#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a Fernando Hierro
La actualidad futbolística nos ha devuelto al primer plano a Fernando Hierro. El nuevo seleccionador es toda una leyenda e icono del fútbol español tanto con la camiseta del Real Madrid como con la de la Selección. A Hierro, que desempeñaba las funciones de director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol, le ha tocado suplir a Julen Lopetegui al frente del combinado nacional dos días antes de iniciarse el Mundial de Rusia. Una papeleta para la que seguramente estará echando mano de toda la experiencia que lleva acumulada en el mundo del balompié después de tantos años. Hierro ha vivido de todo dentro de un vestuario…
Hace exactamente quince años, al término de la temporada 2002-03, Fernando Hierro finalizaba su etapa como jugador del Real Madrid. Una etapa muy fructífera que le llevó a convertirse en uno de los mejores futbolistas que han vestido la camiseta blanca. En la iniciativa que llevó a cabo la revista Madridista Real para elegir a los cincuenta mejores jugadores de la Historia del Club el malagueño concluyó en el puesto decimotercero. Quien escribe estas líneas incluso le colocó con sus votos dentro del TOP-10. Hierro fue un futbolista emblemático, con un peso colosal dentro del equipo. Junto con Sanchís fue el único futbolista que permaneció en el Real Madrid toda la década de los noventa, periodo en el que sin ninguna duda se convirtió en uno de los jugadores más relevantes del cuadro del Santiago Bernabéu.
Hierro llegó al Real Madrid de la Quinta del Buitre y junto a la gran generación de los años ochenta conquistó la última Liga de aquel ciclo triunfal de los cinco campeonatos consecutivos. Se marchó del Madrid catorce años más tarde con tres Champions League bajo el brazo, entre otros muchos títulos. Compartió vestuario con grandes astros del fútbol mundial. Desde Hugo Sánchez a Figo, Zidane o Ronaldo Nazario. Pero lo cierto es que él siempre fue uno más dentro del grupo de los destacados. Uno de los más grandes de su época.
Fernando Ruiz Hierro nació en Vélez-Málaga el 23 de marzo de 1968 en el seno de una familia en la que él no fue el único futbolista. Sus hermanos Antonio Ruiz Hierro y Manolo Ruiz Hierro también fueron jugadores de élite. Precisamente su hermano Manolo, que después de militar varias temporadas en el Málaga jugó en el Valladolid, fue el principal responsable de que su hermano pequeño aterrizara en las categorías inferiores del club pucelano. Con el Valladolid debutaría en Primera División en la temporada 1987-88, con sólo 19 años, de la mano del técnico Vicente Cantatore. Fue en un triunfo 1-0 frente al Español en el que el pequeño de los Hierro, además, jugaría de inicio. Convenció a su entrenador desde el primer día y pese a su juventud se hizo con un puesto fijo en el equipo durante las temporadas 1987-88 y 1988-89 llegando a disputar 58 partidos de Liga, todos ellos como titular.
La Final de Copa del Rey de la temporada 1988-89 enfrentó a Real Madrid y Valladolid. Los dos clubes acercaron posturas sobre el futuro de Fernando Hierro, que a sus 21 años se había convertido en uno de los nombres con más futuro del fútbol español. El Madrid mejoró la oferta que los vallisoletanos habían recibido del Atlético de Madrid, club que también estaba interesado en los servicios del jugador, y el malagueño pasó a ser futbolista del Club de Concha Espina de cara a la temporada 1989-90.
Fernando Hierro fue un jugador relevante desde el día que pisó por primera vez el Santiago Bernabéu. En su primera campaña con la camiseta blanca se hizo con una titularidad que ya no soltaría en las siguientes catorce temporadas. Aquel mismo año, 1989, debutaría como Internacional absoluto con la camiseta de España. En el Madrid, con Toshack, sólo se perdió un partido de Liga. Jugó un total de 46 partidos oficiales entre todas las competiciones y marcó 7 goles demostrando todas las virtudes que confirmaban que el Real Madrid había acertado de pleno con su fichaje.
