Crónica Real | El Madrid tira la Copa por la borda (4-2)
David Ramos / Getty Images
El Atlético de Madrid sella su pase a los cuartos de final en un derbi trepidante con prórroga añadida. El equipo de Ancelotti cede 116 días después
En medio de la tormenta de derbis capitalinos, el del trofeo del K.O. dejó una firma amarga para el conjunto de Carlo Ancelotti, que vuelve a doblar rodilla en el mismo lugar, en un Cívitas Metropolitano inexpugnable para cualquiera que lo visita. El Madrid lo tuvo en su mano, pero pecó de errático y la balanza se decantó hacia el lado rojiblanco.
En plena cuesta de enero, Ancelotti fue fiel a su estilo y declinó la opción de hacer rotaciones. En un derbi, experimentos los mínimos. Solo modificó la medular, zona más que poblada, para darle rienda suelta a Camavinga y Modric. Y uno que permanecía con la etiqueta de la duda, Rodrygo, también figuró en el once. Un plantel de gala.
Hace tiempo que los derbis capitalinos dejaron de ser bocadillos de cemento. Se reflejó en Arabia y en tierra atlética continuó. Ya sea por revancha de capítulos anteriores o por hurgar en la llaga se hizo de los primeros compases una vorágine de alto voltaje. El combo Rodrygo-Bellingham tomó la batuta y mediante las botas del inglés se abrió el frasco. Jude, en su salsa, burló a la zaga de Simeone, tanto que el disparo acabó en el larguero. Ahí no culminó la jugada. Vinicius, de haber tenido ese punto de tino necesario, hubiera destronado el marcador; en cambio, su chut murió por encima de la meta de Oblak.
No bajó en pulsaciones el derbi, aunque sí mostró más control el cuadro de Carletto: el tener a Modric, Valverde y Camavinga es sinónimo de dominio, así fue. El martillo pilón que es Rodrygo causó estragos en la defensa colchonera y, antes del ecuador, se apuntó un contragolpe letal con final amargo en el que Oblak tuvo que sacar la capa para blocar dos chuts claros y manifiestos de gol. Uno del ’21’ madridista y otro de Vini, que habitaba en una caldera.
Esos dos avisos, no tan longevos en el tiempo, propiciaron que el Atlético se estirara. Paralelamente, el partido pedía un trago de cloroformo. Y en medio de todo, Witsel se encargó se secar en cierto modo a la baza ofensiva del Madrid, trabajo laborioso. Pero poco duraron las aguas calmadas, porque de un centro (firmado por De Paul) sin demasiado jugo llegó el 1-0. Rüdiger despejó mal y el rebote le cayó a un Lino -un tanto escorado- que no obtuvo respuesta de Lunin. El Metropolitano subía de decibelios.
Oblak, a por uvas
Este Real Madrid es imprevisible, algo que volvió a demostrar por enésima vez al colocar el empate en los minutos finales. Oblak, que hasta el momento había sido un muro, salió mal a abordar un centro de Modric y la pelota besó las redes. Un jarro de agua fría para Simeone, no dio tiempo para más.
En el fútbol se suelen cumplir aquellas leyes no escritas que son mera cuestión del aspecto anímico. Apelando a ello, los de Ancelotti siguieron con el pie en el acelerador y mediante Rodrygo contribuyeron a acrecentar el desazón rojiblanco. Pero la temática varió con otro error en el lado visitante. Esta vez, entre Lunin y Rüdiger: el alemán dudó en despejar y, gracias un rebote, Morata solo tuvo que empujarla a la jaula (2-1).
Pese a ello, al Real Madrid no le quedó otra que hacerse con la pelota. Y quien mejor que Kroos para ponerlo en práctica. Aún así, esa estabilidad se quebró prematuramente y el derbi entró en un estupendo descontrol. De puntería iba la cosa. Así que Ancelotti probó con la introducción de Joselu; de hecho, dio con la tecla, ya que el español desenvolvió la igualada con un más que cómodo remate de cabeza (libre de marcas) a falta de un cuarto para el final. Bien es cierto que antes Lunin salvó a los suyos con dos intervenciones colosales. No se movió el marcador y con ello se llegó a la quinta prórroga en los últimos cinco enfrentamientos entre Atlético y Real Madrid. Ya ni extraña.
Revolución Antoine
No optó ningún entrenador por meter piernas frescas, las que adolecía sobre todo el equipo del Cholo. En esa tesitura, el Atlético de Madrid tiró de casta y sacó producto gracias a un jugador que figura en el olimpo colchonero: Antoine Griezmann. Éste se marchó en carrera -ni Vini le pudo parar- y culminó la obra de arte con un disparo inverosímil a la escuadra del meta ucranio.
Ceballos y Fran García cerraron el círculo de los cambios por lado blanco, Azpilicueta hizo lo propio. Pocas pilas mantenían sendos equipos, pero no quita que el Real Madrid hiciese una última intentona. Así surgió el gol anulado a Ceballos por fuera de juego. Los blancos siguieron la busca, pero no obtuvieron respuesta y, para más inri, se llevaron el cuarto tanto de la mano de Riquelme que mete de lleno al Atlético de Madrid en los cuartos de Copa.
Ficha técnica
XI del Atlético de Madrid: Oblak; Llorente (Pablo Barrios, 97′), Witsel, Giménez, Hermoso, Lino (Riquelme, 90′); De Paul (Azpilicueta, 105′), Koke, Saúl (Molina, 55′); Griezmann y Morata (Memphis, 97′).
XI del Real Madrid: Lunin; Carvajal, Rüdiger, Nacho (Ceballos, 105′), Mendy (Brahim, 65′); Camavinga (Fran García, 105′), Modric (Kroos, 65′), Valverde (Tchouaméni, 72′), Bellingham; Rodrygo (Joselu, 80′) y Vinicius.
Goles: Lino (39′), Oblak P.P (45′), Morata (57′), Joselu (82′), Griezmann (99′) y Riquelme (118′).
Tarjetas Vinicius (amarilla, 44′), Mendy (amarilla, 55′), De Paul (amarilla, 78′), Koke (amarilla, 79′), Tchouaméni (amarilla, 84′), Bellingham (amarilla, 86′), Carvajal (amarilla, 89′) y Witsel (amarilla, 113′).