Endrick, entrar y besar el santo

18 septiembre 2024 - 13:00
Endrick

PHILIPPE MARCOU/AFP via Getty Images

Pese a ser un recambio residual, el brasileño suma dos tantos con la elástica blanca. El Stuttgart, su última víctima

Más en tan poco tiempo, imposible. 23 minutos le han bastado al joven Endrick (18 años), que se casó el pasado lunes, para guardarse en el bolsillo dos goles con el Real Madrid. Uno en Liga, frente al Real Valladolid, y el cosechado anoche en Champions. El VfB Stuttgart, de Sebastian Hoeneß, su última víctima.

El atacante madridista, relegado a un papel secundario en lo que va de curso, se agarra con uñas y dientes a cada oportunidad que le da Carlo Ancelotti. Son pocas, exiguas. Pero nunca pasa de puntillas por los partidos. En cuanto entra en combate… comienza a husmearse la sensación de pavor en los rostros de los contrincantes. Siembra el pánico.

Ante el Stuttgart, todo un hueso duro de roer que zarandeó el Santiago Bernabéu, Endrick consiguió abrochar definitivamente la victoria (3-1) en el estreno del Madrid en la nueva Champions League. Ya en las postrimerías, se vistió de fondista. Con una pradera por delante, y aunque tuviera a Vinicius y Mbappé a escasos metros para asociarse, optó por sacarse de la chistera un obús raso y violento desde fuera del área. El Bernabéu, ojiplático con su ‘mirlo’. Y no es para menos.

“Estoy muy contento por mi debut, de hacer mi primer gol de Champions. Muy contento por ayudar al Madrid, es lo que quiero en mi vida”, confesó el propio autor del tanto tras el encuentro. Más tarde, en la sala de prensa, Carletto, sobre el brasileño, espetó: “Es capaz de hacer cosas que nadie puede pensar. Yo no pensaba por lo menos. Tiene el don de que es muy efectivo. Se ve que tiene algo especial, y un golpeo muy fuerte y rápido”.

La etiqueta de hombre revulsivo

El ex del Palmeiras ha expuesto las razones de su fichaje por el conjunto merengue en los cinco partidos en los que ha pisado el verde: su sangre es sinónimo de gol. Con eso, lo demás cambia a un plano marginal.

El debe primordial, como no, pasa por la condición de hombre revulsivo que le lleva a tener que disputar tramos residuales. Aún no ha jugado más de diez minutos, en un partido, con el Madrid (10′ frente a los alemanes, 4′ ante Real Sociedad, Las Palmas y Valladolid, y, finalmente, 1′ en la visita del Real Betis a Chamartín). Solo en Mallorca y en la final de la Supercopa de Europa se quedó a cero, sin participación alguna.

Toledano de cepa que vuelca su pasión en el periodismo deportivo. Cubriendo al Real Madrid desde 2022 en Madridista Real

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