Clifford Luyk: la mirada del tigre, por @AbrahamR_82
Pocos adjetivos hacen falta para describir a Clifford Luyk. Posiblemente el pívot más dominante del baloncesto europeo durante la década de los 60 y parte de los 70, además de ser el jugador que cambió la historia del Real Madrid, convirtiéndose en leyenda del club.
Fue en el año 1.941, año en el que Orson Wells sacaba a la luz una de las obras maestras más relevantes de la historia del cine: Ciudadano Kane. Y en donde veíamos a Humphrey Bogar realizar una sublime actuación en el famoso film de John Huston “El Halcón Maltés” cuando un 28 de junio en Syracuse (Nueva York) venía al mundo Clifford Luyk Diem.
Apasionado de los deportes desde pequeño, es con 9 años cuando conoce el baloncesto para a los 12 decantarse por él. Un deporte que se convirtió en su pasión y en su vida, y a la que dedicaría el resto de ella. Sus primeros pasos como jugador de baloncesto los da en el colegio para después consolidarse en la Universidad de Florida.
Fue en el verano de 1.962 cuando, en un partido de pretemporada en el que Luyk probaba con los New York Knicks, su destino iba a cambiar para siempre. Luyk anotó 8 puntos en apenas 3 minutos que sirvieron a los Knicks para remontar y ganar a los míticos Boston Celtics de los Bob Cousy o Bill Russell entre otros. Esto hizo que Don Pedro Ferrándiz se fijase en él y le ofreciese fichar por el Real Madrid. Luyk aceptó y en la temporada 1962/1963 entraría a formar parte de un club en el que permaneció 16 años.
Con la llegada de Luyk el Real Madrid buscaba ser el equipo más dominante en un baloncesto español en el que más que con el Barcelona, la rivalidad deportiva era con el Joventut; y en Europa, en donde el TSKA de Moscú era el gran dominador esos años. En España el éxito no tarda en llegar, ya que a partir la llegada de Luyk, el Real Madrid gana 4 ligas de forma consecutiva, mientras que en Europa, tras perder la final del año 1.963 frente al TSKA de Moscú, el conjunto blanco se resarció al año siguiente levantando el máximo trofeo continental tras vencer al Spartak De Brno, para consolidarlo en la temporada siguiente venciendo en la final al TSKA de Moscú, remontando en el Frontón Fiesta Alegre por 76-62 el 88-81 adverso que se trajeron de la capital soviética.
Una final que fue una exhibición de Clifford Luyk en el primer partido disputado en el Estadio Lenin de Moscú ante 20.000 personas, en donde el pívot anotó 30 puntos, resultando imparable. Esto hizo que cuando Luyk fue eliminado por faltas la afición soviética le tributó una ovación que no olvidaría jamás. Su llegada había conseguido engrandecer al Real Madrid, llevándolo a conseguir lo que tanto llevaba anhelando: La Copa De Europa.
Clifford Luyk llegó a un baloncesto europeo que en esos años era un baloncesto con ataques organizados pero defensas muy flojas, y en donde los pívots basaban su labor en coger rebotes para salir al contraataque. Esto hizo que sus 2 metros de altura le hiciesen dominar en España y Europa durante esa década debido a su calidad y fuerza. Su gancho era imparable para las defensas, un gancho que ejecutaba desde cualquier distancia con una sutileza y ejecución magistral.
Pero no solo era su gancho y su clase en ataque lo que destacaba. En defensa era un pívot muy rocoso y muy difícil de superar, además de una agresividad que los grandes jugadores de esa época se veían impotentes a la hora de superarle. Fue con el paso de los años y con la llegada a finales de los 60 de una generación de pívots altos y muy rápidos como Rullán, Santillana, Meneghin, Cosic, Belov… cuando Luyk, como gran estudioso del juego que era, evolucionó un lanzamiento en suspensión raro pero efectivo para seguir en la cúspide. Una metamorfosis digna de un genio.
