Bellingham se despoja de la maldición del gol
Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
179 días después vuelve a ver puerta. El inglés… resurge a tiempo
El holgado triunfo ante Osasuna en el Santiago Bernabéu (4-0) ha cerrado varias heridas en el Real Madrid. Eran curables y ya han sanado. Uno de los hombres que ha podido redimirse no es otro que Jude Bellingham, que ha marcado por vez primera en lo que va de temporada. Para encontrar su último tanto con la zamarra madridista había que irse hasta el pasado 14 mayo, cuando, ante el Alavés, firmó una diana en el partido que utilizó el club blanco para ofrecer la Liga número 36 a la afición.
En total, 179 días encallado en el ostracismo. Sin festejar a voz y grito un gol con el Madrid. Espera eterna. Así que, en el momento en el que resquebrajó la portería de Sergio Herrera, gracias a una asistencia musical del canterano Asencio, Jude logró enterrar el mal fario que le estaba acompañando de forma asidua. En esta larga travesía por el desierto, que data de 14 choques sin anotar, el jugador británico no desistía, porfiaba y, siempre, el fútbol le daba la espalda.
La campaña pasada, y por estas fechas, Bellingham ya atesoraba en su galería 14 tantos entre todas las competiciones (culminó el curso con 23). Muchos de ellos… sobre la bocina y contra rivales de entidad, de tronío. Unas cifras descomunales que ayudaron al Real Madrid de cara a la conquista de Liga, Champions y Supercopa de España. De ahí que su sequía en los últimos metros trajera de cabeza a Carlo Ancelotti y al madridismo.
Con Kylian Mbappé en el plantel, jugador que todavía no ha arrancado la máquina, la posición de Jude Bellingham ha sufrido una mutación. De minar el área contrincante hasta la saciedad a jugar más retrasado. Modificación clave en su devenir. Aunque eso, que no es baladí, no se tendría que haber traducido en una nula aportación goleadora. Pero ocurrió.
Victoria pírrica
El Real Madrid, al igual que Bellingham, al haber solventado con creces una auténtica final por la crisis que se olisqueaba a orillas del Paseo de La Castellana, pueden aferrarse a la goleada frente a Osasuna para realizar un giro de tuerca antes del parón tras los duros traspiés ante FC Barcelona y AC Milan. Ambos, segaron a su antojo el coliseo merengue. En todo caso, la victoria fue pírrica: Rodrygo, Lucas Vázquez y, sobre todo, Militao (lesión de ligamento cruzado anterior) dejaron mal cuerpo a la parroquia capitalina.