Dani Carvajal | El pilar del madridismo
Como muchos otros profesionales del fútbol, Dani Carvajal Ramos (Madrid, 11 de enero de 1992), profesa un amor tremendo por este deporte desde bien pequeño. En las repletas porterías del Lope de Vega, el mejor lateral derecho del mundo daba sus primeras carreras pegado a una línea de banda.
Aquel chaval de Leganés, empezaría asombrando a todos los que se cruzaban en su camino en un conocido equipo de la localidad “pepinera”, la A.C.D.R. Lemans.
Dani recibió de sus padres una cultura basada en el esfuerzo, en el sacrificio, en el trabajo, en la dedicación, en el “quien algo quiere… algo le cuesta”. A esa educación inculcada por su familia, se le une un instinto de superación increíble y una personalidad perfeccionista que la llevará consigo a lo largo de los años, cumpliendo etapas, más bien, tumbando etapas.
Ya en esos primeros pasos, José Antonio García y Manuel Rodríguez, presidente y entrenador de este modesto club de Leganés, ven en Dani un ganador, un luchador, un alma competitiva sin comparación.
Esta personalidad estaba deportivamente sujeta a un corazón blanco de cuna, el equipo de su familia y su equipo, el Real Madrid, C.F. Con él sueña, con él ríe, con el sufre y con él llora.
El 4 de mayo de 2002, el día que Dani toma su primera comunión, sus padres le tendrían una sorpresa preparada, a los pocos días tendrá que pasar las pruebas para entrar a formar parte de la cantera del club de sus sueños.
Para muchos, este paso es un paso comprometido, duro, lleno de obstáculos, para muchos, pero para Dani no. Carvajal pasará la primera prueba y entrará directamente a formar parte de “La Fabrica”, sin más pruebas, sin pasar cribas, Dani no hace pruebas, Dani es un elegido. Los responsables que le vieron no dudaron ni un solo instante: “Este chico es del Real Madrid, C.F. y se va a quedar en el Real Madrid, C.F.”
Como si de una profecía se tratara, el 12 de mayo de 2004, fecha de la inauguración de la Ciudad Real Madrid, Dani Carvajal fue elegido de entre todos los integrantes de la cantera blanca para que, junto con D. Alfredo Di Stéfano, depositara una camiseta madridista sobre los primeros cimientos nuestro majestuoso hogar.
Paso a paso, sin perder nunca de vista la dedicación, el esfuerzo, el compromiso, Dani Carvajal pasará fulgurantemente por las diferentes categorías inferiores del club.
Un año muy importante para los chicos de su generación sería el de la temporada 2009/10, el Juvenil “A” blanco, se haría con el doblete y marcaría ya, desde edades tan tempranas, la generación de futbolistas que ayudará al primer equipo a conquistar las cotas más altas. Junto con los que, a día de hoy, siguen siendo sus compañeros y amigos, los hermanos Fernández, Alex y Nacho, Sarabia, Morata, Lucas Vázquez, formarán un gran equipo tanto en el juvenil, como en categorías posteriores y, a la postre, en un Real Madrid, C.F. de época.
El último peldaño antes de saborear las mieles del fútbol profesional, Dani, de la mano de José Alberto Toril, asciende a la categoría de plata del fútbol español junto con una plantilla tan unida entre si misma, como recordada por los aficionados madridistas.
La siguiente temporada, la primera de José Mourinho como entrenador del Real Madrid, C.F., Dani es elegido junto con otros dos compañeros para realizar la pretemporada con el primer equipo. La alegría del genial lateral blanco se vería truncada por un inoportuno incidente que le provocará una pequeña lesión y le dejaría fuera de dicha pretemporada y, a la postre, fuera de recibir oportunidades para debutar con el primer equipo.
A la mala suerte se le unió la excelente competencia existente en el lateral derecho del Bernábeu, cubierto aquel entonces por Sergio Ramos y Álvaro Arbeloa, motivo por el cual Ginés Carvajal, representante de Dani, le convencería para que tomara la decisión más difícil de su vida: abandonar la disciplina del club de su corazón.
Aun teniendo muchas y variadas ofertas, Dani no escogió la más cómoda, ni mucho menos, él se fue a la Bundesliga, al Bayer Leverkusen. A la dificultad de debutar en una liga nueva, desconocida, competitiva, probablemente la segunda o tercera más competitiva de Europa, se le une la adaptación a otro país, a otra cultura, a otro idioma, con tan solo 20 años, sin tu familia, sin tus apoyos.
Pues bien, el primer partido que juega el lateral blanco en el BayArena, Daniel Carvajal Ramos es sustituido a pocos minutos del final y el estadio germano se pone en pie rindiéndole una cerrada ovación. Esa temporada, además de ganarse a la afición del equipo de la orilla del Rhin, se gana el respeto de toda la competición, convirtiéndose en un referente y siéndole otorgado el premio a mejor lateral derecho del año en la liga alemana.
La sola impronta que deja en el club germano, entre afición, compañeros, técnicos y directivos, habla muy a las claras de su personalidad, es un gran futbolista, es un gran deportista, pero es mucho mejor amigo y persona.
