#BlancoYEnBotella | El círculo vicioso
Nada, que parece que los astros se han conjurado para hacer que el club siga sin satisfacer ese clamor que hay en prensa y Redes Sociales para que el Real Madrid fiche. Lo que sea, haga o no haga falta. Pero que fiche.
Puedo entender que la gente considere que se ha de fichar. De hecho, yo soy de la opinión que el equipo ha de reforzarse, especialmente en el ataque donde el equipo parece más débil, por más que Bale y Benzema hayan dado ese paso adelante para asumir el liderazgo y el poder goleador, ahora que falta Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, no entiendo ni el histerismo que muchos han instalado en sus vidas, dado que llevan dando la matraca y sacando “conejos” de sus chisteras sin parar prácticamente desde que acabó la pasada temporada.
Algunos, de hecho, se han llegado no sólo a plantearse su madridismo y otros, directamente, han abierto la caja de Pandora, insultando al club, denigrando a su presidente y a toda su directiva y no han dudado en poner a escurrir a Julen Lopetegui por “calzonazos” y no exigir como Dios manda esos fichajes.
El conformismo vs una autoexigencia mal entendida
De nada ha servido ganar cuatro Champions en cinco años con un grupo fantástico, con una mezcla casi perfecta de “veteranos y noveles”. Ni haber tenido que ampliar la sala de trofeos del Bernabéu porque la catarata de títulos (mayores y menores) que han caído en estos cinco años.
No. Porque eso es “conformismo” y el aficionado medio del Real Madrid no lo puede tolerar. Eso es pasado, aunque la última Champions (lograda hace apenas dos meses) todavía huela a nueva y aún queden virutas de plata del grabador sobre la peana.
Es más, esas Champions, como dicen muchos de estos “inconformistas”, garantes de la esencias del verdadero Madridismo, así, con mayúsculas, son pecata minuta, una filfa que tapa las miserias de un club que, a pesar del hándicap federativo (que no es moco de pavo) sufrido estos años, no ha sido capaz de ganar nada más que una Liga y una Copa en estos años.
Así pues, se ha llegado a denigrar el hecho histórico de habernos convertido, por derecho propio, en leyendas del fútbol europeo al hacer algo que parecía impensable y que nadie, salvo nosotros, había hecho en el Viejo Continente, como es ganar no ya dos sino tres Champions League consecutivas.
Un hito que, en la historia del fútbol continental sólo habían podido hacer Bayern Munich y Ajax en los lejanos años 70 con el antiguo sistema de competición.
“Cromos” y fichajes
Y todo esto por no fichar. O mejor dicho, por no fichar lo que sea que ellos quieren porque fichar sí se ha fichado y creo que aceptablemente. De la misma forma que ha venido ocurriendo estos años, especialmente desde que en 2014, James se convirtió en el último “cromo”, “galáctico” o fichaje de relumbrón del club.
El histerismo se apoderó de los aficionados en los veranos (e inviernos) de 2015, 2016 y 2017 porque no llegaban esos fichajazos a los que Florentino Pérez nos tenía acostumbrados. Y en todas esas temporadas, los hechos le han ido dando la razón a la Dirección Deportiva del club
Se ha fichado a un portero joven y con una proyección fantástica, como espero que veamos en el Leganés, como es Andriy Lunin. Se ha fichado al segundo mejor lateral de España como es Odriozola y qué decir de Thibaut Courtois, el tercer mejor portero del mundo en mi opinión y elegido mejor portero del pasado Mundial de Rusia, además de traer a Vinicius para que se vaya rodando y acabe siendo el jugador que promete.
Pero no, el problema está en que no se ha fichado a aquel jugador en concreto que todos queremos porque en el FIFA o en el PES los hemos fichado y es muy fácil. Te sitúas en el nombre del jugador, le das a Transferir y listo. Y listo ¡Ya es nuestro!
Da igual que el equipo de origen no quiera venderle o que, como pasó con Mbappé, el chico no quisiese venir. ¡¡Si somos el Madrid y el que sea ha de querer venir incluso andando!! ¿Y el salario anual? Da lo mismo. Si el Madrid tiene que entramparse para varias generaciones para pagar ese fichaje, se paga y punto. Y que no se respire miseria, que el dinero tiene que estar en el campo, no en el Banco, como dicen muchos madridistas.
Total, ¿qué son 300 millones para el Real Madrid y traerse a Kane o Neymar? ¿Y por qué no pagarle al PSG 400 por por Mbappe? Da igual que el Madrid tenga cubierta esa posición o que, simplemente, considere que no es posible pagarle 18 ó 20 millones netos al año.
