#ApuntesDeLaHistoria | Y llegó David Beckham
Icono publicitario, portadas de revistas, pósters para quinceañeras, modelo de ropa, líneas de perfume, cameos en películas, protagonista de videojuegos… Estoy seguro, sin embargo, de que muchos cambiaron su percepción sobre David Beckham cuando le empezaron a ver jugar con nuestra camiseta. Debutó en competición oficial con el Real Madrid el 24 de agosto de 2003, tal día como hoy de hace 15 años, en Son Moix. Se disputaba la ida de la Supercopa de España y ese día inició una trayectoria de cuatro temporadas defendiendo el escudo del Club de Concha Espina.
David Robert Joseph Beckham nació en Leytonstone, Londres, el 2 de mayo de 1975. Debutó con el Manchester United en la temporada 1992-93, aunque no fue hasta la 1994-95 cuando empezó a jugar con asiduidad en el equipo de los Red Devils. Coincidió con una camada de futbolistas que harían carrera en el club como Ryan Giggs, Nicky Butt, Paul Scholes, Gary Neville o Phil Neville. Muy recomendable, por cierto, el documental The Class of ’92 en el que se habla de la relevancia que adquirieron estos jugadores que terminaron siendo vitales en los éxitos del Manchester de finales de los noventa y principios de siglo. Beckham se erigió en uno de los mejores futbolistas jóvenes de la época. Ganó 6 veces la Premier League, 2 la FA Cup y 2 la Community Shield además de la Champions League del año 1999 y la Copa Intercontinental.
En el verano de 2003 el Real Madrid fue de nuevo centro de atención mundial por la llegada de un nuevo fichaje. Otro gran fichaje. Seguramente el más mediático en el sentido más estricto de la palabra. David Beckham se sumaba a la lista de rutilantes estrellas que se habían embarcado en el proyecto deportivo madridista desde el año 2000 junto a Luis Figo, Zinedine Zidane y Ronaldo Nazario. Parecía algo imposible, la guinda a un equipo de ensueño que aglutinaba a las mayores estrellas del momento. Muchos incluso dudaron de la utilidad de su incorporación. ¿De verdad era necesario para el Real Madrid un futbolista como el inglés?
Beckham se desempeñaba en el terreno de juego como centrocampista y hacía gala de una extraordinaria calidad técnica. Podía poner unos centros milimétricos desde el lateral. Pero en el Real Madrid el portugués Figo era el dueño de la banda derecha, lo que propició que el británico, a su llegada a Madrid, pasara a desempeñar funciones de organizador como mediocentro. Ese era uno de los argumentos que empleaban quienes no tenían tan clara la conveniencia de su fichaje. El Real Madrid ya contaba con demasiadas estrellas en la plantilla. Fichar a Beckham para que ocupara una posición que no era la más habitual para él podía parecer un capricho. Pero lo cierto es que el inglés se adaptó perfectamente al equipo y se convirtió en uno de los futbolistas más regulares de aquel Real Madrid de la temporada 2003-04. Disputó 46 partidos oficiales en su primera campaña como jugador blanco y anotó 7 goles, consiguiendo además ver puerta en las cuatro competiciones en las que participó. Marcó gol en Liga, en Copa del Rey, en Supercopa y en Champions League. Era un consumado especialista en los lanzamientos a balón parado. Ponía el esférico donde quería ya fuese centrando o disparando a puerta. Tenía calidad a raudales…
Sí. Tenía calidad a raudales pero también derrochaba garra y esfuerzo. Beckham era un futbolista de los que trabajaba y seguramente ahí residía el principal reclamo por el que se ganaba al público. No era una ‘figura’ al uso. Más allá de sus constantes cambios de imagen y de sus peinados David Beckham era un jugador que si tenía que correr, corría, y si tenía que meter la pierna, la metía. Trabajaba, se esforzaba, peleaba… Beckham rompía estereotipos. Al final, era un compendio de futbolista con clase pero con mucha personalidad sobre el césped, una combinación que le hacía contar con el respaldo y el aplauso de los aficionados. Como señalaba al comienzo, si había algún escéptico a su llegada seguro que cambió de opinión cuando le empezó a ver galopar y golpear el balón en el Santiago Bernabéu.
