Camavinga y el cambio que revolucionó el partido en Mestalla
Photo by Angel Martinez/Getty Images
Camavinga sigue demostrando su calidad y continúa siendo un arma polivalente que le sirve a Ancelotti para revolucionar partidos como el de ayer ante el Valencia.
A sus 22 años, Eduardo Camavinga se ha consolidado como una de las piezas más valiosas del Real Madrid. Su capacidad para adaptarse a distintas posiciones lo ha convertido en un comodín imprescindible para Carlo Ancelotti, aunque su rol en el equipo aún no le asegura una titularidad constante en los partidos más importantes.
Su reciente actuación en Mestalla, donde fue uno de los héroes de la remontada blanca ante el Valencia (1-2), reafirma su importancia en el plantel, pero también deja en evidencia la lucha interna que vive para ser un fijo en el once inicial.
Un revulsivo perfecto en Mestalla
El partido en Mestalla fue el ejemplo perfecto de la capacidad de Camavinga para cambiar el rumbo de un encuentro. Entró al terreno de juego en el minuto 68, cuando el Real Madrid perdía 1-0, y su impacto fue inmediato. Recuperó la pelota que permitió el gol del empate y fue un constante dolor de cabeza para el Valencia con sus conducciones por dentro, anticipaciones y pases que rompieron líneas. Su aportación fue clave para que Jude Bellingham y Kylian Mbappé pudieran marcar la diferencia en los momentos decisivos.
Sin embargo, a pesar de su capacidad para ser determinante, Ancelotti decidió apostar por Ferland Mendy como titular en el lateral izquierdo y por Dani Ceballos en el mediocampo. La elección dejó a Camavinga en el banquillo en un partido clave, algo que ha ocurrido en varias ocasiones esta temporada. Aunque el francés demostró nuevamente que puede ser el revulsivo que necesita el equipo en situaciones complicadas, su deseo es claro: quiere ser titular desde el inicio.
Un curso marcado por altibajos y lesiones
La temporada de Camavinga no ha sido fácil. Empezó el curso con problemas físicos y su participación ha estado marcada por altibajos y lesiones. Tras reaparecer en la derrota contra el Lille, jugó de inicio contra Villarreal y Celta, pero fue sustituido antes de completar los 90 minutos en ambos encuentros.
El primer gran desafío europeo, contra el Borussia Dortmund, lo volvió a encontrar en el banquillo, y cuando Ancelotti le dio minutos en el Clásico, el equipo sufrió un duro 0-4 que lo relegó nuevamente a la suplencia. Incluso en situaciones donde parecía que su titularidad era indiscutible, como en los partidos frente a Osasuna, Leganés y Liverpool por la baja de Aurélien Tchouameni, las lesiones volvieron a jugarle una mala pasada, apartándolo de la convocatoria en cuatro encuentros consecutivos. A día de hoy, Camavinga ha completado los 90 minutos en solo tres de los 12 partidos que ha disputado esta temporada.
El Real Madrid confía plenamente en el potencial de Eduardo Camavinga. El club decidió no fichar a ningún reemplazo para Toni Kroos el pasado verano porque considera que el francés tiene las condiciones necesarias para asumir ese rol en el futuro. Su valentía en el regate, su capacidad para romper líneas con sus pases y su sacrificio defensivo lo convierten en el heredero natural del mediocampo blanco.
Florentino Pérez no duda de su capacidad y le recuerda constantemente que es uno de los pilares del proyecto a largo plazo del club. Camavinga también es consciente de ello y mantiene una actitud positiva, sin dejar que los momentos difíciles lo afecten.
El desafío de Ancelotti con Camavinga
El técnico Carlo Ancelotti se enfrenta a un dilema con Camavinga. Su polivalencia lo convierte en una pieza clave para cubrir distintas posiciones, pero el francés no se conforma con ser un recurso de emergencia. Quiere ser un titular indiscutible, al nivel de jugadores como Tchouameni o Valverde, quienes han tenido una mayor continuidad en los últimos encuentros.
Ancelotti ha elogiado públicamente su capacidad para desempeñarse tanto como lateral como mediocentro, pero sabe que su sitio natural es en el centro del campo. La pelota está en el tejado del técnico italiano, quien deberá encontrar el equilibrio para dar cabida a un jugador que, pese a su juventud, ya ha demostrado ser una de las grandes joyas del fútbol europeo.
