mundo de Bernabéu, los despachos y las moquetas. No estaba en el día a día del equipo. Pero era alguien que hizo mucho, desde el punto de vista institucional, por el baloncesto español, y tuvimos la fortuna de tenerlo en casa.
En los setenta, el rival en Europa era el Varese.
Efectivamente, el Ignis de Varese era uno de los grandes equipos que teníamos siempre enfrente, pero también estaba el TSSKA de Moscú, que eran otros sempiternos aspirantes a ser campeones de Europa. Y luego aparecieron Maccabi o los equipos yugoslavos, que tardaron un poco más pero también nos los encontramos en el camino. Primero, la Jugoplastika de Split, un gran equipo, y luego, la Cibona de Zagreb. Pero es cierto que en los setenta, Varese fue nuestro gran adversario y al que en más ocasiones nos hemos enfrentado.
“Había muchos más equipos buenos en el Telón de Acero que en la Europa Occidental”
Juan Antonio Corbalán
Durante aquella época los viajes tanto a la URSS como a Yugoslavia para disputar partidos de Copa de Europa debían ser toda una odisea, ¿no?
No era fácil, porque tenías que hacer escala siempre en Alemania, que era como el puente aéreo desde el cuál salíamos a los países comunistas. Fue una experiencia muy interesante, porque ten en cuenta que entonces en Europa, desde el punto de vista del baloncesto, había muchos más equipos buenos en el Telón de Acero que en la Europa Occidental. Alemania prácticamente no existía, Francia a nivel de club tenía una presencia de segundo grado, mientras que todos los grandes equipos estaban en la URSS, Yugoslavia y de vez en cuando aparecía algún equipo polaco o checoeslovaco.
La Europa del Este en aquella época era baloncestísticamente muy superior a la Europa Occidental.
Desde el mundo del periodismo muchas veces se ha puesto la figura de Aíto por encima de la de Lolo Sáinz. En cambio, viendo el palmarés parece todo lo contrario. ¿Crees que Aíto era mejor entrenador que Lolo?
No, yo no creo que Aíto haya sido mejor entrenador que Lolo. Sí es verdad que Aíto hizo una especie de escuela, y tuvo mucha influencia sobre todo en los entrenadores de la órbita catalana: Alfred Julbe, Pedro Martínez, Sito Alonso… Fue capaz de crear una escuela, cosa que aquí no sucedía ni interesaba. Entonces como coincidió también en esa etapa cuando se fue produciendo el ascenso del Barcelona, compitiendo de tú a tú con el Madrid, eso repercutió en la fama de Aíto.
Para mi los cuatro grandes entrenadores que yo viví en aquella etapa fueron Pedro Ferrándiz, Lolo Sáinz, Aíto García Reneses y Antonio Díaz Miguel.
“La final de la Copa de Europa de 1980 fue la mejor actuación de Lolo Sáinz durante toda mi etapa”
Juan Antonio Corbalán
Precisamente siempre se alude a la final de la Copa de Europa de 1980 frente a Maccabi como un buen ejemplo de cómo la pizarra de Lolo fue clave a la hora de ganar un título.
Desde un punto de vista estratégico, esa final creo que ha sido la mejor actuación de Lolo Sáinz durante toda mi etapa. Llegamos a esa final de la Copa de Europa muy mal, fue un año muy duro, dudábamos mucho de si íbamos a poder ganar algún título, porque hubo lesiones y el equipo no estaba fino. Walter estaba acabando su etapa, Wayne se estaba haciendo mayor, en fin, era un equipo que ya se estaba prácticamente echando a perder.
Así que con Lolo estuvimos entrenando durante una semana entera una determinada manera de defender, con defensas cambiantes, en función de cómo metía el Maccabi, o que es lo que pasaba en el juego. De manera que Maccabi nunca fue capaz de entender si defendíamos en zona o al hombre, lo que hizo que sus sistemas no funcionaran casi nunca y nos hizo capaces a nosotros de ir ganando con mucha claridad durante todo el partido pero el equipo terminó muy corto. Se había producido un cambio generacional justo el año anterior, con la entrada de varios jugadores jóvenes como Querejeta y Llorente. Nuestro equipo estaba reconformándose otra vez, y esa final nos dio alas y fue un título que yo creo que no nos correspondía.
