#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a Camacho
Es el octavo futbolista que más partidos ha disputado en la Historia del Real Madrid. Está en el TOP-10 de los que más veces han saltado al terreno de juego con la camiseta blanca. Este era de los que no se arrugaba ante nada… Muy mal tenía que encontrarse para no estar en el césped, aunque fuera con una aparatosa venda en la cabeza y una brecha en la frente recién cosida, tal y como le sucedió con la Selección en el Mundial de 1986. José Antonio Camacho era un jugador que lo daba todo en el campo, que se entregaba a fondo y sin concesiones, y eso lo ha valorado siempre la afición de cualquier equipo. La nuestra sobre todo. Con él en el equipo se podría ganar o se podría perder, pero de lo que no había ninguna duda es que todos, empezando por él mismo, se exprimirían al máximo de sus fuerzas en pos de la victoria. Era un auténtico líder.
José Antonio Camacho Alfaro nació en la localidad de Cieza, Murcia, el 8 de junio de 1955. Allí empieza a dar sus primeras patadas al balón aunque su familia se traslada a Albacete siendo él todavía un niño, razón por la que comienza a jugar en equipos de la región antes de dar el salto al equipo juvenil del Albacete Balompié y al primer equipo del club manchego. Desde muy pronto destaca por sus cualidades y es reclamado por la Selección española de categoría juvenil… Y por el Real Madrid. Con sólo 18 años ficha por el Club blanco, en principio para jugar con el Castilla. Sin embargo, la temporada 1973-74 la termina con el primer equipo a las órdenes de Luis Molowny, el técnico que le hace debutar en marzo de 1974. Disputó cinco partidos de Liga, cuatro de ellos completos, antes de terminar la campaña. En la temporada 1974-75, con Miljan Miljanić en el banquillo blanco, José Antonio Camacho se convierte en titular del Real Madrid y consigue el doblete de Liga y Copa.
Sólo tenía 19 años y ya era fijo en un equipo en el que jugaban futbolistas como Pirri, Amancio, Grosso o Velázquez. De ellos se empaparía de todos los valores que desprendía el Real Madrid y se convertiría en santo y seña del equipo durante los setenta. Era el Real Madrid de Don Santiago Bernabéu. Todo aquel espíritu se encargaría de transmitirlo junto a hombres como Santillana, Juanito o Miguel Ángel a las nuevas generaciones de futbolistas que se irían incorporando al vestuario blanco con el paso de los años. Dieciséis temporadas permanecería en el Real Madrid en los que cosecharía todo tipo de éxitos y de títulos. Sólo quedó pendiente la anhelada Copa de Europa, aquella Séptima que tanto se haría esperar. Pudo haberla conseguido en la Final de París de 1981 frente al Liverpool. De hecho, de aquel partido suele recordarse una de las ocasiones más claras de las que dispuso el equipo blanco, precisamente en las botas de nuestro protagonista. Encaró solo la portería británica… Pero su disparo se marchó alto…
No era lo suyo. Marcó 9 tantos a lo largo de su trayectoria como profesional, pero lo suyo no era marcar goles. Todo lo contrario, lo suyo era evitarlos. José Antonio Camacho era un defensa clásico. Un defensa cerrado. Se desempeñaba en el lateral izquierdo, con el dorsal número 3 a la espalda. Nada que ver con laterales más modernos como Roberto Carlos o Marcelo. José Antonio Camacho era defensa. El defensa. Quizás el ejemplo más claro de lo que tiene que ser un defensa, es decir, un seguro atrás y el encargado de que por su banda el rival no pueda crear peligro. Su entrega, como apuntaba al principio del artículo, estaba fuera de toda duda. Su fútbol era sinónimo de garra. Podríamos decir que fue uno de los últimos símbolos de lo que se denominó ‘La Furia’, concepto actualmente en desuso en el mundo del balompié. Era la personificación del espíritu de lucha que siempre le ha gustado al público del Bernabéu. Se midió a los mejores futbolistas de la época en duelos inolvidables, como en aquellos enfrentamientos cara a cara con Johan Cruyff en los partidos con el Barcelona. Le tocó jugar contra todas las estrellas de los setenta y de los ochenta y siempre dio la talla ganándose fama internacional como uno de los mejores defensas de la época, un marcador ejemplar.
José Antonio Camacho fue además todo un ejemplo de superación. En enero de 1978 sufrió una gravísima lesión, una rotura de los ligamentos cruzados en la rodilla izquierda que le obligó a pasar dos veces por el quirófano y a tirarse casi veinte meses inactivo. Sólo alguien con su tenacidad podía entrar a la sala de operaciones en camilla sonriendo y haciendo con los dedos el gesto de la ‘V’ de victoria, tal y como refleja la famosa fotografía en la que aparece junto a su compañero Goyo Benito. La viva imagen del optimismo en un momento dramático. Esa maldita lesión estuvo muy cerca de retirarle del fútbol. Su tenacidad y el apoyo de su familia le ayudaron a pasar por el trance de una durísima recuperación que duró mucho más de lo esperado.