Ya lo vimos este invierno cuando se empecinaron muchos en que había que fichar a Alexis Sánchez porque era un “chollo”. Llegaría casi gratis porque le quedaban unos pocos meses para acabar su contrato en el Arsenal. Luego nos enteramos que era uno de los jugadores mejor pagados de la Premier y que su salario rondaba los 25 millones al año. Pero había que ficharlo a toda costa porque era muy barato…
El caso es que, desde Neymar, Mbappé, Cavani, Werner, Kane hasta el jugador más extraño que alguien se pueda imaginar y que esa semana haya hecho dos goles, aunque sea en la Liga de Uzbekistán y en el Marca o en Youtube nos hayan abrasado con sus mejores jugadas.
Fichajes y debates
El verdadero problema está en que este afán de fichar -insisto, hasta cierto punto comprensible y necesario- no es sino la punta del iceberg ya que la historia nos ha demostrado que cuando se ficha no se hace otra cosa que abrir otro melón aún más podrido, como es el de los debates.
Porque, en una auténtica espiral diabólica, en un círculo vicioso sin fin, una vez que llega el jugador deseado comienzan los debates sobre qué hacer con los jugadores.
De todos es sabido que en un equipo como el Real Madrid no caben las rotaciones ni los cambios, porque son considerados como señalamientos acusadores o castigos injustificables. De tal manera que si se ficha a ese ansiado “9”, se bramará porque le quitará el puesto a Bale o Benzema o a Asensio.
Y queremos también un mediocentro pero claro, si entra tal o cual jugador (pero que cueste mucho, que si no, tampoco nos vale), obligará necesariamente a sentar a Isco. O a Kroos. ¿Y por qué no juega entonces Modric, con lo bueno que es? Y queremos un lateral izquierdo, pero claro, ¿y Reguilón? ¿Qué pasa con su prometedora carrera?
Es más, esto mismo ya se ha podido ver, sin ir más lejos, en la portería, donde hemos tenido que soportar durante años a periodistas y muchos aficionados pedir, reclamar, exigir un portero de garantías porque Keylor Navas no les valía.
Hemos tenido que pasar cuatro interminables años negándole el pan y la sal al costarriecense. Entonces, por fin, el Real Madrid ficha a Thibaut Courtois en una magnífica operación económica (compárese su coste, por ejemplo, con el de un portero infinitamente peor como es Allison para el Liverpool).
Pues bien, ahora resulta que poner al belga es una decisión injustísima y se monta la de Dios porque el “tico” -que está rayando a un gran nivel en la Liga- puede perder su puesto a manos del portero por el que estos mismos se habrían dejado cortar una mano por verle de blanco hace apenas dos meses.
Nunca el bueno es el de la casa
La cuestión principal es que en el Real Madrid el jugador bueno nunca es el que está. Se llora a James, a Cristiano, por más que en enero muchas de sus ahora tristes viudas pidieran su venta porque estaba acabadísimo como se llegó a llorar incluso a Higuaín ¡a Higuaín!, Özil o Xabi Alonso, Eso sí, cuando la pelotita no entraba, porque el madridismo es así de ventajista.
Por el contrario, al que está se le denigra, como ha pasado con Benzema o Bale, de los que se han dicho las mayores burradas imaginables o se les ponen motes, como “Matorral” (para referirnos a Mayoral) o “Ausencio”, por Asensio.
Para el madridista fetén, el de pipa y puro en el Bernabéu, que se jacta de haber pitado en su día a Zidane, Cristiano Ronaldo o a Bale y va con el As o el Marca bajo el brazo, y para el tuitero medio de 20 años, que nunca conoció los “años de plomo” entre los 80 y el 2000, el jugador bueno es el que no está o el que está por llegar y del que les habla Julio Maldonado (Maldini) o Paco González. O el que le dicen desde la SER o la COPE que es el bueno, generalmente español de bien y, a ser posible, canterano.
Los que han ganado tantos títulos, aun siendo jóvenes como Asensio, Lucas Vázquez, Carvajal, Kroos o Varane, ya no sirven. Y los veteranos como Bale, Marcelo, Navas o Ramos, tampoco porque son muy viejos y se tienen que ir. Hay que fichar, mucho y da igual que cueste lo que cueste.
Pues no, desde esta modesta atalaya, me permito pedirle paciencia y sosiego al madridismo, que no se crea a pie juntiillas cada “no-fichaje” inventado por la prensa o por la imaginación calenturienta de esos falsos profetas del madridismo, los malditos insiders, y creamos en este cuerpo técnico y en esta Dirección Deportiva.
Y que no se dramatice con el hecho de que cada nombre que, siendo verdad o no, filtrado o inventado, no se concrete en fichaje y no se canalice esta frustración contra el club porque unos pocos, por lo general con intenciones espurias, aprovechan la ocasión para soltar nombres y más nombres, a cuál más jugoso, a sabiendas de que nunca se van a concretar en fichajes para el Real Madrid.
Motivos, desde luego, nos han dado para creer durante todos estos años, ¿no creen?
Texto: Diego J. Montero
Foto: El Confidencial Digital