Romay siempre cuenta que en dos ocasiones Aíto intentó ficharle. En tu caso, ¿alguna vez lo intentaron?
A mí el Barça me intentó fichar en dos ocasiones. La primera vez cuando tenía dieciocho años, y la segunda fue cuando era ya un jugador consagrado, con veinte o veintiuno…
“Mirza Delibašić era una excelencia en todos los terrenos”
Juan Antonio Corbalán
Muchos aficionados y abonados veteranos del Real Madrid siempre afirman que Mirza Delibašić ha sido el jugador con mayor talento que han visto en el Real Madrid. Incluso por encima de Petrovic. ¿Por qué el bosnio era un jugador tan especial?
Para mí como talento de baloncesto ha sido el mejor, habrá gente que sea más valiosa y que pueda meter más puntos o ser más eficaces, pero jugar a baloncesto y entenderlo, no he visto a nadie que pasara como él, que jugara como él, que tirara como él, aunque la gente valora más los puntos que metes. Mirza era una excelencia en todos los terrenos.
En 1983 se fundó la Liga ACB. Según tu punto de vista, ¿qué aspectos positivos y negativos implicó este cambio? ¿No cree que durante mucho tiempo se ha despreciado en cierto modo toda la historia previa a esta fecha, considerando aquel baloncesto como “amateur” tanto a nivel de récords o estadísticas como efemérides por parte de la propia ACB? ¿Que el Madrid haya sido el equipo hegemónico en aquella etapa pre-ACB cree que tiene algo que ver?
El cambio era necesario, el baloncesto estaba creciendo muchísimo y sin embargo era muy heterogéneo. Ibas a jugar a campos en los que las canastas eran distintas unas de otras, donde incluso había campos que estaban en cuesta, los balones no eran iguales ni en un campo que otro ni en un país que otro. Ibas a jugar y te encontrabas unas dimensiones más o menos parecidas pero podías encontrarte un metro más estrecho o un metro más ancho o más largo… Sobre todo el balón, el suelo o la canasta eran muy diferentes de jugar en un campo a jugar en otro.
No se desprestigió el baloncesto anterior a la ACB, digamos que se olvidó voluntariamente un poco, de manera interesada. Lógicamente en toda esa etapa el Madrid había ganado prácticamente todo, entonces para ellos era muy bueno hacer borrón y cuenta nueva.
“El Madrid había ganado prácticamente todo, entonces para ellos era muy bueno hacer borrón y cuenta nueva”
Juan Antonio Corbalán
En los ochenta la figura de Fernando Martin le dio un impulso tremendo al baloncesto a nivel deportivo y mediático. Y después su trágico fallecimiento le convirtió en un mito. ¿Cómo era Fernando Martín en las distancias cortas?
Lo recuerdo mucho, él llegó en el verano de 1981 y murió en 1989, yo estuve siete años con él y los tres o cuatro primeros éramos compañeros de habitación por lo que recuerdo muchas cosas. Era un jugador que hubiera sido la piedra angular de aquel Madrid y poco a poco se hubiera ido acomodando a la nueva conformación del equipo. Llegó jugando de cinco pero siendo muy pequeño para jugar de cinco y siendo técnicamente flojo para jugar de tres, tenía un puesto más natural que era el de cuatro aunque para mi gusto le faltaba movilidad para ser cuatro. Eso no fue problema para que Fernando fuera un tío valentísimo, un tío muy bueno que se buscó las habichuelas y se hizo un referente en Europa, pero creo que Fernando no llegó ni de cerca a ser el jugador que tenía que haber sido.
Era muy bueno, el típico tío duro, fuerte pero en las distancias cortas era mucho más flexible, una persona que necesitaba más cariño, tenía más calado emocional.
Más allá del aspecto físico, en la comparación de la España de los Gasol y la suya en la Selección, ¿en qué equipo crees que había más talento?
