Arda Güler pide paso y llama a la puerta de Carlo Ancelotti
Real Madrid
Arda Güler pide paso y de qué manera. El turco llama a la puerta de Carlo Ancelotti mostrando su calidad en los pocos minutos que disfruta sobre el césped.
Su lesión durante la pretemporada y los fallidos intentos de reaparición frustraron el inicio de liga para la joya madridista. Esto impidió que debutase en varias ocasiones a pesar de las ansias del madridismo por ver a su nuevo pupilo.
Superados esos problemas físicos, lo cierto es que Carlo Ancelotti no ha dado demasiadas oportunidades al joven Arda. Sin embargo, en cada oportunidad que ha tenido de hablar de su nuevo proyecto de superjugador se ha deshecho en elogios.
Parece que la gestión de minutos del turco es un plan estratégico medido punto por punto para asegurar que el futbolista pueda brillar en el Real Madrid. Y es el italiano ha dejado claro que confía en Arda Güler y que no tiene dudas de que triunfará en el conjunto blanco.
La pasada jornada de liga, Güler disfruto de apenas 5 minutos en los que logró estrenarse como goleador con la camiseta blanca frente a su público. No sabemos si eran mayores las ganas del futbolista o de la afición, ya que se celebró como si de un título se tratase.
Si algo ha tenido el turco, ha sido el cariño y el apoyo del madridismo, así como de la plantilla que le felicitaron tras el partido. El vestuario arropó al joven haciéndole saber que este solo es el principio. Güler tiene tantos espejos en los que mirarse dentro del vestuario que debe tener claro cuál debe ser el camino hacia el éxito.
Tras su primer gol, en Twitter se hizo viral un vídeo animado que reflejaba a la perfección el trabajo de Carlo Ancelotti con Güler. El turco estaba frustrado porque su planta no crecía y el italiano le contaba como con paciencia y dedicación las leyendas madridistas hicieron que sus plantas echasen raíces y se convirtiesen en árboles milenarios. Al final del video se podía ver cómo sus compañeros observaban orgullosos como el jóven entendía el mensaje y se dedicaba a mimar a la planta como metáfora de su camino en el Real Madrid.
No puede haber un vídeo que refleje mejor la situación de Arda.
Y tampoco podría haber un mejor técnico para desarrollar el potencial de un futbolista tan talentoso como Arda Güler.
En el partido frente a Osasuna, el turco entró al campo en el minuto 83 con un 1-4 a favor. Sus minutos fueron buenos. Se mostró tranquilo con balón, demostrando en cada toque la calidad y la clase que han maravillado al cuerpo técnico y a sus propios compañeros.
Tras su primero gol, parece haberse quitado una losa y empieza a mostrar más confianza en su semblante en el terreno de juego. Tanto es así que en el último minuto de partido estuvo a punto de hacer el gol de la temporada. Después de una buena presión que acabo con saque de banda a favor se activó rápidamente para recibir el balón. Apenas había llegado al centro del campo cuando levantó la cabeza y se inventó un exquisito golpeo con su privilegiada pierna izquierda. El balón volaba con la incredulidad de todos. El turco había tenido una ocurrencia que sólo pueden ejecutar los genios. Y el balón se estrelló en el larguero por milímetros.
Sus compañeros se llevaron las manos a la cabeza y el madridismo se quedó con el sinsabor del gol que nunca fue.
Hasta en eso se parece a su padrino futbolístico Ozil. Si el otro día hizo un gol calcado a uno de los que el alemán anoto con la camiseta del Real Madrid, esta vez estrelló en el larguero una genialidad como la que Ozil se inventó en uno de los clásicos que disputó.
El turco quiere engancharse a la dinámica del equipo y aumentar sus minutos de juego. Quiere convertirse en un recurso más para la parte importante de la temporada y demostrar desde ya que merece un hueco en el equipo.
Está claro es que Arda Güler se está soltando y está llamando a la puerta de Carlo Ancelotti. Su idea parece clara: triunfar en el Real Madrid.
Si hay alguien que conoce la fórmula para ello, ese es el técnico Ancelotti.
Madridistas, Arda Güler está cada vez más cerca de ser lo que imaginábamos.