#BlancoYEnBotella | Keylor Navas, el gran olvidado
En el Mundial en el que el Real Madrid está teniendo más protagonismo que nunca, con actuaciones estelares y decisivas de varias de sus estrellas en sus respectivas selecciones, resulta sorprendente el olvido sistemático que sufre Keylor Navas, otra gran estrella del club blanco y que también ha despuntado en el presente campeonato.
Nadie puede negar que la actuación de Cristiano Ronaldo con Portugal, con cuatro goles en tres partidos (incluyendo un espectacular hat-trick contra España), ha sido decisiva para aupar a su país en la siguiente fase del campeonato.
Y qué decir de Toni Kroos o Luka Modric. El alemán protagonizó un partido estelar ante Suecia, con un gol en el descuento que rescató a la Maanschaft de una casi segura eliminación. Por su parte, el croata ha brillado a grandísima altura, llevando la manija de la selección croata en su triunfal trayectoria, con un pleno de victorias en su grupo, un difícil grupo, ante Argentina, Nigeria e Islandia.
Sin embargo, y como ya ha ocurrido estos últimos años, Keylor Navas ha vuelto a liderar a su selección, la modesta Costa Rica, con una serie de espectaculares acciones, en especial contra Brasil, que llevaron al equipo canarinho a la desesperación de tener que esperar a una victoria en el descuento, ante la imposibilidad de batir por activa o por pasiva a su portero.
Se puede decir, de hecho, que hasta este mismo momento, Keylor Navas está siendo el mejor portero del campeonato ya que, a sus acciones ante Brasil hay que sumarle una gran actuación ante Serbia, que impidió una derrota más abultada de los “ticos”, demostrando que el final de la temporada pasada con el Real Madrid no fue flor de un día ni fruto de la casualidad.
Navas, un trabajador incansable… sin prensa
Desgraciadamente para Keylor, aunque afortunadamente para el madridismo, Keylor Navas tendrá que dejar el Mundial esta misma semana ya que su selección está matemáticamente eliminada del campeonato, lo cual redundará en que el costarricense volverá a antes a entrenar con los suyos.
No obstante, Navas se marchará del Mundial dejando tras de sí el mismo sabor de boca que dejó en 2014, cuando aún en las filas del Levante y en vísperas de su fichaje por el Real Madrid, fue el mejor portero del campeonato. Un portero que, con sus paradas -algunas increíbles como la que le hizo al griego Mitroglu- logró llevar a su país hasta los cuartos de final de aquel Mundial, del que sólo la lotería de los penaltis dejó fuera ante Holanda.
En cualquier país “normal”, con una prensa “normal”, la figura de Keylor Navas sería idolatrada como lo han sido otros porteros en este país, tanto nacionales como extranjeros en estos años. A lo mejor no tanto como en su país, donde está considerado algo así como un héroe nacional, pero nunca con el desprecio y la indiferencia con la que es tratado en España.
La pena para Keylor Navas es su falta de prensa afín, de amigachos en los medios que, a diferencia de otros porteros cuyos errores son sistemáticamente ocultados con las excusas más peregrinas, nadie le da el valor que merece a sus intervenciones. Es más, si como ocurre con todos los porteros, tiene un mal día, sus errores son engrandecidos hasta la náusea y, por el contrario, sus grandes actuaciones –que las ha tenido-, disimuladas y pasadas por alto.
De hecho, y a pesar de los errores que tuvo en el partido de vuelta ante la Juventus en Madrid, en los cuartos de final de la Champions, se puede decir que gran parte de esa copa se debe a las actuaciones del meta costarricense en los dos partidos de semifinales ante el Bayern de Munich.
Especialmente en la vuelta, partido en el que las paradas de Navas fueron sencillamente decisivas para que el Real Madrid no cayese eliminado ante un equipo, el bávaro, que le puso contra las cuerdas prácticamente durante todo el partido.
Un jugador modélico y un profesional ejemplar
Quizás la modestia del personaje, un tipo serio, trabajador, humilde y poco dado a situarse bajo el foco mediático, un hombre de perfil bajo pero con un afán de superación como hacía años que no veía en ese equipo, le haya llevado a que, a pesar de que la prensa lleva años buscándole sustituto, nunca bajó los brazos ni se rindió ante las adversidades.
Su escaso cartel en los medios le ha llevado a sufrir un maltrato sistemático desde que llegó un mes de julio de 2014, en teoría para disputarle el puesto a un acabadísimo Iker Casillas y que encajó como un boxeador de raza el duro golpe de tener que soportar cómo un portero, infinitamente peor que él, le relegaba al banquillo.
O incluso a algo peor. Navas tuvo que tragarse el sapo de ver cómo Ancelotti le sacaba únicamente para salvar al titular de las pitadas del público del Bernabéu después de cada una de sus calamitosas actuaciones bajo los palos del Real Madrid.
Una tarea altamente ingrata, porque con independencia de cómo lo hiciese ese día, sabía a ciencia cierta que no volvería a ser titular hasta otro nuevo zaperoco con Casillas, de modo que nunca sería titular. No al menos estando el mostoleño en el club y el técnico italiano en el banquillo.
Sin embargo, el “tico” se rehízo. A base de trabajo y esfuerzo diario en los entrenamientos y con una fe en sí mismo a prueba de bomba, aprovechó la marcha de Casillas al Oporto para hacerse con el puesto de titular. Incluso soportó con estoicismo el duro episodio de su frustrado traspaso al Manchester United y aquel chusco caso del fax.
Lejos de venirse abajo se despachó un temporadón sensacional como primer portero del equipo y , con él bajo palos, se logró la Champions League ante el Atlético de Madrid en Milán, la primera de las tres que Navas puede presumir de tener en sus vitrinas.
En su tercera temporada de blanco, su profesionalidad y su respeto por el Real Madrid le llevaron a sacrificar su presencia en la Copa de Oro representando a su país para pasar por el quirófano para operarse de una difícil lesión en el tendón de Aquiles.
Y aunque, es cierto que volvió con dudas, a base de sacrificio, de autoconfianza y merced a la fe puesta en él por Zidane, que todo hay que decirlo, poco a poco se fue asentando bajo los palos y acabó siendo una vez más decisivo con sus paradas para que el Real Madrid se llevase un buen puñado de títulos más (Liga, Champions, Mundial de Clubes y las Supercopas de Europa y España).
Por este motivo y como madridista profundamente agradecido, quiero romper una lanza desde mi modesta atalaya que me ofrece Madridista Real en la defensa de Don Keylor Antonio Navas Gamboa, un modelo como persona y, sobre todo como deportista. El hombre que está muy por encima de la grandeza de su personaje y al que el Madridismo de bien echará de menos el día que se vaya.
Un hombre que, sólo gracias a su trabajo y a su afán de superación para mejorar y alcanzar la excelencia que un club como el Real Madrid exige a sus integrantes y sin necesidad de prensa afín ni de falsos propagandistas, llegó a la élite y se asentó en élla, contra viento y marea.
¡Gracias por tanto, Keylor!
Texto: @djmontero
Foto de portada: AS