Es que no se puede comparar. La Selección de los Rudy, los Gasol, Navarro y compañía,, tenían mucha más versatilidad que nosotros. Porque los únicos jugadores que teníamos la visión del baloncesto que hacía ese equipo, prácticamente éramos los bases y algunos aleros pequeños que tenían esa movilidad. Pero la ventaja de la generación de los Gasol es que todos los jugadores o casi todos botaban muy bien, tiraban muy bien, defendían, o sea, hacían todo bien. Nuestro equipo era un poco más específico. Los bases éramos bases, los aleros eran aleros y los pívots eran pívots. Y tú no le podías pedir a un pívot, por lo menos a uno de los nuestros que yo tuve con los que yo jugué, que pudiera dar siete botes seguidos, llevara un contraataque y diese el último pase. No estaban habituados. Si hubieran entrenado de jovencitos, lo hubieran aprendido, pero no lo aprendieron porque no lo entrenaron nunca. Sin embargo, los últimos, sí.
¿Cómo valoras la labor de Florentino Pérez en el Real Madrid?
Pues enorme. Yo no te voy a poder poner ni una coma a la labor de Florentino. Llegó lógicamente, como todo el mundo, no balbuceante, pero sí a un equipo que desconocía, una gestión a la que no estaba habituada. Y poco a poco fue conformando no solamente el fútbol, sino el baloncesto, para hacer dos grandes equipos, que son equipos dominadores en Europa. Yo creo que el baloncesto español como tal, bien gestionado, podría tener su cabida en una NBA. Pero no con tanto jugador español, porque entonces los jugadores americanos colonizarían completamente nuestra competición. Ya lo hacen, pero lo harían todavía más.
“La labor de Florentino Pérez en el Real Madrid es enorme”
Juan Antonio Corbalán
Pablo Laso ha sido la figura más importante de la sección de baloncesto en las últimas dos décadas. ¿Qué aspecto es lo que más le ha gustado del técnico vitoriano al frente del equipo?
Los entrenadores son muy importantes y Pablo lo ha sido. Pero no conozco a ningún entrenador que pueda jugar sin jugadores. Y si conozco a todos los jugadores que pueden jugar sin entrenador. Quiero decir que en esto, en matemáticas es una expresión que se dice que es condición necesaria y suficiente para jugar baloncesto. Un entrenador es necesario, pero desde luego no es suficiente. Por lo tanto, es muy importante saber que en un equipo, los importantes son los jugadores.Y luego el entrenador tiene esa tarea que no es ya como deportista, sino es como un directivo, como un estratega, como un estudioso de ese deporte que es capaz de optimizar el rendimiento de los jugadores, que tiene también mucho mérito.
Lo que más me ha gustado de Laso es la naturalidad con la que ha jugado el Madrid. Pablo Laso recuperó para el Real Madrid la forma de jugar que teníamos en nuestra generación. Antes vinieron una serie de entrenadores que quisieron hacer un Madrid distinto, que jugara de otra manera. Y creo que eso fue no solamente muy malo para el club, sino muy malo para algunos jugadores que no encontraron el lugar adecuado para poder rendir y lucir todo lo que sabían. A veces hay muchos entrenadores que creen que los partidos de baloncesto son partidas de ajedrez y no es así. Los partidos de baloncesto son como actuaciones de una orquesta pero no una partida de ajedrez. No es un entrenador que está iluminado por Dios y que es capaz de mover las piezas: Ahora este me ha metido dos puntos, cambio a este, se lo pongo aquí, este, ahí. Eso no existe. Los entrenadores intuyen los partidos, ellos creen lo que va a poder pasar y en función de eso, con su conocimiento, toman decisiones. Pero ellos no tienen la posibilidad de meter ni una sola canasta ni hacer ni una sola acción de las que imaginan. Es como el director de una orquesta, cada vez que hace así con la batuta, sale un trombón por allí que suena, pero no porque haya hecho así, sino porque hay uno que lo interpreta y eso sucede en el baloncesto y en todos los deportes.
“Pablo Laso recuperó para el Real Madrid la forma de jugador que teníamos en nuestra generación”
Juan Antonio Corbalán
Tras la polémica de su despido con el alta médica de por medio, ¿piensa que el club gestionó bien la salida de Pablo Laso?
