#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a García Remón
Rememorábamos hace ya unas cuantas semanas en Madridista Real la figura del guardameta Miguel Ángel, arquero que defendió la portería del Real Madrid en la década de los setenta y primeros ochenta. Repasar la vida de Miguel Ángel suponía terminar hablando también de otro guardameta con el que compartió andanzas, triunfos y aventuras en el Santiago Bernabéu. Es imposible hablar de Miguel Ángel sin mencionar a Mariano García Remón. Ambos llevaron carreras deportivas paralelas. Apuntaba al escribir sobre Miguel Ángel que una de las cosas que siempre me llamó la atención de la biografía de ambos era que se repartieron minutos, partidos y temporadas durante más de una década sin que trascendiera el menor atisbo de problema entre ellos. El ejemplo de deportividad del que hicieron gala a la hora de competir por un puesto en el equipo fue digno de elogio.
Miguel Ángel y Mariano García Remón compartieron la responsabilidad de defender la meta del Real Madrid durante muchos años y ambos consiguieron jugar los suficientes partidos como para pasar a la Historia del Club en calidad de estrellas. Eso lo consiguieron por sus propios méritos y demostrando que eran dos grandísimos porteros. Por lo tanto, si en su día nuestro protagonista fue Miguel Ángel, es justo dedicar unas líneas a su compañero de fatigas: García Remón.
Mariano García Remón nació en Madrid el 30 de septiembre de 1950. Comenzó su andadura en el mundo del fútbol en el Rayo Vallecano pero pronto accedió a los equipos inferiores del Real Madrid, donde siguió formándose como guardameta. En la temporada 1970-71, con sólo 20 años, jugó en Segunda División con el Oviedo en calidad de cedido. Su rendimiento fue más que satisfactorio y propició su regreso al Club para ingresar directamente en la primera plantilla del Real Madrid de cara a la temporada 1971-72. Betancort acababa de causar baja pero el técnico Miguel Muñoz seguía contando con un buen ramillete de porteros. Se incorporaba también Pedro Corral procedente del Racing de Santander. José Luis Borja terminaría en el Español, aunque en la plantilla seguían Junquera y Miguel Ángel. Pero el entrenador confió en el joven García Remón que, en su primera temporada en el equipo, se convirtió en el portero titular. El Real Madrid ganó la Liga con un meta de 21 años bajo los palos.
En su segunda campaña como madridista, en la temporada 1972-73, volvió a ser la primera opción para la portería del equipo blanco. Pese a su juventud el portero demostraba ser un auténtico seguro en su puesto. Sus cualidades eran brillantes, las de un portero ágil y con muy buenos reflejos, tal y como demostraría en el partido por el que pasó a la Historia y por el que tanto se le recuerda. Sí, el partido de Copa de Europa frente al Dynamo de Kiev del 7 de marzo de 1973. El encuentro se disputó en Odessa y daría pie al sobrenombre con el que se conoció a partir de aquel día a nuestro protagonista. Mariano García Remón pasó a ser ‘el Gato de Odessa’. El motivo es más que obvio… Las crónicas destacaron por encima de todo las increíbles intervenciones del portero madrileño, principal responsable de que el rival no consiguiese ver puerta. El Real Madrid se trajo un empate 0-0 de aquel partido de ida y resolvió la eliminatoria de cuartos de final ganando 3-0 en Madrid de nuevo con García Remón en la portería. Los aficionados tenían a un nuevo ídolo.
Como ya apuntamos en su día, el gallego Miguel Ángel González accedió a la titularidad de la portería madridista en la recta final de la temporada 1973-74, con Luis Molowny en el banquillo como entrenador. Empezaba así una alternancia que se prolongaría durante más de una década. Bien por decisión de los entrenadores o debido a las lesiones era uno u otro el que se ponía los guantes. Quizás porque antes los futbolistas se empleaban con más contundencia o dureza lo cierto es que los dos porteros llegaron a padecer duros percances que les llegaron a apartar del césped durante prolongados espacios de tiempo. En el caso de García Remón una lesión de hombro y, sobre todo, otra mucho más grave en su rodilla izquierda en abril de 1981. La segunda le llegó en el peor momento, con casi 31 años y tras cerca de tres temporadas disfrutando de la titularidad. Aquel infortunio le costó una larga recuperación y pasarse la temporada 1981-82 en blanco sin vestirse de corto. Volvió a jugar en 1982 para afrontar la recta final de su carrera deportiva, siempre dispuesto a seguir trabajando para ayudar al equipo y aportar su experiencia.
