El regreso de Alaba tendrá que esperar
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Según Relevo, el zaguero austriaco no volverá a vestirse de corto hasta enero
El pasado 17 de diciembre, la rodilla de David Alaba dijo basta. Frente al Villarreal, en el Santiago Bernabéu, el ex del Bayern sufrió una dolencia tediosa: rotura del ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda, además de una afección de menisco. Desde aquel momento, el jugador madridista no ha vuelto a jugar, viéndose sumergido en el ostracismo. Su retorno a los terrenos de juego se fija para el mes de enero, ha informado Relevo.
En un primer principio, octubre era el momento idóneo para que Alaba volviese a calzarse las botas. Esas líneas, por lo menos, se habían trazado en Valdebebas. Pero, la recuperación no ha seguido su cauce habitual y, desde la grave lesión, el central ha sufrido una serie de vaivenes (en mayo fue intervenido de nuevo para realizar una pequeña limpieza en la zona afectada) que han culminado con varias semanas más relegado a la grada, en el dique seco.
Si bien empezó a correr a finales de agosto, tal y como confesó Carletto en rueda de prensa, el Real Madrid y el propio jugador han querido ir con pies de plomo. Nada de riesgos. Mejor dar un paso firme que tres corriendo, máxime tratándose de una dolencia de ligamento cruzado, con todo lo que ello implica.
Alaba, que ya se ha perdido 44 encuentros oficiales con el cuadro capitalino, a lo que hay que añadir su ausencia con la selección austriaca, donde es santo y seña, no ha desistido en ningún tramo de este largo periplo por la enfermería. Razones existían, aunque ahí ha logrado sacar el puño de hierro para afrontar los varapalos.
El eslabón más débil
Sin su presencia hasta principios de 2025, Carlo Ancelotti descifra ahora una línea defensiva en horas bajas. Mucho nivel; poca materia. Y es que, el eslabón más débil del engranaje blanco en cuanto a bajas, encontró su punto álgido con la desapacible lesión de Dani Carvajal ante el elenco groguet, una vez que el partido estaba visto para sentencia. Su llanto paralizó a todo el Bernabéu, al igual que los gestos de dolor de Alaba hace casi un año. También contra el Villarreal. Cosas del destino.