Los dirigentes del Bayer quisieron ejercer el derecho de compra que tenían sobre el canterano madridista, pero el Real Madrid, C.F., consciente del jugador del que trataban, se lo dejó claro a mitad de temporada: “Carvajal volverá en verano, vamos a ejercer el derecho de compra”. La noticia no pilla a nadie por sorpresa, pero sólo el saberse de vuelta supone una alegría inmensa para él.
El día de su presentación, 6 de julio de 2013, todos sus sentimientos se dejan ver en sus ojos cristalinos, para Dani, jugar en el Real Madrid, C.F. no es un sueño, es su vida.
Esa primera temporada será una temporada que no podrá olvidar jamás. El 16 de abril de 2014, se proclama Campeón de la Copa de SS.MM, imponiéndose en la final al F.C. Barcelona, gracias a un gol de Gareth Bale que pasará a los anales de la historia.
Desgraciadamente, a los pocos días, fallece, tras una larga enfermedad, su abuelo Eliseo, probablemente uno de los culpables de que Dani profese la “religión madridista”.
El duro palo deja huella en el lateral blanco, pero derrochando personalidad por los cuatro costados, decide jugar el partido de liga contra el Valencia, C.F. en un Bernabéu repleto que guardará un respetuosísimo minuto de silencio por el familiar fallecido de uno de los suyos.
La temporada se llenará de contrastes para Dani, ya que, poco después jugará la final de la UEFA Champions League frente al Atlético de Madrid. Todos sabemos cómo acaba la historia, pero para Dani, casi más que para ninguno de sus compañeros, sería especial, tanto que, en el momento que Iker Casillas recoge el título de campeones, en los ojos de Dani se refleja toda esa ilusión, todo ese trabajo, toda esa alegría, todas esas lágrimas de alegría y de madridismo, de mucho madridismo.
La siguiente temporada será una temporada amarga. Las lesiones no dejan que Dani continúe con una progresión constante, no dejan que derroche toda esa fuerza natural que lleva dentro, y lo pasa mal, por él, por el equipo, que no consigue alcanzar los títulos esperados y que, hasta en dos ocasiones, cambia de entrenador. De Carlo Ancelotti a Rafa Benitez y, tras una primera vuelta irregular, de este último a Zinedine Zidane.
Con el francés en el banquillo, Dani consigue reponerse de sus bajones físicos causados por las inoportunas lesiones y llegar a disposición para el entrenador y disputar otra final de la UEFA Champions League.
Pero el destino le tiene preparado una mala pasada. En el minuto 18, en un lance del juego, Dani despeja de cabeza un balón y nota un pinchazo. La fuerza de voluntad y el deseo del campeón hacen que continúe en el campo, incluso que salte al terreno de juego en la segunda mitad, pero cada pase, cada minuto que sigue en el terreno de juego, Dani es consciente de que su merma física le puede costar caro al equipo y, pensando más en el conjunto que en si mismo, pide el cambio envuelto en un mar de lágrimas.
La temporada terminó de la mejor manera posible, pero Dani se perdió la Eurocopa con la selección y volverá a adentrarse en esa montaña rusa de sensaciones en la que se ve inmerso.
El trabajo y el espíritu competitivo que le caracterizan hacen que la UEFA le nombre en su XI ideal de la temporada y, fruto de ese trabajo durante el verano, disputará la final de la Supercopa de Europa frente al Sevilla.
Minuto 118, la casi totalidad de los jugadores que estaban sobre el terreno de juego dan el empate por bueno, todos menos uno. Un jugador luchador, valiente, COMPETITIVO (sí, con mayúsculas), un jugador del Real Madrid, C.F., un madridista.
Dani recuperó el balón en la medular, apuntó en carrera hacia la portería sevillista y, después de sortear los rivales que le salieron al paso, conectó un derechazo con el exterior de su pie que le dio al Real Madrid, C.F. un título más que llevarse a las vitrinas y, a los antimadridistas que pueblan este planeta, un motivo más para la envidia.
Las temporadas se suceden, los títulos siguen cayendo y, uno de los pilares fundamentales de este Real Madrid, C.F. es su lateral derecho, el mejor lateral derecho del mundo.
En la final de Cardiff contra la Juventus de Turín, el “2” madridista está a la altura de todo el equipo dedicándonos un auténtico partidazo, siendo protagonista en el primer gol que marca Cristiano y participando en la jugada del tercer gol que también anotaría el portugués.
Así se van cumpliendo etapas en la banda de Chamartín, a ritmo de títulos, al ritmo que marcan jugadores de la talla de Dani Carvajal.
Esta última campaña, el Real Madrid, C.F. vuelve a alzarse con el título más preciado del mundo, la Champions League, Dani, en su lucha personal con el destino, ha vuelto a mezclar los sinsabores de las lesiones, con las mieles del triunfo, pero…
“La vida es como un espejo, te sonríe si la miras sonriendo…”
Dani Carvajal.
Texto: Pedro González
Foto de portada: RTVE