El Rincón de Apple Tree | Master and Commander
Otra temporada más, y van nueve subidos al tiovivo de este Real Madrid que tanto nos hace disfrutar y ganar títulos a partes iguales. Cada una de ellas ha tenido su evolución e historia particular. Cada una ha tenido un momento crítico para sufrir y su momento de gloria para gozar. Se ha dado el proyecto por acabado y buscado cortar cabezas para pasar a pedir sus renovaciones a gritos en el transcurso de una misma campaña. Esto es así, del histerismo pesimista a la euforia desatada.
Pero por mucho que busco en esos años pasados, no soy capaz de encontrar una similitud a lo que se nos avecina este año. Estoy hablando del rival nacional. Bien es cierto que nunca es fácil ganar el título ACB. Ahí están las ligas ganadas por el FCB y el Valencia durante esta era “lasista” como muestra de que no fue un camino de rosas. Lo de este año es una misión de las grandes a las que se enfrenta el Real Madrid de la era Laso. No recuerdo en la historia de la liga reciente un “rearme” del nivel al que se ha sometido el club del Palau para desbancar al equipo blanco del trono nacional.
La escuadra que ha reclutado el FCB es un auténtico All Star. No voy a entrar en el tema de los salarios, cláusulas o derechos pagados por los culés, baloncestísticamente hablando es un transatlántico. Salvando a Heurtel (un cordial saludo), ha completado el quinteto titular contratando a lo mejorcito de lo disponible de Europa y allende los mares. Nombre por nombre es un lujo de plantilla de fantasía digna de cualquier sueño húmedo de pretemporada blaugrana. Pide y serás complacido. Algo así como un cheque en blanco para volver a ocupar el puesto del que los Laso boys les echaron a base de buen juego y alguna paliza que otra.
Hete aquí que por parte blanca se ha continuado con el proyecto iniciado en 2011. Altas y bajas hay todos los años, orientadas a consolidar el equipo en donde haya podido flaquear o porque hay que dar relevo a alguna pieza. Se han ido grandes jugadores, casi todos ellos a la NBA, y han vuelto algunos a eternos rivales europeos y nacionales. Ha habido incorporaciones que se han adaptado al estilo y sobre todo, han aportado al equipo lo que el entrenador les ha pedido. Este año se ha cumplido especialmente al ser los grandes “fichajes” las renovaciones de Facu y Tavares.
Y con estas piezas se presenta la liga ACB. Sin despreciar al resto de aspirantes, el gran reto lo supone derrotar a este gigante al que se le concede ser favorito desde la jornada inicial. Todo lo que no sea ganar la liga será “un fracaso”. Ya se sabe que, en los grandes, de medias tintas andan justos. Y si ya era fracaso no ganarla otros años, éste es más que una obligación. Tras muchos años sin serlo, el FCB pasa de aspirante a favoritísimo.
Precisamente eso es el primer enemigo al que se enfrentarán los chicos de Pesic. Manejar esa presión mayúscula a la que se somete semejante buque en cuanto se divise algún iceberg en el horizonte o se produzca alguna vía de agua inesperada. Casi la mitad de la plantilla no han jugado juntos y la cohesión de la misma ha de medirse ante situaciones reales de estrés. Además, últimamente Pesic no se ha mostrado muy sereno ante escenarios tempestuosos y tendrá que adaptarse a la flotabilidad de su estructura cuando las olas invadan la cubierta y el timonel no escuche sus instrucciones desde la banda. Habrá que ver si está de humor para las preguntas post partido. Hay curiosidad por comprobar cómo funciona esta megaconstrucción, cuyo diseño en el puerto asusta pero que tiene que salir a alta mar.
Contra este transatlántico tendrá que medirse el buque madridista en una competición que, este año, tiene menos que perder, (¿he dicho perder?) por el crédito de lo ganado anteriormente y por lo arriesgado de la apuesta rival. Aunque todo eso da igual cuando se lance el balón al aire. Si algo ha demostrado el Real Madrid durante este ciclo es que su ambición es inagotable. Ese combustible que propulsa al equipo y el conocimiento de todos los rincones del mismo y cómo utilizarlos es la ventaja de Laso que ha ido construyendo durante estos años. Los jugadores confían en él y él, con errores incluidos, ha conseguido que funcionen como un reloj, incluso cuando la presión aprieta. Ejemplo reciente ver cómo ha hecho Scariolo ganando un campeonato meritorio e inverosímil con un buque apañado en una guerra plagada de barcos más grandes. Ojo con los capitanes de barco que conocen a sus marineros y el barco en el que viajan. Ya lo dijo el capitán Jack Aubrey a su tripulación del “Surprise” antes de entrar en batalla: «Muchachos, sé que aquí” [en el Real Madrid] “no hay un solo cobarde y sé que están ansiosos como yo de entrar en acción, pero debemos atraerlo a nuestro costado antes de que ataquemos: una prueba de temple y la disciplina contará tanto como el valor. El Acheron” [el FCB] “es un hueso duro de roer, tiene el doble de cañones y de hombres y venderán sus vidas muy caro».
Ya sabemos cómo acabó la batalla.
Foto: Getty Images