Fue en el verano de 1.965 cuando la liga española aprobaba una competición sin extranjeros, y Don Raimundo Saporta, tras lanzar un órdago en la asamblea anual de clubes de primera, inició los trámites de nacionalización para un Clifford Luyk que se había adaptado rápidamente a España y a Madrid, fijando en la capital su residencia.
Ya nacionalizado español, en 1.968 la selección española de la que Luyk era miembro fue a Cincinatti para disputar dos amistosos frente a los Royals y a unos Indiana Pacers que por aquel entonces competían en la ABA. Luyk no pasó desapercibido, ya que en el partido contra los Pacers anotaría 26 puntos, hecho que provocó que la NBA se interesase en él, algo nada habitual en aquella época. Pero un Clifford Luyk que tenía su vida en España, y que de hecho se había casado con la Miss Europa Paquita Torres, decidió seguir en Madrid.
Esos partidos con la selección nacional en Estados Unidos fueron dos de los 150 que jugó Luyk con la selección española. Encuentros en donde hubo decepciones como el no pasar de la fase de grupos en los Juegos Olímpicos de 1.968 disputados en Mexico, y en donde Luyk tuvo problemas serios en una de sus rodillas, o el fracaso en el Eurobasket de 1.971 disputado en Alemania y en donde además Luyk fue el centro de todas las críticas. Y en donde también hubo alegrías como el segundo puesto obtenido en el Eurobasket de 1.973 disputado en España, o el cuarto puesto conseguido en el Eurobasket de 1.975 disputado en Belgrado.
La carrera de Clifford Luyk como jugador llegaría a su fin en el año 1.978 en un partido entre el Real Madrid y un conjunto All Stars Europeo entrenado por Antonio Díaz Miguel y en el que formaron parte jugadores como Delibasic, Dalipagic, Kikanovic, Meneghin o Berkowitz, partido que sirvió también para la despedida como jugador de Vicente Ramos. Clyfford Luyk ponía fin a su carrera como jugador con un palmarés inigualable: 14 ligas, 10 Copas de España, y 6 Copas de Europa.
Tras poner fin a su carrera como jugador, empezó la carrera como entrenador de un Clifford Luyk cuyos inicios fueron en el equipo junior del Real Madrid (1.978-1.983) para después pasar a ser ayudante de Lolo Sainz (1.983-1.989) y de George Karl (1.989-1.990). En la temporada 1.990/91 Jesús Gil le confió el banquillo de un Atlético de Madrid Villalba formado por jugadores como Quique Ruiz Paz, Javi García Coll, Walter Berry, o Shelton Jones. Un paso que no resultó exitoso, lo que propició que Luyk abandonase el banquillo antes de terminase la temporada.
Fue en la temporada 1.991/92 cuando tras la marcha de George Karl se hizo cargo del banquillo de un Real Madrid que estaba pasando momentos muy delicados en todos los aspectos. La llegada de Luyk hizo reaccionar a un equipo que acabaría la temporada ganando la Recopa al PAOK de Salónica por 65-63 tras una canasta de Ricky Brown en el último segundo, y acabar subcampeón de la liga ACB tras perder el quinto y definitivo partido frente al Joventut por 83-74 en el Palau Olímpico de Badalona.
Luyk estaría dos temporadas más como máximo responsable del banquillo blanco en donde consiguió 2 ligas y 1 Copa Del Rey. Fue en 1.995 cuando abandonaría el banquillo del Real Madrid para volverlo a ocupar en la temporada 1.998-99. Tras esta última temporada Clifford Luyk entró a formar parte de la dirección deportiva del club para que en el 2.009 fuese nombrado asesor técnico del club, cargo que ocupa en la actualidad. Además fue nombrado uno de los 50 mayores colaboradores de la Euroliga.
Clifford Luyk creó un antes y un después en el baloncesto europeo. Un baloncesto que tuvo el grandísimo placer de disfrutar su mayor evolución en Europa, y en el que muchos aficionados tuvieron el placer de disfrutar del juego de Clyfford Luyk además de ser uno de los máximos responsables de esa evolución.