Llegó a ser dos veces internacional con la Selección absoluta. A lo largo de su etapa como jugador adquirió una gran notoriedad como arquero. Uno de los grandes de la época, sobre todo en los setenta. En su caso se ganó la reputación de ser un especialista a la hora de parar penaltis. Basaba gran parte de su efectividad frente a los lanzamientos de castigo en la intuición. Como él mismo explicaba en varias entrevistas de la época se concentraba en el balón y no en el lanzador. Era un portero listo, efectivo y de grandes reflejos. No se adornaba en exceso y resultaba muy seguro en el marco. Un guardameta elegante que supo aprovechar muy bien sus facultades para dejar un buen recuerdo entre los aficionados.
La marcha de García Remón de los terrenos de juego fue un tanto curiosa, puesto que fue repescado un par de veces después de haber colgado las botas. En teoría el guardameta se retiró al término de la temporada 1983-84, pero las lesiones obligaron a que descolgara los guantes durante la temporada 1984-85, aunque no llegó a jugar ningún partido oficial. Un año más tarde volvió a suceder lo mismo. La grave lesión que sufrió Miguel Ángel en mayo de 1985 le impidió al meta gallego comenzar la temporada 1985-86 con el equipo. La dirección técnica del Club decidió volver a recurrir a Mariano García Remón para que acompañara a Ochotorena y Agustín como guardametas, dándose la curiosa circunstancia de que en esa campaña del doblete de Liga y Copa de la UEFA el Real Madrid llegó a contar con cuatro porteros en su plantilla. Al término de aquella temporada, ya sí que sí, Mariano García Remón se retiró definitivamente. Tenía 35 años y atrás quedaban quince campañas como jugador del Real Madrid.
El ex guardameta, que ya había empezado a dirigir en las categorías inferiores antes de abandonar los terrenos de juego, siguió vinculado como técnico en el Club y ejerció como segundo de Vicente Del Bosque en el Castilla. En la temporada 1990-91 accedió al cargo de primer entrenador del equipo filial y consiguió un ascenso a Segunda División con el que nuestro segundo equipo recuperaba la categoría perdida un año antes. Entrenó al Castilla, por aquella época denominado Real Madrid B, dos campañas más antes de dirigir en Primera División al Sporting de Gijón en las temporadas 1993-94 y 1994-95. En el ejercicio 1995-96 regresó al Real Madrid como segundo de Arsenio Iglesias. Posteriormente seguiría su carrera como técnico en equipos como Albacete, Las Palmas, Salamanca, Numancia, Córdoba o Cádiz. En la temporada 2004-05 dirigió al Real Madrid en 20 partidos oficiales entre septiembre y diciembre de 2004. Accedió al cargo tras la dimisión de José Antonio Camacho, con el que había llegado al banquillo del Santiago Bernabéu en calidad de segundo. García Remón, a su vez, sería sustituido por Vanderlei Luxemburgo.
Pese a la tremenda competencia pasó a la Historia como un portero formidable. Aparte de ser uno de los grandes cancerberos que han pasado por la entidad Mariano García Remón siempre ha ejercido de madridista. Además de por su amor a los colores, el suyo es todo un ejemplo de profesionalidad y de respeto hacia un compañero. Su actitud, al igual que sucedía con Miguel Ángel, permitió al Real Madrid contar con dos extraordinarios ‘felinos’ a su disposición durante muchos años. Jugase quien jugase, salió beneficiado el Real Madrid, eso seguro.
Mariano García Remón disputó un total de 231 partidos oficiales durante las quince temporadas que vistió la camiseta del Real Madrid. Ganó 7 Ligas, 4 Copas, 2 Copas de la UEFA y 1 Copa de la Liga.
Texto: @Rancoma_
Fotos: Realmadrid.com