Endrick, de tapado a amado
Angel Martinez/Getty Images
Sus dos tantos en la prórroga frente al Celta sirvieron para encandilar a una afición blanca a la que se le estaba haciendo bola la noche copera
Y de repente… Endrick. Cuando los detractores superaban en demasía a los defensores del joven brasileño, éste levantó la mano, asumió galones y rubricó dos dianas curativas. Sobre todo, la primera. Porque llegó en un momento de máximo temor en el Santiago Bernabéu, toda vez que el Celta de Vigo había conducido el encuentro a la prórroga. Justo ahí, con un 2-2 insípido para el Real Madrid, el ex del Palmeiras -haciendo caso omiso al ambiente enrarecido- se sacó de la chistera un latigazo canónico que devolvía la ventaja blanca en el marcador.
Por entonces, el encuentro corría por el minuto 108. Tras el gol, la posterior celebración de Endrick estuvo cargada de emoción, puesto que acababa de quitarse una losa de encima. No solo se desprendió de la presión, sino también de su camiseta. La misma que luego utilizó para besar el escudo madridista, al mismo tiempo que las gradas del coliseo de La Castellana coreaban el nombre de la perla internacional con Brasil. Y no era para menos.
Sequía goleadora
El tanto ante los vigueses retornaba la sonrisa a un Endrick que no convertía desde el pasado 17 de septiembre, partido en el que vio puerta contra el Stuttgart en Champions. Es decir, ponía fin a una racha sobrecogedora de 121 días sin marcar. Todo un dato aterrador para un jugador que pese a contar con escasas oportunidades por parte del técnico italiano, siempre deja destellos de calidad y chispazos. Cosa que agradece la parroquia capitalina, debido a que el atrevimiento que atesora se ve a cuentagotas en futbolistas de su edad.
Habiendo edificado el 3-2, y después de que Valverde firmara un gol de bandera desde fuera del área, volvió a aparecer el ’16’ en escena. Esta vez, le cayó un balón dentro del área y mediante un taconazo sutil envió el esférico al fondo de las mallas, poniendo así el broche a un envite de la competición del KO que tuvo un sinfín de sobresaltos en Chamartín.
Endrick, protagonista en zona mixta
Así las cosas, tras el pitido final, el propio Endrick confesó en zona mixta que «esto es el Madrid, luchar hasta el final para ganar. Nunca nos vamos al suelo, y siempre luchamos. Ha sido un partido duro, pero hemos ganado. Sabíamos que en la prórroga teníamos que correr más. Hemos hecho tres goles muy buenos».
Además, el atacante del Madrid ensalzó a Carlo Ancelotti: «El mister sabe que la cosa más importante para mí es trabajar. Sabe que lo estoy haciendo todos los días. Le agradezco mucho al mister porque ha sido una gran persona para mí. Estar aquí es difícil».
