#EnClaveMorada | La batalla mediática
Muchas veces a lo largo de una temporada mi Time Line en Twitter se inunda de comentarios vertidos por madridistas criticando de una manera muy vehemente el mal trato que sufre el Real Madrid, sus jugadores, su entrenador, e incluso su presidente, desde la mayoría de medios encargados de realizar la cobertura informativa de los partidos. Evidentemente estamos hablando de televisión, pero también de radio y prensa escrita.
Para la historia negra del periodismo español quedarán aquellas primeras retransmisiones de Patrick Kluivert como comentarista estrella en BEIN celebrando como un forofo culé más los goles que «su equipo» le endosaba al Real Betis Balompié en el Camp Nou. No, no se trataba del canal oficial del club azulgrana, en donde uno entiende que el tono y estilo de la retransmisión pueda ser así, sino de una plataforma de pago donde presumen siempre de desempeñar un trato escrupuloso y equitativo con todos los equipos de La Liga, un aspecto que como ya hemos visto, en algunos de sus colaboradores e incluso redactores, brilla por su ausencia. Nos imaginamos la cara de tonto que se le habrá quedado al suscriptor bético del canal después de aquella retransmisión.
En el caso del aficionado madridista, la situación se complica debido a la duplicidad de intereses existentes en las redacciones de los principales medios de comunicación. En COPE, AS, MARCA, SER, Onda Cero, Cuatro o TVE, entre otros medios, interesa llevarse bien con aquellos componentes de la plantilla madridista que forman parte del combinado nacional. Lo que popularmente un día se bautizó como «El Clan de Las Rozas», con un vestuario plenamente dominado por jugadores del FC Barcelona y donde los periodistas tienen el acceso a los jugadores mucho más factible a la hora de realizar entrevistas o «compadrear» con ellos, incluso llegando a autoproclamarse «portavoces» porque un jugador se ha parado con ellos a charlar 10 minutos después del entrenamiento.
Ahora las cuotas de poder en la Selección parecen estar mucho más equilibradas, principalmente por el binomio Ramos-Iniesta, líderes indiscutibles del grupo. Pero ese aspecto, a priori positivo y que podría traducirse en un mejor tratamiento hacia el club blanco durante toda la temporada, lejos de ser así, sirve de munición para generar debates absurdos de la nada y crispar el ambiente del madridismo. «Isco tiene que jugar siempre, es una falta de respeto que sea suplente y juegue Bale». «Si fuese Asensio y veo que Zidane prefiere alinear al paquete de Benzema antes que a mi, yo me iría». «Ceballos no va ni convocado en el Real Madrid y mira que partidazo se acaba de marcar con «La Rojita» frente a Eslovaquia». Todos hemos escuchado comentarios de este tipo en alguna ocasión, de boca de ilustres generadores de opinión o incluso propios aficionados merengues que entran en ese juego tan «chiringuitero» de confrontar a jugadores españoles con extranjeros en el Real Madrid. Obviando lo más importante: mientras que en el Real Madrid compiten temporada tras temporada con algunos de los mejores jugadores del mundo en su puesto, en sus respectivas selecciones el nivel es inferior.
No es lo mismo competir por un puesto en el 11 titular de Lopetegui con Koke o Thiago Alcántara que hacerlo con Luka Modric y Toni Kroos, posiblemente la mejor pareja de centrocampistas de los últimos años y clave a la hora de cosechar las últimas tres Copas de Europa en el equipo blanco. Tampoco se puede comparar un partido de clasificación de la Selección sub21 contra una selección menor como Eslovaquia que el nivel de exigencia en cualquier partido que disputa el equipo blanco en Liga o Champions.
Además de enfrentar a jugadores españoles y extranjeros, otro de los aspectos más habituales dentro del periodismo español es realizar la retransmisión desde el punto de vista del rival del Madrid. Es decir, en un Real Madrid vs Levante, está bien visto por los gurús de la imparcialidad tomar partido y realizar observaciones durante el encuentro acerca de las claves que puedan llevar al conjunto valenciano a vencer en el Bernabéu. O incluso celebrar sus goles con una dosis bastante mayor de energía, como si fuese una final, respecto a si los marca el conjunto madridista. Incluso a restar valor e importancia a algún penalti cometido sobre algún delantero blanco que el árbitro no ha señalado, «porque son humanos», pero que si los papeles fuesen al revés, el beneficiado fuese el conjunto madridista, no se cansarían de analizar la repetición hasta la saciedad y obviarían cualquier mención al «error humano».
Esto, por desgracia, en baloncesto también ocurre y parece ser el «libro de estilo» de Movistar: el Viva er Betih de Fran Fermoso en un Real Betis vs Real Madrid de Liga ACB el año pasado, cuando el conjunto andaluz culminaba la remontada, da buena muestras de ello.
Es obvio que la objetividad no existe, pero lo que si debemos reclamar a todos aquellos periodistas que ejercen su profesión en buena medida gracias a las suscripciones, compras, escuchas o visualizaciones que muchos madridistas hacen de sus publicaciones, es honestidad. Con su propio medio y con el oyente, lector o espectador que ha depositado su confianza en él. Estamos en pleno 2018 y ningún periodista debería pretender dirigir la opinión de ninguna afición por intereses personales o mercantilistas.
Texto: @Bricepinkfloyd
Foto: Estudios Alemany