Dino Radoncic: cambiar para soñar

28 julio 2017 - 04:53
Dino Radoncic: cambiar para soñar

Que la cantera del Real Madrid marca el paso de un tiempo a esta parte es un hecho. Que Alberto Angulo ha establecido un modelo de formación completamente exitoso es también un hecho. Que fruto de ese modelo formativo han asomado la cabeza al profesionalismo y al estrellato muchos de esos canteranos también es un hecho.

Baste recordar el caso de Santiago Yusta, ya plenamente establecido en una competición enormemente exigente como la ACB. O el de Emmanuel Cate, miembro de aquel Junior que ganó absolutamente todo hace un par de años. O el de Felipe dos Anjos, el pívot brasileño de interminables brazos que quema etapas de manera exitosa en Oviedo.

Son sólo algunos de los ejemplos de una formación que auna a partes iguales la vertiente deportiva y la personal, para cincelar y pulir diamantes en bruto que a no mucho tardar verán cumplido el sueño que todo niño tiene cuando ingresa en las categorías inferiores del Real Madrid: ser miembro de pleno derecho de la primera plantilla.

Pero hoy, más que nunca, nos detenemos en un caso que guarda muchas similitudes con el Luka Doncic: Dino Radoncic. Y es que el camino seguido por ambos desde que llegasen al club parece ser un calco, una fotocopia. En el caso de Doncic, el esloveno, que hoy en día maravilla y se ha convertido en un jugador de enorme importancia en el primer equipo, lideró en su momento a un Junior del Real Madrid que consiguió Liga, Campeonato de España y Euroliga antes de dar el salto al profesionalismo.

 

En el caso de Dino, hablamos de un jugador que en esta campaña, la 2016/2017, ha ejercido un liderazgo similar al que Luka ejerció en su día, habiendo conseguido ya el doblete Liga – Campeonato de España, a la espera de disputar la Final Four del Adidas Next Generation que tendrá lugar en Estambul en pocas fechas.

Pero, ¿quién es Dino Radoncic? ¿Cuáles son los puntos clave que definen a este jugador de 2.02 metros?

Dino Radoncic (Giessen, 1999) es, en esencia, un jugador de 2.02 metros y 100 kgs que puede desenvolverse con igual acierto entre las posiciones de escolta, alero e incluso ala-pívot. Más encaminado a ser ese combo-guard que en el primer equipo desempeñan el propio Doncic e incluso Rudy Fernández, Dino ha demostrado desde que llegase a la disciplina del Real Madrid desde el Barcelona una capacidad de mejora y aprendizaje encomiable, puliendo en estos dos años en la «Casa Blanca» aquellos defectos que quedaban muy marcados en su juego: el tiro exterior y la movilidad en defensa.

En Bilbao, en el Campeonato de España que el Junior madridista ganó de manera brillante, Dino hizo gala de una amplísimo repertorio de detalles técnico-tácticos más propios de un jugador ya preparado para el profesionalismo que para seguir siendo considerado un jugador en formación. Radoncic fue, en muchas ocasiones, el jugador que iniciaba y marcaba las jugadas de ataque, como si de un base se tratara. Sabedor de su superioridad física con respecto a sus rivales, Dino aprovechaba esta circunstancia para, aprovechando los bloqueos de ala-pívot y pívot, imponer su altura y músculo para buscar la penetración.

Más allá incluso de ser capaz de atacar el aro, Radoncic hace gala de excelentes condiciones de técnica individual, siendo capaz de rectificar sus tiros en apenas décimas de segundo, amén de saber interpretar las situaciones en las que el rival plantea defensas que sobrecargan el marcaje hacia él doblando el balón para otro compañero.

Otro de los puntos fuertes es el del rebote, tanto en aro propio como en aro rival. Dino, ya en sus últimos momentos como Junior (la antesala al profesionalismo) es un titán en el esfuerzo reboteador, más por posicionamiento incluso que por presencia física (¿les recuerda esto a un tal Felipe Reyes?).

Pero como todo jugador en proceso formativo, Radoncic está puliendo y mejorando aquellos aspectos de su juego que aún necesitan ser trabajados, especialmente el tiro exterior. En el Campeonato de España ya hemos podido asistir a una evidente mejora en este aspecto, con una mejor selección de los tiros desde 6.75, con mejores porcentajes. Otro de esos puntos débiles que Dino machaca gracias a una fenomenal ética de trabajo es el de la lateralidad de sus movimientos en faceta defensiva.

Gracias a una evidente y perfecta relación entre altura y peso, Radoncic también ha mejorado a la hora de seguir a su par en defensa, especialmente si éste tira del bloqueo y continuación para generar pasillos al aro. Esa perfecta coordinación entre peso y altura han conseguido dibujar a un Radoncic coordinado y explosivo en sus movimientos defensivos.

Evidentemente, con el salto al profesionalismo podremos ver en qué puntos ha de mejorar, pero a día de hoy podemos hablar de un jugador cuyo proceso formativo inicial ya está completo, ofreciendo al primer equipo a un todoterreno capaz de alternar varias posiciones (esa bendición que todo entrenador desea) y con virtudes que son obligatorias para comenzar con buen pie en el mundo de los jugadores «senior»: talento, capacidad de superación y carácter.

Dino Radoncic cambió Barcelona por Madrid. El tiempo le ha dado la razón. Mientras unos (los culés) no son capaces de asentar una filosofía de cantera que nutra al primer equipo, otros (el Real Madrid) no para de moldear proyectos de grandísimos jugadores con potencial para ser los Rudy, Carroll o Felipe del futuro… Un futuro que ya es presente, un futuro que ya es Dino Radoncic.

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