El Rincón de Apple Tree | Lo desconocido

29 mayo 2019 - 07:30
El Rincón de Apple Tree | Lo desconocido

Nos quedamos sin comodines, ya no hay más cartas que jugar que la liga ACB. Ésa de la que hace no tanto se decía que el Real Madrid quería abandonar y que ahora es la tabla de salvación de una temporada que lleva 0 de 2 en títulos importantes. Pues estamos en los últimos segundos con uno abajo en el marcador y te la vas a jugar con el mismo tirador que ha fallado anteriormente.

Hay un precedente de esta situación. En 2013, tras caer en cuartos de la Copa con el FCB tras dos prórrogas y luego en la final de la Euroliga contra Olympiacos, se ganó la liga ACB contra el FCB apurando el suspense llegando hasta el quinto partido. Match ball salvado.

De no ganar la liga este año, el Real Madrid se encontraría en territorio desconocido y ante una nueva crisis que vaya Vd. a saber qué consecuencias tendría para el proyecto de Laso, la sección de baloncesto o incluso para el cambio climático. Así es la presión que se maneja en este equipo, donde jugar las finales no vale de nada si no las ganas y si puede ser por paliza.

Y el caso es que el equipo está bien. De hecho, ha quedado primero en la fase regular cuando todo el mundo (incluido yo) veía casi imposible que el FCB perdiera la plaza. Pero esos son los efectos de la Euroliga. La no clasificación para la F4 de los culés, les hizo tambalear y perder tres partidos casi seguidos en menos de un mes cuando llevaban cuatro en el resto de la temporada. Como decía, el equipo está bien y el no haber logrado título hasta ahora, por errores de todo tipo y unos cuantos propios, ha sido visto por mucho analista como ocasión perdida. El escenario, incluido equipo, juego y ventaja, era propicio, pero tropezamos dos veces con la misma piedra. Cosas de jugártelas a partido único.

Pero volvamos a lo desconocido y a sus similitudes con 2013: no las hay. En 2013 el proyecto estaba madurando, se estaba luchando contra gigantes europeos y se veía capaz de destronar al todopoderoso FCB de Xavi Pascual. Se les había ganado la Copa ACB en el Sant Jordi en 2012, sí. Y la semifinal de la F4 ese año en Londres, sí. Pero la liga se acarició en 2012 y nos la arrebataron cuando ya casi abríamos la vitrina para guardarla. El Real Madrid estaba luchando por romper (que no cambiar) el ciclo ganador del FCB. Se enfrentó un equipo blanco con muy buenas trazas y proyección de futuro por confirmar, contra un FCB con síntomas de desgaste que iniciaba lo que luego se evidenció como un ocaso del que tratan de levantarse desde entonces.

Perder en ese escenario habría sido un golpe duro contra el proyecto de Laso. Hablar de eso ahora es mucho más que basket ficción, pero entiendo que se habría superado como se superó la de 2014 que tuvo un final más dramático.

De quedarse en blanco la temporada actual puedo imaginar que los críticos querrán ver rodar cabezas mediante ejecución en la plaza con audiencia multitudinaria. A este proyecto ya estable, no se le permitiría un año sin premio, por mucho que se hubiera luchado hasta el final por todos ellos. Y es aquí donde se va a medir, de nuevo, la madurez y capacidad de recuperación de un equipo que está contra las cuerdas y con la presión del favorito, aunque con historia reciente poco fiable. Como he mencionado antes, no se aprecian problemas graves en el equipo, aunque la insaciable masa ya ha empezado el baile de altas y bajas para el año que viene. Tiene la liga ACB la ventaja, respecto a los otros dos títulos, de ser playoff y dar margen a reaccionar y corregir errores. Pero hará mal el Madrid si piensa en ganar el título antes de ganar los cuartos de final. No olvidemos que está en terreno, si no desconocido, ya olvidado y lo que no hay es red en el caso de tropiezo.

Confiemos en la solidez del equipo que le ha llevado hasta casi tocar la meta en dos ocasiones este año. Esta vez espero que miren hacia abajo para evitar esa misma piedra y podamos decir “a la tercera fue la vencida” en lugar de “no hay dos sin tres”.

Foto: Telemadrid

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