Emilio Butragueño: un «buitre» con mucho arte, por @elfutboldemarta
Si eres madridista, madridista real, al escuchar la palabra “buitre” enseguida aparece en tu mente la figura de Emilio Butragueño.
Tras su apodo se «escondía» una generación de futbolistas inolvidable e irrepetible, la Quinta del Buitre, de la que Emilio era el abanderado. Sus goles, su magia en el área contraria y sus regates de ensueño llevaron al Real Madrid de los años 80 a conquistar 5 ligas consecutivas, en las que Butragueño tuvo un papel fundamental. Pero como toda buena historia, ésta también tiene un inicio.
Emilio Butragueño nació en Madrid el 22 de julio de 1963, y prácticamente en la cuna, sus padres ya le hicieron socio del que iba a ser el club de su vida, el Real Madrid. Creció en una cancha de baloncesto pero el tiempo demostró que el balón y Emilio se llevaban mejor con los pies. A principios de los 80 el padre de Butragueño le llevó a realizar las pruebas para las categorías inferiores del Real Madrid. Como curiosidad, decir que el caprichoso destino todavía no quiso verle vestido de blanco y no fue admitido.
A partir de ahí equipos como el Atlético de Madrid se interesaron por el futbolista. No contaban todos esos pretendientes con que la familia Butragueño rezumaba madridismo desde el primer día de sus vidas, y decidieron seguir esperando la llamada del club blanco. Ésta llegó y Emilio Butragueño debutaba como jugador del Real Madrid el 24 de abril de 1982 defendiendo al Castilla Club de Fútbol, equipo filial del Real Madrid Club de Fútbol. Lo hizo con victoria y en el estadio Santiago Bernabéu, el mismo que más tarde vería la evolución de la que iba a ser una nueva estrella blanca.
El Real Madrid acababa de adquirir a la que con el tiempo iba a convertirse en una figura indispensable para el club blanco. Como jugador Emilio no paraba de cosechar éxitos y de avanzar a pasos agigantados, gracias a su desparpajo y originalidad con el balón. En su segunda temporada con el club, la 1983-1984, el joven Butragueño lideraba un Castilla en el que destacaban de forma especial cinco jugadores. Todos ellos canteranos y líderes indiscutibles del equipo filial, con ellos se mostraba un estilo de juego novedoso y muy aplaudido por la afición. Todos ellos estaban predestinados a jugar en el primer equipo. Los éxitos no tardaron en llegar y en febrero de 1984 Butragueño debutaba con el Real Madrid que dirigía Don Alfredo Di Stefano.
En su debut dejó claro a lo que venía, marcando dos goles decisivos en su primer partido como jugador de la primera plantilla, y sentenciaba así que el buitre había venido para quedarse. Como dijo Don Alfredo: “Este tipo tiene el gol en el cuerpo”.
A partir de ese día el Buitre fue titular indiscutible y junto a sus compañeros Manolo Sanchís, Miguel Pardeza, Michel González y Rafael Martín Vázquez comenzaría a marcar su camino hasta convertirse en la leyenda que es hoy en día.
Con tan sólo 21 años fue el protagonista de una de las remontadas más recordadas de la historia de nuestro club. Butragueño anotó tres de los seis goles que dieron la vuelta a una eliminatoria de octavos de final de la UEFA que estaba muy en contra para el Real Madrid, el buitre y su quinta le dieron un giro a ese 3-0 y consiguieron el pase a cuartos de final, y además ganar el campeonato. La Copa de la UEFA fue blanca también al siguiente año, un doblete (1985-1986) que consagró a Butragueño como el mejor jugador europeo menor de 24 años. Fue en dos ocasiones en las que Emilio conseguía el trofeo que le acreditaba como el mejor, el Trofeo Bravo.
Años después protagonizaría una hazaña difícil de repetir: con Emilio como líder de una generación casi irrepetible, el Real Madrid conseguía alzarse con el título de Liga durante cinco años consecutivos (1986-1990). La única competición que quedaría como una espina clavada en el blanco corazón de Butragueño fue la por entonces llamada Copa de Europa, que ni él ni sus compañeros de quinta pudieron conquistar. Pero el palmarés de la leyenda blanca de esta semana también da para llenar vitrinas.
Dos Copas de la UEFA consecutivas, en las cuales su fútbol fue clave para conseguir llevar los dos trofeos a las vitrinas del Bernabéu. Seis ligas, cinco de ellas logradas en cinco temporadas consecutivas y protagonizadas por el propio Butragueño y los compañeros de la «Quinta del Buitre», además de dos Copas del Rey, una Copa de la Liga y cuatro Supercopas de España adornan el palmarés del mítico «7» madridista. Butragueño fue también internacional con la Selección Española, un combinado nacional en el que siguió mostrando sus virtudes como futbolista, aunque sin la necesaria suerte para añadir más trofeos a su palmarés.
Desde luego que el «Buitre» pudo retirarse tranquilo. Ya había plasmado durante 12 años su magia, su desparpajo y su arte con el balón ante los ojos de todo el mundo. Tras su retirada como futbolista en 1995 y en un Bernabéu fundido en aplausos hacia la que ya era una nueva leyenda, Butragueño nunca se ha desvinculado del club del cual formó parte desde la cuna. Actualmente sigue acrecentando su leyenda como Director de Relaciones Institucionales del Club.
Gracias Buitre por volar siempre tan alto y hacerlo siempre con el corazón bajo este escudo. Por todo ello eres Leyenda Blanca de éste, el mejor club del mundo, el Real Madrid.