Fernando Hierro era un ejemplo preciso de lo que es un futbolista total. Era un jugador extraordinario que rendía a la perfección como defensa, posición en la que había comenzado a despuntar, o como centrocampista. Fue Radomir Antic el que cambió la posición de Hierro sobre el campo para obtener un mayor rendimiento de una de las mejores cualidades del futbolista. Su disparo a puerta. Y es que además de ser un gran defensa, Fernando era un muy buen rematador. Físicamente era muy potente y podía subir con facilidad al área rival. Remataba bien de cabeza, tenía un disparo poderoso y preciso, lanzaba bien las faltas, ejecutaba penaltis… En la temporada 1991-92 fue uno de los goleadores del equipo junto a Hagi y Butragueño. Su nuevo rol sobre el terreno de juego le llevó a luchar por el Pichichi de la Liga española. Marcó 21 goles y fue el segundo máximo realizador del campeonato. Aquel año llegó incluso a jugar algún partido de delantero centro con el dorsal número 9, como sucedió el día de la goleada 7-0 frente al Español.
Actuó dos campañas más como centrocampista. Benito Floro le mantuvo en el medio durante las temporadas 1992-93 y 1993-94. Pese a ser un futbolista relativamente joven se había convertido en uno de los líderes del equipo. Lo hacía bien y tenía continuidad. Todos los entrenadores contaban con su participación y las lesiones le respetaban. En 1993 el Barcelona se lanzó abiertamente a por su fichaje pero el malagueño terminó renovando por el Madrid para alivio de los aficionados blancos que siguieron con nerviosismo las negociaciones para conseguir la continuidad de un jugador que se había vuelto imprescindible. Fue junto a Míchel y Buyo uno de los futbolistas más en forma de aquel Real Madrid de los primeros años noventa.
El estatus que había adquirido en el Madrid era similar al que tenía en la Selección. Había debutado con Luis Suárez y fue fijo con Vicente Miera, con Javier Clemente y con José Antonio Camacho. Acudió a todas las citas importantes para las que se clasificó España. Disputó los Mundiales de Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002 así como las Eurocopas de 1996 y 2000. Con la camiseta de España también hizo gala de su buen hacer como futbolista. Llegó a ser el máximo goleador de la Selección con 29 goles hasta ser superado por el ‘Ferrari’ de Raúl. También llegó a ser en su momento el jugador de campo con más partidos internacionales, 89.
En la temporada 1994-95, con la llegada de Jorge Valdano al banquillo del Real Madrid y el fichaje de Fernando Redondo, el nuevo técnico retrasó a Hierro de nuevo a la defensa. Y desde allí atrás siguió siendo una de las columnas vertebrales del equipo. Aquel ejercicio, en el que se ganaría la Liga, demostró que a Hierro no se le había olvidado defender. Era un muro atrás y encima seguía haciendo goles. Siete, para ser exactos. Y nueve en la siguiente temporada. Y ocho en la siguiente… Fernando Hierro no se movería ya de la zaga en lo que le restaba de carrera en el Real Madrid, pero siguió aportando goles y creando peligro cada vez que se incorporaba al ataque…
Hierro se convirtió en un auténtico mariscal. Imponía con su físico. Era una auténtica locomotora, como en aquel famoso anuncio de televisión que protagonizó para su firma de botas deportivas. Era formidable atrás. Tenía colocación, aguantaba bien a los delanteros, robaba bien el balón… Pero es que además sabía lo que tenía que hacer con la pelota cuando la recuperaba. Distribuía bien, tenía buen toque, buen pase largo… No se le podía catalogar como un jugador físico o como un jugador técnico. Aunaba correctamente las dos facetas, lo que le permitía destacar en el césped como pocos. Garra y calidad. Estamos hablando seguramente de uno de los jugadores más completos del fútbol español de los noventa.
A todas sus virtudes como futbolista se unía su fuerte carácter, una personalidad que le servía para encararse con un adversario en los momentos de mayor crispación, siempre en defensa del escudo y de la camiseta blanca. Hierro además tenía la autoridad suficiente como para pegar cuatro voces a sus compañeros cuando era necesario.