Lo gestionó muy bien el club y lo gestionó muy bien Laso, porque sinceramente, yo creo que Laso se quería ir y creo que el club quería que se fuera. Naturalmente no tengo pruebas, pero a mí me da la sensación de que si el club y el entrenador hubieran querido quedarse los dos, hubieran encontrado una solución, evidentemente. Pero no querían. Entonces, fue la excusa perfecta. Personalmente, como médico, yo no tendría a Laso en mi club dirigiendo estos partidos de Euroliga de alta tensión. Lo tendría entrenando en un segundo plano, en un background del equipo, pero no dirigiendo en los partidos. Ahora está entrenando en Alemania, un sitio un más tranquilo y cómodo, y que vigilado con el paso del tiempo puede que se pierda el riesgo, pero creo que había pasado muy poco tiempo para que Laso continuara entrenando y sobre todo, dirigiendo al Real Madrid durante los partidos.
“Sinceramente creo que Laso se quería ir y el club quería que se fuera”
Juan Antonio Corbalán
¿Cree que se valora lo suficiente el esfuerzo que hacen Llull, Chacho o Rudy para seguir compitiendo al primer nivel a pesar de las lesiones y los años que llevan de carrera?
Bueno, fijate si se les valora que tienen cincuenta años y siguen jugando en el equipo (risas). Rudy, Llull y Chacho son jugadores que le han dado al Madrid lo mejor de sus vidas deportivas y merecen toda nuestra consideración y cariño.
Pero un equipo de baloncesto o un equipo deportivo no es un asilo. Llegará un momento que se tendrán que retirar, como nos pasó a todos. Y cuando se tome esa decisión, tiene que ser una decisión estratégica: “No te quito porque hemos perdido y ya estás viejo. No, te quito porque entiendo que es el momento para que tú te vayas y dejes una plaza para un joven”. Y yo creo que también es un síntoma de madurez por parte de los jugadores, que entiendan que llegará un momento en que alguien les tendrá que decir “hasta aquí hemos llegado” aunque yo personalmente creo que tenía que ser el propio jugador.
“Rudy, Llull y Chacho son jugadores que le han dado al Madrid lo mejor de sus vidas deportivas y merecen toda nuestra consideración y cariño”
Juan Antonio Corbalán
¿Se ve reflejado de cierta manera en Llull, como capitán o como jugador?
Cuando vino al Madrid, se parecía muchísimo al Corbalán que llegó también al Madrid, no al Corbalán que acabó. Sergio Llull ha tenido la fortuna de poder haber jugado siempre de Sergio Llull y yo pues tuve que pasar a jugar de otra forma. Pero es verdad que eso me dio un puesto muy claro y muy determinado, que era el puesto de base y Sergio ha tenido el mérito de tener que jugar un poco allá donde hacía más falta, era como un francotirador, entonces podía jugar de base o escolta. Yo creo que eso le ha dado parte de su esencia. Todo el mundo recordamos a Llull haciendo como muchas cosas, pero le ha impedido lo que yo siempre pensé que Sergio hubiera sido un base que hubiera cambiado radicalmente el concepto del base europeo.
“Llull se parecía muchísimo al Corbalán que llegó al Madrid”
Juan Antonio Corbalán
Doncic es probablemente el jugador con más potencial que haya pasado por el club, ¿cuándo se dio cuenta de lo que podría llegar a ser?
Nunca me di cuenta. Para mí ha sido una grandísima sorpresa. Doncic es un jugadorazo impresionante y yo soy de los que mantiene que tiene una capacidad infinita para meter puntos, pero puede que tuviera a lo mejor todavía más capacidad para aportar más si jugara de otra manera. Sé que esto es muy difícil de decir, porque tienes a un jugador que mete cincuenta, sesenta o setenta puntos.
Doncic es uno de los grandísimos jugadores de la historia de este deporte. Sin ninguna duda. Puede que a lo mejor algún entendido le ponga en un TOP-20 de la historia de la NBA.
“Doncic es uno de los grandísimos jugadores de la historia de este deporte”
Juan Antonio Corbalán
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Entrevista realizada por Brais Iglesias Castro (@bricepinkfloyd) y Javier Camello (@JaviCamelloM)