Endrick: soñar para vivir, vivir para soñar
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Endrick ha sorprendido al mundo con una carta muy emotiva a su hermano Noah en «The players tribune». En ella cuenta su historia y los esfuerzos que sus padres tuvieron que hacer para que hoy esté donde está
No es casualidad la voracidad de su mirada, al igual que no es casual que un niño de 17 años se comporte como un veterano.
Endrick ha batido todos los récords y ya causa sensación. El mundo del fútbol observa expectante la irrupción de un niño llamado a ser una estrella mundial.
Pero detrás de cada futbolista hay una historia. Es todo eso que hay detrás, cada vivencia, cada gota de sudor y cada lágrima lo que hace al futbolista y a la persona.
«En nuestra familia nacimos para el fútbol» ese fue el sueño y el billete hacia una vida mejor, no sólo para Endrick, también para sus padres.
El brasileño creció pegado a un balón y con el ejemplo de unos padres que con sus incansables esfuerzos le dieron un cielo en el que desplegar sus alas.
De nada hubiese valido todo eso sin la constancia del que entiende que en sus botas y en su sueño tiene la responsabilidad de conseguir una vida mejor para su familia.
Para Endrick el sueño era el fútbol, pero el motivo era su familia.
Después de leer su carta se entiende su carácter, su determinación y su atrevimiento. No tiene miedo al éxito y tampoco teme el fracaso. Simplemente se marca objetivos con el convencimiento de poder conseguirlos.
El motor siempre ha sido el amor a los suyos. Una madre luchadora que lo dejo todo para que su hijo cumpliese su sueño «soy demasiado mujer para dejar a mis hijos sin comida». Un padre que vive el sueño que nunca pudo cumplir en la piel de su hijo. Y un hermano al que Endrick le regala la oportunidad de vivir la vida que él quiera.
Es sorprendente leer la madurez con la que el brasileño ha entendido la vida y el fútbol. Y es que para Endrick el fútbol no es solo una afición, ha sido el billete a una vida mejor.
En cambio, a pesar de su personalidad, se muestra humano en su encuentro con sus ídolos madridistas. Es otro madridista más cumpliendo el sueño de vestir la camiseta blanca. Eso es el primer paso para enamorar al Bernabéu, estadio en el que debutará esta noche, aunque con la camiseta de su selección.
Endrick y su familia ya saben los peajes a pagar por cumplir un sueño. Nadie le ha regalado nada.
Me resulta sorprendente que haya gente que no entienda que un chico de 17 años celebre su primer gol con su selección en Wembley. Solo hay que leer la historia de vida de Endrick para entender que cada gol no es un tanto más en un partido, es un gol más que le hace a la vida. Es una razón más que le acerca a su sueño.
El fútbol es pasión, determinación y esfuerzo. Endrick se enamoró del fútbol y lo convirtió en su salvación.
Ahora que parece que ya ha caminado una buena parte del camino, parece que este no ha hecho más que empezar. El ejemplo de sus compatriotas solo debe ser una muestra de los peajes que le tocará pagar.
Las lágrimas de Vinicius en rueda de prensa solo deben ser un aviso de la presión que le espera a Endrick. Llegar al Real Madrid es entrar en otra dimensión. Es ser abrazado por el madridismo y detestado por el antimadridismo. Más aún si has sido una apuesta del club, porque tu éxito será la confirmación de que el Real Madrid volvió a acertar.
Te querrán hacer caer, pero recuerda todo lo que tienes «no ha venido de la nada, te lo has ganado con trabajo duro y muchas lágrimas».
Ahora del sueño de Endrick pende no solo el de su familia, también el de todo un país y el del madridismo.
Que nadie rompa tu sueño Endrick Felipe Moreira de Sousa, DELANTERO.