Cristiano es del Madrid A… y del B
Dispongo de pruebas fehacientes sobre las críticas que ha recibido Cristiano en las últimas fechas. Han existido. Se han repetido con impunidad y osadía. No estoy loco. Lo he leído y escuchado. Me generaba enojo. ¿Cómo alguien podía lanzar esas insensateces? Se aprovechaba la lección portentosa del Madrid en Riazor para concluir que el portugués ya estaba amortizado y que, junto a otros puntales, debía dejar paso a los del EQUIPO B. No aportaban datos con rigor. Se regían por el sectarismo y etnocentrismo típicamente español, que los periodistas proyectan singularmente cuando hablan del Real Madrid.
Amnesia premeditada. Hace nada Cristiano engrandecía su mito con una actuación demoledora ante el Bayern. Pese a ello, ante el Valencia se volvía a poner en solfa su gol. Se aducía que “llevaba mucho tiempo sin marcar en la liga”.
Hoy se le esperaba con saña. El Atlético de Madrid es siempre una reválida. Un equipo que se caracteriza por la unidad defensiva. Todos son responsables de no recibir goles. Un equipo plúmbeo, duro y que, como coloquialmente se apunta, rasca. Se las prometían muy felices. Resulta que Zidane iba a alinear a Cristiano, como parte del EQUIPO A, que, por lo que dicen, debe estar formado por ex jugadores y figuras anquilosadas en el pasado.
La conclusión es rotunda. Una victoria incontestable. Incluso en la primera parte se pudo marcar algún gol adicional. Cristiano ha sido el autor de los 3 tantos, pero me gustaría realizar algunas precisiones sobre su juego. El Cristiano de hoy es una versión mejorada. Sí, el mejor goleador de la historia se ha convencido de que puede aportar más al equipo con una participación más selectiva.
Antes de que marcara el segundo y el tercer gol su juego estaba siendo brillante. Conducciones medidas. Cuando forzaba ayudas rápidamente ponía el balón en profundidad. Benzema ha estado a punto de firmar un gol acrobático después de una jugada suya por la banda izquierda.
Ha estado generoso con el balón. También sin él. Bajando al medio a meter la pierna en alguna ocasión. Ha sacado de zona a Godín y a Savic. Ha sido capaz de ganarles por alto a una de las mejores duplas en esa faceta. Cuando ha tenido oportunidad, ha marcado. Efectividad máxima. Sin incurrir en acciones muy individuales. Sin probar disparos imposibles. Sin obsesionarse con el gol. Sin tratar de recorrer miles de kilómetros. Sí, parece algo impropio de Cristiano, pero yo diría que ha medido la distancia y los esfuerzos.
Es el colofón que le lleva a ser mejor que con 26 años. Zidane ha conseguido lo que nadie. Que le crea cuando le dice que “jugando un poco menos” puede ser más determinante. Hoy se hablará, con razón, de la pinta que tiene Asensio o de la solvencia de Nacho pero; por encima de todo, sean quienes sean sus compañeros, el Madrid tiene a ESTE Cristiano, todavía mejor que el anterior. Hay que agradecérselo a Zidane. Con el portugués la Copa de Europa vuelve a estar muy cerca.