#CartasAztecas | Pensemos en un perfil
El Real Madrid sigue en búsqueda de capitán para su barco. Y conforme los días (ya semanas) de incertidumbre se acumulan, también lo hacen los nombres de favoritos o sonados para ocupar el tan codiciado como explosivo banquillo madridista.
Todos en medios o en redes sociales han dado sus favoritos y me gustaría detenernos a analizar los posibles razonamientos de la directiva blanca en el proceso de decisión.
Primero, lo primero, dirían los antiguos, y por tentador que sea poner nombres propios lo más rápido posible, y encajar sus cualidades con el Real Madrid después, creo que el camino largo de definir primero un perfil, es el menos divertido, pero el más conveniente. Hay que definir que necesita el Real Madrid HOY de su entrenador.
Se menciona a Guti como relevo tomando como antecedente el éxito de Zidane y el que ambos compartan ser “gente de casa”. Pero uno pensaría que el “ser de casa” era sólo uno de los muchos atributos que tenía Zidane y que el entrenador del Real Madrid debía cumplir. A bote pronto, considero el ser una marca en sí mismo, un ídolo mundial, una figura respetada por todo jugador del planeta, el ser un buen gestor de vestuario, el saber negociar con la directiva, el ser amable, empático pero firme con la prensa…muchos atributos que Zidane tenía entre sus activos más allá de “ser de casa”. Por eso me parece peligroso que se seleccionara un relevo por compartir uno o dos atributos con Zinedine, sin considerar que el éxito del francés fue multifactorial. No sé, más allá del ser de casa, qué otras características de las que tuvo Zidane, comparte Guti.
Sin estar dentro de las oficinas de la Casa Blanca, sin ser “insider” o ir más allá de una opinión, estas características NO TÁCTICAS, sino de carácter, para mí se deben definir antes que poner nombres sobre la mesa para lo que necesita el Real Madrid HOY:
Negociador nato y mano izquierda.
El entrenador del Real Madrid diario negocia. Negocia con los capitanes de la plantilla, con los que van a rotar, con los que nunca juegan, con la directiva, con el presidente, con la prensa y con su cuerpo técnico. Tantos ojos miran al equipo y tanto eco generan los resultados de estas negociaciones, que se necesita pulso de cadáver a la hora de ceder y no ceder. Elegir es renunciar, a final de cuentas. Y El entrenador del Real Madrid tiene que ser ajedrecista, ver dos o tres movimientos más allá del actual, cuándo hay que ceder hoy, para que mi contraparte ceda mañana. El entrenador de Real Madrid va a hacer muchas cosas que no quiere hacer, pero también hará que muchos hagan cosas que no quieren hacer.
Trabajar bajo presión.
El Real Madrid no es la Premier League. Aquí se exige cada domingo ganar y cada lunes se pasa un examen. Se venden más periódicos en el caos que en la calma, y razonada o irracionalmente, los medios magnificarán cada derrota, cada desajuste, cada traspié, con un megáfono si es necesario. No se pueden perder la calma ni el norte si hay 4 o 5 editoriales faltones (que los habrá). El Real Madrid, como bien saben otros equipos de arrastre mundial, tiene los reflectores, y con ellos, llega una exigencia casi inhumana (quiten el casi) por ganar todo, siempre y de determinada forma, además; que Zidane ganó lo que no han ganado ni Mourinho, Guardiola o Cruyff, pero como no nos gustó el modo, también lo criticamos.
Pragmático y consciente de la coyuntura actual.
En la actualidad, para pagar los sueldos que los grandes clubes pagan, todos tienen que subirse al carro de los eventos publicitarios, las giras por Asia o América, Cambiar nombres a estadios o salir en comerciales de televisión. Si el máximo responsable deportivo de la primera plantilla pone trabas a cada esfuerzo comercial del club, lo que al principio es una leve fricción al año sería una erupción volcánica. Si se quiere competir en potencia económica con los juguetes de jeques (City, PSG, etc.) se debe usar la marca Real Madrid con toda su fuerza y el entrenador no puede poner caras cada que le toque a él o a su plantilla ir a un evento de presentación de un auto. Eso sí, no debe afectar en lo deportivo y de ahí que listara el ser negociador como la primer prioridad.
Ser vendedor.
A los 3 segundos de tomar el cargo, el entrenador deberá vender su idea. A la directiva, por supuesto, a la prensa, también, pero sobre todo, a los jugadores. Zidane logró en una hora lo que Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y Benítez no habían logrado en 7 años: Hacer que Ronaldo dosificara. Al nivel de mandar al máximo goleador en la historia del equipo a la grada en algún partido donde se disputaba el Pichichi. Lo hizo, porque Zidane, más que otra cosa en ése vestuario, fue un gran vendedor. Les vendió una idea a los futbolistas, que éstos compraron, a costa muchas veces de no jugar lo que quisieran (sobre todo el segundo año) y que trajo resultados. La idea de Rafa Benítez pudo ser buena en lo táctico, mejor incluso que la de Zidane o Ancelotti, no lo sé, pero si de algo estoy seguro, es que Benítez nunca la supo vender.
Texto: @Charly_R_Yamin