#DesdeLaGrada | Un verano tranquilo
Tras la eliminación de la Selección española de fútbol en octavos de final de la Copa Mundial de la FIFA de Rusia 2018, hemos tomado conciencia de que ni siquiera el verano, esa época en la que tirarse a la bartola con una cerveza es de obligado cumplimiento – salvo en Inglaterra donde según he leído se han quedado sin el sagrado elixir – , podremos tener tregua, al menos los aficionados del Real Madrid.
Y es que tras el esperpento de la destitución del seleccionador nacional en una decisión discutible cuando menos en el fondo y caciquil en las formas, ha llegado la debacle del equipo nacional en los octavos de final del Campeonato. Y pese a que en mi opinión las razones de la eliminación ante Rusia tienen más que ver con lo deportivo que con lo extradeportivo, resulta llamativo lo poco que han tardado algunos medios de comunicación en buscar a los presuntos culpables de tamaño fiasco.
Los mismos a los que les salen llagas en la lengua de repetir aquellos mantras del «estilo irrenunciable», «el Tiki Taka» y tantas otras lindezas, han sacado sus dedos a tratar de señalar a algún cabeza de turco sobre el que poder descargar la responsabilidad de la eliminación de España.
Nada tienen que ver los más de mil pases hacia ninguna parte completados en el partido, ni el bajo estado de forma de jugadores que otrora eran faros del equipo, caso de Silva o el propio Busquets, ni que un central salte a por el balón como si fuera a pedir turno de palabra dentro del área, ni la falta de confianza del portero, ni por supuesto que no se tirara a puerta en todo el partido.
Reparando en los factores antideportivos, tampoco pesó la destitución del anterior seleccionador ni la inestabilidad generada en el grupo tras esa decisión que se ha visto equivocada aunque quien la tomara y aquellos que interesadamente le influyeran para ello estén obviamente también al margen del desastre.
¿Y qué decir de los medios? Ellos que son mensajeros, simples portavoces de la información – no os riáis, que no está bien – si no tienen nunca responsabilidad sobre nada, estaban más que descartados de antemano para arder en la hoguera de los herejes.
Nada más lejos; los culpables estaban lejos, muy lejos de allí. A más de tres mil kilómetros, en un enclave privilegiado por más que no tenga playa. «El traidor y el desleal» se encontraban ni más ni menos que en el eje de todo mal, que no es Pyongyiang, sino la avenida de Concha Espina, en las oficinas del Club Campeón de Europa.
Sí amigos, sí, por increíble que parezca, muchos de estos lumbreras han tratado de atribuir la autoría de tamaño fracaso al Presidente y al flamante nuevo entrenador del Real Madrid. En un ejercicio de objetividad y rigor sin precedentes y ante un hecho inédito hasta ahora – entiéndase la ironía – como el que un seleccionador firme por un Club antes de una Fase Final de una gran competición, se ha optado por defender la tesis de que ese Club es el culpable de todo lo sucedido.
No cabe ninguna duda de que la razón es que ese Club es el Real Madrid y no otro, lo cual me ha llevado a mí a escribir sobre esto, que de otro modo no habría ocupado mi relajada y veraniega mente en absoluto.
Como tampoco cabe duda al respecto de que es un hecho que ni en verano nos van a dejar descansar: si no por presuntos rumores de salidas y fichajes, por repartir culpas de la derrota de la selección, y si no por algún motivo nuevo que se podrán inventar.
Si queríais un verano tranquilo, haber ido a Inglaterra, que allí al menos de momento no hay cerveza.
Texto: @pepo2204
Foto: La Voz de Galicia