El culebrón de Mario Hezonja
Sara Gordon / ACB Media
Una montaña rusa es en lo que se ha convertido el culebrón de Mario Hezonja.
Unos días después de confesar en la entrevista post-partido de la final ACB que se quería quedar, Marca desveló que el croata tenía un acuerdo cerrado con el Barcelona por cuestión de 3 millones netos por temporada, convirtiéndolo en uno de los mejores pagados de Europa. Horas después se dice que las declaraciones del jugador tras el partido provocaron que la operación se congelara.
Un resumen para aclarar las cosas
Lo que parece un hecho confirmado por la mayoría de las fuentes es que Mario Hezonja tenía un acuerdo con el FC Barcelona mientras disputaba la final de ACB. Sin embargo, parece que sus palabras tras conseguir el título de ACB sentaron mal en la directiva culé y le cerraron la puerta. Los agentes del alero habrían filtrado esta información sobre su llegada a la ciudad condal.
Sin embargo, según la información de Carlos Sánchez Blas, Mario estuvo hasta ayer negociando una renovación que desde el club blanco veían encarrilada. La noticia ha supuesto un shock en directiva y vestuario pues el mensaje de Mario era que quería quedarse en Madrid.
Panathinaikos al acecho
Y en todo este embrollo, PAO sigue atento a la situación. Tanto Mario como su entorno han convertido esta negociación en una subasta y en esos casos, sabemos cómo funciona el Madrid. El precio que le ha ofrecido el equipo azulgrana esta fuera de mercado y el Madrid lo sabe. El derecho de tanteo en este caso no valdría para nada. La realidad es que Mario ya ha quedado mal con los dos bandos. Con el madridismo que se siente traicionado horas después de unas declaraciones que ahora suenan a tomadura de pelo. Y en el lado del Barça porque cuando ya lo tenía todo de acuerdo dejó unas declaraciones de que quería seguir de blanco. El Madrid con el contrato de Tavares, la renovación de Hezonja al precio de lo que suena supondría un enorme palo a los encajes de plantilla. Ahí PAO podría atacar aprovechándose de la situación.
