El juez cree que hubo «corrupción sistémica» con Negreira y que perjudicó al Real Madrid
El juez tilda de «corrupción sistémica» los arbitrajes de Negreira para favorecer al FC Barcelona y perjudicar al Real Madrid.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, encabezado por Joaquín Aguirre, ha dictado un auto en el que asegura que los pagos del FC Barcelona a José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), perjudicaron a «cualquier equipo de Primera División que haya coincidido con el FC Barcelona durante los años objeto de investigación». Además, rechaza la petición del Barça de apartar al Real Madrid de la causa. Alega que, «en cuanto ofendido por el delito», el club blanco tiene derecho a permanecer en ella.
El titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona no tiene dudas de que José María Enríquez Negreira ejerció desde su puesto de número dos de los árbitros presión sobre los colegiados al ser él quien decidía el que ascendía y descendía de categoría y hasta el que podía convertirles en internacionales. Este poder de Negreira se notaba directamente en la cuenta bancaria de unos árbitros que podían ganar más o menos, en función de la valoración que tuviese el hombre que cobró más de 7 millones de euros del Barça.
Según entiende el magistrado en su escrito, «ha de tenerse en cuenta que Enríquez Negreira era uno de los tres vicepresidentes del CTA (…) y tiene, entre otras misiones, designar a los árbitros encargados de dirigir los partidos de 1ª División, categoría a la que pertenece el FC Barcelona».
El Real Madrid, perjudicado
El juez rechaza, por tanto, la petición del FC Barcelona para expulsar del proceso al Real Madrid como acusación particular. El magistrado subraya que «debe tenerse como acusación particular al Real Madrid CF en cuanto ofendido por el delito como cualquier otro equipo de primera división».
Y añade: «Si el FC Barcelona ha pagado a uno de los vicepresidentes del Comité Técnico de Árbitros para diseñar un determinado tipo de arbitraje debe reconocerse ineludiblemente que cualquier participante en la competición debería tener la condición de víctima, pues ese diseño a medida del arbitraje si favorece a un equipo es que perjudica a los demás, los cuales deben ser tenidos como víctimas del delito».
Foto: Jasper Juinen/Getty Images