#EnClaveMorada | 90 minuti
El Real Madrid está a 90 minutos (o más) de alcanzar la gloria europea por tercera vez consecutiva. La DécimoTercera, o la 12+1 para los más supersticiosos, es el anhelo más deseado de todo el madridismo desde hace meses. Y también el broche definitivo que persigue toda una excelente generación de jugadores y staff técnico para consolidarse en el olimpo del fútbol y ganarse por derecho propio un asiento como una de las gestas deportivas más brillantes de toda la historia del deporte. Como los Chicago Bulls de Michael Jordan, el Madrid de Di Stéfano, Rafa Nadal en Roland Garros o Michael Phelps en los Juegos Olímpicos. Un equipo de leyenda que traspase los límites del madridismo y quede guardado en la retina de todos los aficionados al deporte, sean o no del Real Madrid.
90 minutos de lucha y entrega en el terreno de juego. En Ucrania, donde siberianos y europeos se disputan la hegemonía geopolítica de la zona. Y donde los reyes del fútbol español y británico protagonizan una nueva batalla.
90 minutos de narraciones controvertidas y chascarrillos fuera de lugar en las emisoras de radio tras un tiro al palo de un delantero de origen magrebí que lleva el 9 a la espalda. De entradas contundentes de Sergio Ramos para cortar un frenético contraataque de Mohamed Salah desde la banda izquierda o paredes imposibles entre Marcelo y Cristiano que provocan los primeros aplausos y gestos de exclamación en la grada. De protestas airadas de Klopp hacia el cuarto árbitro y muecas de desaprobación de Zidane en su área técnica al observar como su equipo comete un error en la salida del balón.
90 minutos de insultos y malas caras sin destinatario aparente en frente del televisor o besos furtivos en la grada o en la barra del bar para calmar los nervios instantes previos a que suene el silbato del árbitro. De piscinazos flagrantes dentro del área y codazos a destiempo en la disputa por rematar un córner. De tweets indescifrables de Jorge d´Alessandro criticando un error puntual de Casimiro a muestras de cariño en forma de hashtags kilométricos por parte de una peña madridista de Seúl con limitados conocimientos de castellano.
90 minutos de emociones. De jugadas en ataque orgásmicas que brillantemente finalizan en gol a errores propios de bulto que significan ir debajo en el marcador a falta de escasos minutos para finalizar el partido. De penaltis lanzados al tercer anfiteatro para mofa del antimadridismo y cabezazos milagrosos en el minuto 93 que le permiten a uno morir en paz.
Un sábado noche que se resume en 90 minutos de madridismo. Por el panadero de tu barrio que quiso vender a Gareth Bale al día siguiente de fichar por el Real Madrid. Por el compañero de trabajo del Barça que te recuerda cada viernes que el perro de Isco se llama Messi. Por la chica que se sienta un par de filas más abajo en el Bernabéu y te guiña el ojo traviesamente cuando Cristiano Ronaldo marca un gol decisivo y se quita la camiseta para festejarlo con el público. Por aquel mediático periodista cuyas ojeras le llegan hasta el suelo y cada temporada hace campaña difamatoria sobre alguno de los jugadores del Real Madrid por simple fobia personal. Por Don Francisco Gento y su legado. Leyenda viva del madridismo. Por nosotros. #HalaMadrid
Texto: @Bricepinkfloyd