De la Euroliga de Madrid…al partido de hoy
Al acabar de comer he encendido RMTV y estaba la final de la Euroliga de Madrid. Un momento culminante en la sección de baloncesto. Durante años el Madrid en su sección de basket dejó de ser temible en Europa. Clasificarse para una Final Four no entraba dentro de lo posible. Florentino Pérez después de Messina, lejos de arrojar la toalla, decidió apostar por el baloncesto. Decidió invertir sobre seguro. Producto nacional, extranjeros de nivel que no miren sus estadísticas personales y trabajo en el descubrimiento y desarrollo de grandes promesas europeas. Mirotic o Doncic son dos de los ejemplos.
En esa nueva etapa el Madrid se convirtió en la referencia. Se podía ganar sin renunciar al espectáculo, enganchando al aficionado. Pero la Euroliga era una asignatura pendiente. A todo el talento debía sumarse un punto de experiencia, de serenidad en los momentos clave. Llegaron jugadores como Nocioni o Ayón. En aquella Final Four pusieron en solfa todas las críticas de sus detractores. Fue vibrante. El poderío con el que se derrotó al Fenerbahce y al Olympiakos. Con un Nocioni en plan estelar, que abortaba con sus tapones, sus rebotes y su actividad defensiva cualquier intento griego en la final. En menos de 60 se quedaron los helenos. El Madrid había notado la diferencia. Con los fichajes veteranos, estaban preparados para salir indemnes del “baloncesto de 24 segundos” que planteaban sus rivales para contrarrestarles.
Por mi parte, recuerdo cómo se me encomendó la retransmisión. Se iba a emitir en diferido. En principio 48 horas después. El caso es que finalmente se negoció para que se anticipara. Se me llamó de forma abrupta. Tenía que personarme en la tele con celeridad. Prácticamente me hallaba en el estado de euforia típico del aficionado, no me había estudiado el partido, ni las estadísticas. Llegué a la tele. Me dijeron que el Presidente, gran artífice del éxito, iba a ser el primer espectador. ¡Otra presión añadida! Debíamos grabar en breve, pero el narrador de baloncesto, David Sánchez, no daba señales de vida. Por eso se buscó una solución de emergencia, Alfonso Torres -quien ahora cubre el primer equipo- acudía a la llamada de los Directores. Me pidió Alfonso que me enrollara mucho, que ocultara su menor preparación en la materia.
Hoy he vuelto a ver el partido. Sí, me enrollaba que daba gusto pero aunque era diferido, no me costaba volver a sentir el mismo apasionamiento con cada acción de Nocioni o de Ayón. Me fue fácil hacerlo. Fue una final extrañamente a pocos puntos, pero este equipo también nos encandila cuando se pone a defender de verdad.
Abandonados esos recuerdos, me doy cuenta de que la sección de baloncesto sigue en línea ascendente. El equipo sigue siendo temible y hoy, aunque sea por última vez, todavía está presente Nocioni, una garantía. El Fenerbahce es el oponente. Con el público a su favor. Para mí una final anticipada. Dixon, Bogdanovic y Udoh amenazan a los de Laso. Puede que hoy vuelvan a plantear lo del “baloncesto de 24 segundos”, pero este equipo se ha acostumbrado a ganar de cualquier forma. El partido estará reñido. Desde mi casa saltaré, vibraré, levantaré los brazos y corearé el apodo de “Chapu” las veces que sea preciso.
Se repite la semifinal de la Euroliga de Madrid. En esta ocasión no hay necesidad histórica, pero sí hambre, la característica de estos jugadores que quieren que Nocioni se despida de esta competición ganándola por segunda vez.
¡A por ellos!
Para leer la previa del choque entre Fenerbahce y Real Madrid, aquí puede encontrar la previa. También puede leer un análisis exhaustivo del equipo turco en este enlace.
