Crónica Real | Un City muy superior deja al Madrid sin la final de Estambul (4-0)
El Madrid cae ante un Manchester City que fue muy superior y que estará en la final de Estambul. Bernardo Silva hizo un doblete. En las filas de Ancelotti, solo se salvó Courtois.
El Real Madrid y el Manchester City, o lo que es lo mismo, el campeón y el principal aspirante, se enfrentaban en la noche del miércoles, a partir de las 21.00 horas en el Etihad Stadium, por un puesto en la final de la Champions en Estambul. Los pupilos de Ancelotti nunca habían ganado allí, por lo que el reto era aún más complicado.
Con un gol de Rodrygo en el tiempo añadido el Santiago Bernabéu y el madridismo llegaron al éxtasis más absoluto en su competición fetiche el pasado curso. Una noche de Champions para la historia con el, para muchos, mejor equipo del mundo en frente. No era la primera de las grandes noches europeas de los blancos, pero muy probablemente haya sido la más redonda.
El balón volvió a rodar en el estadio del Manchester City con el Real Madrid en busca de otra leyenda que escribir, porque el fútbol no entiende de memoria y eso, el Madrid, lo sabe mejor que nadie. Ya lo dijo Modric en la previa del encuentro: «Este equipo tiene mucha hambre y ganas».
Y con los 22 protagonistas citados y sin un asiento libre en el Etihad echó a rodar el balón que decidiría quién sería el acompañante del Inter en la final de Estambul. El Real Madrid salió sin complejos, con una defensa más alta que en el Bernabéu y dispuesto a discutirle la pelota al City, que buscaba alargar sus posesiones para alejar a los blancos de su área.
Una incursión de Haaland, que le ganó el sitio a Militao y por velocidad a Alaba, fue el primer aviso del City que abortó Courtois con una buena salida. Luego vino una maniobra individual de Rodri, que culminó con un disparo cruzado que se marchó a la derecha de la meta del Real Madrid. Apretaba el Etihad y Guardiola aparcaba aviones para alentar a la grada.
🏁 FP: @ManCityES 4-0 @RealMadrid
⚽ Bernardo Silva 23', 37', Militão 76' (p. p.), 90'+1' Julián Álvarez#UCL pic.twitter.com/8twd3HVmn3— Real Madrid C.F. (@realmadrid) May 17, 2023
El Real Madrid comenzó a defenderse ya no en el área sino casi detrás de la portería. Apenas cinco minutos le había durado el descaro a Ancelotti, lo mismo que tardó en asomar su vena italiana. En el 12 debió llegar el 1-0 en un remate a bocajarro de Haaland que sacó Courtois milagrosamente con la cadera cuando ya estaba vencido. El Etihad y Guardiola ahogaron el grito de gol. El Madrid volvía a sostenerse en su gigantesco portero.
Guardiola tenía el partido donde quería. El Manchester City también. Sufría el Real Madrid, hundido en su área y achicando más agua que los marineros del Titanic. En el 18 De Bruyne ejecutó un libre directo que lamió por fuera el palo izquierdo de Courtois. Y en el 20 otra vez Haaland se topó con Courtois en su camino hacia el gol. De nuevo un cabezazo a bocajarro, de nuevo un contrapié y de nuevo el brazo incorrupto del meta del Real Madrid que evitaba lo inevitable, que el City se adelantara en el marcador.
Se cumplió la ley del fútbol y a la vuelta Bernardo Silva hizo el segundo. Fue un centro al área de Grealish que despejó Militao con el tacón tras perderle la cara a la pelota. El balón cayó en la cabeza del portugués, que hizo una vaselina perfecta para batir a Courtois en medio de un enorme descontrol en la defensa del Real Madrid.
El Real Madrid acusó el 2-0 y en los minutos finales pudo encajar el tercero si no llega a ser porque Alaba lo evitó al echarse al suelo y evitar que el disparo de Grealish acabara en gol. A los de Ancelotti les salvó la campana. Se fueron al descanso eliminados, eliminadísimos, muertos y enterrados pero con 45 minutos por delante para intentar lo imposible, especialidad de la casa.
Del descanso regresamos con los mismos protagonistas. El Real Madrid, lejos de salir picado, parecía hundido. El partido de Modric era para retirarle la renovación. Igual que el de Benzema. Ancelotti ponía a calentar a sus efectivos del banquillo, lo que lejos de sumar esperanzas, las restaba. En el 50 una falta lejana de Alaba hizo lucirse a Ederson con una palomita espectacular.
El City jugaba con sus dos golitos de ventaja sin necesidad de acelerar. El Real Madrid era una oda a la impotencia. Guardiola echó atrás a su equipo y entregó el balón al equipo de Ancelotti, que seguía sin noticia de Benzema ni Rodrygo ni Vinicius. Bueno, ni nadie menos Courtois. Pep y sus muchachos tenían el partido absolutamente bajo control. En el 62 Ancelotti metió a Rüdiger por un desdibujadísimo y resignado Modric. Alaba se iba al lateral izquierdo y Camavinga pasaba al centro.
En el 72 al que se le aparecieron los fantasmas fue Haaland, que se topó con Courtois en el mano a mano. El pie del belga evitó el 3-0 a pachas con el travesaño, que repelió el tiro del noruego.
En el 75 sí que llegó el tercero por obra y gracia de Militao, que sin querer desvió un remate de Akanji y despistó a Courtois. El brasileño abrochaba otro partido deplorable. Con el 3-0 y el billete para la final en el bolsillo Pep quitó a Gundogan por Mahrez.
Ancelotti metió a Tchouaméni y Ceballos por Carvajal y Rodrygo. En los minutos finales el Manchester City no quiso hacer más sangre, sólo Haaland tenía interés en engordar una estadística que le dejaba a cero en los 180 minutos. Pep le quitó en el 88 ante la ovación de un Etihad entregado. En las postrimerías del duelo no estaban pasando cosas hasta que Julián Álvarez aprovechó una torrija entre Tchouaméni y Rüdiger para hacer el cuarto y abrochar una de las noches más negras en la Champions de la historia del Real Madrid.