Con el tiempo, claro, terminó portando el brazalete de capitán. En su caso la experiencia y la veteranía sirvieron para mantenerle como un referente del Real Madrid. Incluso cuando las más rutilantes estrellas del fútbol mundial comenzaron a desfilar por el vestuario del Real Madrid, en la primera etapa de Florentino Pérez como presidente, el capitán, Fernando Hierro, seguía siendo uno de los nombres propios destacados del equipo. Por allí estaban Raúl, Roberto Carlos, Figo, Ronaldo, Zidane… Y también estaba Fernando Hierro. Él sería el encargado de levantar los últimos trofeos que consiguió como jugador del equipo blanco.
De hecho, se marchó con un título, la Liga de la temporada 2002-03. Siempre se ha especulado mucho sobre los motivos que propiciaron su salida del Real Madrid y sobre lo que sucedió la famosa noche de los festejos con aquel intercambio de pareceres con el presidente y el director deportivo Jorge Valdano. En cualquier caso, Hierro nunca se arrepintió de nada y siempre manifestó que lo único que hizo fue actuar como portavoz del vestuario en su condición de capitán. En entrevistas posteriores ha llegado a decir que contaba con una oferta de renovación por un año pero que sabía ya con antelación que no seguiría en el equipo… Tenía 35 años.
No se retiró. Tras dejar el Real Madrid en aquel verano de 2003 el malagueño vistió la camiseta del Al-Rayyan de Catar y en la temporada 2004-05 regresó al fútbol europeo para disputar una campaña con el Bolton de Inglaterra. Se retiró al término de aquella temporada 2004-05, a los 37 años y habiéndose clasificado su equipo para la Copa de la UEFA. Los ingleses, que habían quedado encantados con su rendimiento, le pidieron que siguiese un año más. Pero Fernando Hierro decidió que no, que lo quería dejar en lo más alto y sintiéndose importante.
Tras poner punto y final a su carrera como jugador en activo ha seguido vinculado profesionalmente al mundo del fútbol. Ejerció de director deportivo de la RFEF entre 2007 y 2011, periodo en el que la Selección ganó una Eurocopa y un Mundial. Posteriormente fue mánager general del Málaga. En la temporada 2014-15 volvió al Real Madrid para realizar las labores de segundo entrenador junto a Carlo Ancelotti. Sustituyó en el puesto a Zinedine Zidane, que pasó a entrenar al Castilla aquel año. En la temporada 2016-17 dirigió al Oviedo en Segunda División y en noviembre de 2017 regresó a la RFEF para iniciar su segunda etapa como director deportivo. Lo más reciente ya lo sabemos todos… En estos momentos dirige a la Selección en Rusia.
Actualmente disponemos de YouTube para poder ver cómo jugaban futbolistas a los que, por razones de edad, no hemos podido disfrutar durante sus carreras en activo. Pero no tengo claro que quienes vean vídeos de Hierro en el futuro lleguen a percibir la dimensión y el peso que tuvo este futbolista. Podrán ver sus robos de balón, sus goles, sus arrancadas, sus remates, sus golpeos a balón parado… Pero sólo quienes hemos visto jugar a Fernando Hierro comprenderemos el papel y la relevancia que ha tenido este futbolista. La jerarquía que llegó a tener sobre el terreno de juego. Lo que transmitía como jugador. Las sensaciones…
Hierro era la representación perfecta de lo que un niño sueña con llegar a ser como futbolista cuando corretea con el balón por el patio del colegio. Inexpugnable en defensa, ordenando a sus compañeros, luciendo el brazalete de capitán, marcando goles y levantando los trofeos. Fernando Hierro era un líder. Sencillamente uno de los mejores futbolistas de la Historia del Real Madrid, codo con codo con los más grandes.
Fernando Hierro disputó un total de 601 partidos oficiales durante las catorce temporadas que vistió la camiseta del Real Madrid y marcó 127 goles. Ganó 5 Ligas, 3 Champions League, 2 Copas Intercontinentales, 1 Supercopa de Europa, 1 Copa del Rey y 5 Supercopas de España.
Texto: @Rancoma_
Fotos: Revista oficial del Real Madrid y Realmadrid.com.