#CrónicaReal | Vinícius ante la cruda realidad (2-0)
El Real Madrid recibía a un Valladolid en una situación bastante comprometida. A pesar de las buenas sensaciones transmitidas en Melilla, el conjunto blanco no pasa por su mejor momento en cuanto a juego y goles. El equipo de Sergio González visitaba la capital tras cosechar unos buenos resultados y con la ilusión de hacer más daño en la herida blanca y con todo el Bernabéu como testigo.
Con el pitido del árbitro, el balón comenzó a rodar. Los locales comenzaban dominando, con la posesión del esférico y llegando a puerta de la mano de Bale y Benzema. El público recordaba mediante pitos, cánticos y pancartas que el escudo y la camiseta había que ganársela. Un juicio a los jugadores blancos manifestado particularmente en el capitán Sergio Ramos, quien fue el primero en recibir los pitidos de la hinchada blanca.
El partido parecía controlado para los blancos, sin embargo, la dinámica parecía no haber cambiado. El Madrid dominaba, controlaba y llegaba, pero no marcaba. El conjunto pucelano empezaba a ver la luz en el túnel de los primeros minutos del encuentro y, el partido cambió. Un buen posicionamiento defensivo de los pucelanos, seguido de claras ocasiones de Antoñito y Ünal, estuvieron a punto de estrenar el marcador para los visitantes. Con la afición blanca inquieta y descontenta con los jugadores, se llegó al final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Una primera mitad que era prácticamente una fotocopia de los anteriores partidos del Madrid, control, dominio sobre el rival, pero sin acierto.
El segundo tiempo fue más de lo mismo. Isco saltó al césped por Casemiro con el objetivo de acabar con el desacierto blanco de cara al último pase. No obstante, todo siguió igual. Un Madrid sin alma, sin energía, sin ganas de ganar iba perdiendo cada vez más terreno ante el Valladolid, quienes estuvieron a punto de adelantarse en el marcador con dos palos casi consecutivos de la mano de Alcaraz y Toni Villa.
Viendo más cercano el 0-1 que el 1-0, era el turno de Vinícius y Lucas Vázquez. En cuanto al español, estuvo participativo, sin reproche, pero era el día de Vinícius. Tras un mal centro en su primer contacto con el balón, conseguía adelantar a los blancos tras una buena acción individual que finalizaría con un disparo que rebota en el defensa y entra en la portería visitante. Gran recompensa al trabajo y esfuerzo desempeñado por el brasileño fuera del terreno de juego, quien nunca se rindió y obtuvo su premio: minutos, confianza y un gol.
Con los blancos injustamente por delante del marcador, el partido cambió por completo. Los huecos aparecían y Benzema era derribado dentro del área señalándose la pena máxima apenas 5 minutos del final partido. El encargado de ejecutarlo sería el capitán Sergio Ramos, quien con total confianza y seguridad pondría el 2-0 en el marcador a lo panenka. En la celebración, manifestó de forma efusiva su total compromiso con el club blanco, señalando fuertemente el escudo.
El segundo tanto para los blancos significó el punto y final del encuentro. Un partido que sirvió para mostrar un gran estado de forma del Valladolid y, las carencias y debilidades del Real Madrid en esta temporada.
Texto: Daniel Gómez-Escalonilla Sáez
Foto: Depor.com