Beckham debutó en la Supercopa de España de 2003 frente al Mallorca y aquel fue su primer título como madridista. El equipo venía de una buena dinámica pero aquella temporada 2003-04 fue muy extraña… Se empezó muy bien pero un desastroso final de campaña impidió sumar más títulos. El fútbol tiene estas cosas. Las temporadas 2004-05 y 2005-06 no fueron las mejores para nuestro Club en lo colectivo a pesar de contar con grandísimos futbolistas. No hubo trofeos, pero desde luego no fue porque no se intentara. Jugadores como Beckham dieron lo mejor de sí mismos semana tras semana acumulando minutos, partidos y goles.
La temporada 2006-07 fue su última campaña con nosotros. Próximo a los 32 años, el centrocampista anunció mediado el ejercicio que una vez terminado su contrato se marcharía a los Estados Unidos, lo que provocó que el entrenador Fabio Capello lo apartara del equipo. El italiano llegó a decir que Beckham no volvería a jugar con el Madrid. Aquello no tenía mucho sentido, puesto que su participación era necesaria para un conjunto que peleaba por la Liga. Tras varias semanas el técnico transalpino rectificó y dio marcha atrás volviendo a incluir a Beckham en las convocatorias. Fue todo un acierto. El inglés cuajó una gran recta final de campeonato y fue una de las piezas clave del equipo que se llevó el título de Liga 2006-07, la que se denominó como ‘la Liga de las remontadas’. Por supuesto fue titular en la última jornada, el partido frente al Mallorca en el que se cantó el alirón tras dar la vuelta al 0-1 del marcador. Su último partido con la camiseta del Real Madrid lo disputó, curiosamente, frente al mismo equipo con el que había debutado en nuestro país cuatro años antes. Aquella Liga supo a gloria y fue un justo premio a la trayectoria de Beckham con nosotros. Se merecía marcharse con un título relevante y el británico no se pudo despedir mejor del público madridista. Fue muy emotivo su gesto de besar el césped del Santiago Bernabéu durante la celebración, una vez concluido el choque, y en compañía de sus hijos, todos ellos vistiendo la camiseta del Real Madrid.
Era un muy buen futbolista y un auténtico caballero. Pese a que su dimensión como personaje mediático y social superaba con creces su figura como jugador lo cierto es que como deportista su conducta fue siempre intachable. Fue un auténtico profesional y no creo que nadie llegara a tener la más mínima queja sobre su comportamiento dentro del campo. Él mismo lo repitió muchas veces en numerosas entrevistas. “Ante todo soy un futbolista”, señalaba a los medios el británico.
Tras abandonar el Real Madrid recaló en el fútbol norteamericano, el ‘soccer’, y durante seis campañas jugó en Los Angeles Galaxy, incluyendo un par de cesiones al Milán. Su último equipo como jugador en activo fue el París Saint-Germain, con el que disputó la recta final de la temporada 2012-13. Consumada la campaña colgó las botas poniendo así fin a una longeva carrera deportiva. Tenía 38 años. Beckham fue 115 veces internacional con la Selección de Inglaterra, con la que disputó las Eurocopas de 2000 y 2004 y los Mundiales de 1998, 2002 y 2006. Una lesión en el tendón de Aquiles le privó de participar en el de Sudáfrica de 2010.
Como profesional del fútbol Beckham se llevó todo tipo de elogios, honores y distinciones. Sin ir más lejos este pasado martes fue nombrado Premio Presidente de la UEFA 2018 por ser “un verdadero icono futbolístico de su generación”. Fue un futbolista que dejó huella y los aficionados madridistas tuvimos el placer de disfrutar de su calidad y, sobre todo, de su profesionalidad durante las cuatro campañas en las que defendió el escudo del Real Madrid. Parece que fue hace poco, pero ya han transcurrido quince años desde que vino. Cómo pasa el tiempo…
David Beckham disputó 159 partidos oficiales con el Real Madrid y marcó 20 goles. Como madridista ganó 1 Liga y 1 Supercopa de España.
Texto: @Rancoma_
Foto: Realmadrid.com