#CrónicasVikingas | El legado
Aunque la abrumadora figura de Elvis siempre le relegó a un discreto segundo plano, Johnny Cash (Arkansas,1932 – Nashville, 2003) es considerado unánimemente como uno de los grandes referentes del country-rock debido a su singular amalgama de estilos y una poderosa voz que le llevó a vender más de noventa millones de discos a lo largo de su extensa y controvertida carrera.
De estilo sobrio y alejado del glamour del Rey Presley, el denominado hombre de negro basó su trayectoria en canciones con tintes sombríos debido a su férrea educación religiosa, siendo claramente temas como la culpa, el pecado y la redención donde el gran Johnny se movía como pez en el agua (para la historia quedan sus hipnóticas actuaciones en varias cárceles míticas de los States).
A lo largo de los casi cincuenta años de carrera nuestro hombre dejó canciones imborrables y míticas como I Walk the Line, Ring of Fire, Folsom Prison Blues o la trepidante Cocaine Blues como santo y seña de su repertorio, pero curiosamente no fue hasta los noventa cuando ascendió definitivamente al Olimpo con sus magistrales versiones de clásicos del rock moderno que estaban a años luz de su estilo.
Con la ayuda en la producción del gurú Rick Rubin, Cash se reinventó de forma excelsa y nos dejó obras maestras que jalonan su impresionante última etapa: Rusty Cage de Soundgarden, One de U2, Personal Jesus de Depeche Mode y por encima de todas la extraordinaria y emotiva Hurt de Nine Inch Nails ya forman parte de la realeza top del rock gracias al inesperado giro de tuerca que el gigante de negro supo darles. llevándolas a su popular e inconfundible registro.
https://youtu.be/vt1Pwfnh5pc
A pesar de morir pocos años después de su fulgurante éxito la figura de Johnny Cash recobró una fuerza inesperada por la aparición de la exitosa película basada en su tormentosa vida Walk The Line (2003), con un memorable Joaquin Phoenix bordando la complicada personalidad del genial rocker.
Y ahora es cuando volvemos al presente más inmediato y nos encontramos con la cruda realidad del madridismo, descartado para los grandes títulos en marzo tras una semana trágica en el Bernabéu y con tres larguísimos meses por delante para lamernos las heridas e iniciar una inaplazable reconstrucción. Igual que el legado de Johnny Cash es grandioso e inmortal nuestra plantilla nos ha dado en los últimos años muchos momentos de gloria, sobretodo en el sitio donde nuestro ADN imprime carácter, la Champions.
Casi todo el mundo veía claramente que sin Cristiano y con una plantilla con evidentes carencias goleadoras no nos llegaba para los momentos calientes del curso, pero nadie esperaba el terrible desmoronamiento de piezas claves como Marcelo, Kroos o Bale, sin contar con el paso atrás de Asensio o Isco entre otros. Solo podemos rescatar como brotes verdes la fulgurante aparición de dos niños como Reguilón y Vinicius, además del paso al frente de un Benzema más comprometido que nunca pero que también se ha desinflado en la etapa decisiva.
Cuando todo hacía presagiar una tormentosa travesía del desierto hasta final de temporada, el viejo zorro Florentino se ha sacado el énesimo conejo de la chistera (a pesar de que lleva varios años extrañamente comedido), destituyendo a un voluntarioso Solari por el mito que nos abandonó sorprendentemente el verano anterior, Don Zinedine Zidane. Cuentan los más cercanos a la cúpula que esta vez el mago de Marseille tendrá manos libres para la supuesta revolución que dejó sin hacer tras ganar la Champions, y ahora con más motivos y fuerza si cabe viendo el evidente deterioro de una plantilla cada vez más acomodada y que necesita recambios de mucha más calidad en diferentes posiciones.
Igual que hizo el inmortal hombre de negro, ¿será capaz Zizou de reinventarse y después de ganar todo lo posible volver a situar al equipo en lo más alto? ¿Logrará que jugadores con pinta de estar de vuelta de todo reaccionen y recuperen su antiguo status? El prolífico refranero español dice que segundas partes nunca fueron buenas, pero si hay un club especialista en romper pronósticos y estadísticas está claro que es el Madrid.
Tu sonrisa nos marca el camino, allez Monsieur Zidane!!
Foto de portada: ABC