Pero volvió a jugar. La temporada 1979-80 fue la de volver a empezar. Algunos temían que no pudiera recuperar su mejor nivel, pero Camacho lo hizo. Volvió a ser el futbolista disciplinado que contaba con el respaldo de todos los entrenadores y que hizo gala de una tremenda regularidad. La lesión quedó atrás y Camacho volvió a ser el que era. Partido tras partido y temporada tras temporada siguió haciendo Historia y sirvió de ejemplo para la camada de canteranos que se incorporaron al primer equipo durante los primeros años ochenta. Con la Quinta del Buitre vivió aquellas legendarias remontadas europeas en las que él era uno de los principales protagonistas y uno de sus baluartes junto a Santillana y a Juanito. El carisma de Camacho y ese punto de mala leche y cabezonería tan suyos eran necesarios para convencerse de que las eliminatorias, fuese cual fuese el resultado adverso, podían darse la vuelta.
Como no podía ser de otro modo Camacho fue también un habitual de la Selección en los setenta y en los ochenta, durante prácticamente toda su carrera deportiva como jugador en activo. Debutó con la elástica nacional el 5 de febrero de 1975 en un partido entre España y Escocia que finalizó con empate a uno. Fue el primer encuentro de una larga etapa que le llevaría a ser 81 veces internacional, lo que durante muchos años llegó a ser el récord absoluto de internacionalidades. Hay que tener en cuenta además que antes no se jugaban tantos partidos internacionales como ahora y, sobre todo, hay que recordar que se pasó casi dos años en blanco a causa de su gravísima lesión. Entre noviembre de 1977 y febrero de 1981 sólo jugó un encuentro con el combinado nacional. Si no fuese por aquellos problemas quizás hubiera llegado a ser el primer jugador español en superar la barrera de los 100 partidos con la Selección. Aquel duro trance le privó de acudir al Mundial de Argentina de 1978, pero sí que participó en las citas mundialistas de España 1982 y de México 1986. También jugó las Eurocopas de Francia 1984, en la que España fue Subcampeona, y Alemania 1988. Precisamente la eliminación en esta última significó su adiós a la Selección con 33 años.
Aún le dio tiempo a jugar una temporada más con su Real Madrid. Con la retirada de su compañero de fatigas Carlos Santillana, en la temporada 1988-89 se quedó como el único representante de aquella generación con la que empezó a jugar en los setenta y que poco a poco había ido retirándose con el inexorable paso del tiempo. El gran capitán era el último superviviente de una etapa gloriosa. Junto a la Quinta del Buitre cosechó sus últimos títulos como futbolista en activo. Otra Liga, otra Copa y una Supercopa. Su presencia en la plantilla era ya más bien presencial. Disputó 9 partidos oficiales y al término de la campaña, habiendo alcanzado los 34, puso fin a una fructífera carrera deportiva de dieciséis años en la élite. Su palmarés era envidiable. En la siguiente campaña, el 2 de mayo de 1990, el murciano recibió un más que merecido homenaje en el que volvió a vestir la camiseta del Real Madrid por última vez. Fue en un partido frente al Milán y Camacho fue levantado a hombros por los que hasta hacía un año habían sido sus compañeros de vestuario. Era el adiós de un mito de nuestro Club.
Su carrera como entrenador arranca nada más colgar las botas. En la temporada 1989-90 ya estaba dirigiendo en las categorías inferiores del Real Madrid y en la siguiente campaña, 1990-91, forma tándem junto a Don Alfredo Di Stéfano a la hora de sustituir a John Toshack en el banquillo del primer equipo madridista tras el cese del galés en noviembre de 1990. No llegaron a terminar la campaña, puesto que quien guió al Real Madrid en la recta final de esa temporada 1990-91 fue Radomir Antic. En la temporada 1991-92 inicia su carrera como técnico en solitario fuera de la casa blanca. Arranca en el Rayo Vallecano, en Segunda División, al que coge a mitad de año y lo clasifica en segunda posición consiguiendo el ascenso a Primera División. Dirige a los vallecanos en la élite durante la temporada 1992-93. Camacho se convirtió en uno de los técnicos más populares de la década de los noventa. En la temporada 1993-94 vuelve a entrenar en Segunda con el Español y de nuevo consigue el ascenso a Primera ganando la Liga de la categoría de plata. Con el Español completa dos buenos ejercicios en Primera. En la temporada 1996-97 dirige al Sevilla aunque ahí las cosas no funcionan y es cesado en febrero de 1997. En la temporada 1997-98 vuelve al Español.
Y en el verano de 1998 sucedió lo que muchos vaticinaban. José Antonio Camacho regresaba al Santiago Bernabéu para dirigir a su Real Madrid. Pero para sorpresa mayúscula de todo el mundo no llega a debutar. Desavenencias y diferencias de criterios con la presidencia le hacen dimitir en pleno mes de julio y sólo 22 días después de haber sido presentado como nuevo entrenador blanco. Su vuelta al Real Madrid quedó frustrada pero ese mismo año terminaría dirigiendo al otro equipo que defendió con tanto ahínco como jugador. Recaló en la Selección española, ahora como técnico, sustituyendo a Javier Clemente. Fueron cuatro buenos años con el combinado nacional en los que dirigió al equipo en la Eurocopa de 2000 y en el Mundial 2002.
Tras dejar la Selección entrenó dos temporadas en el Benfica de Portugal ganando una Copa. En la temporada 2004-05 volvió por segunda vez como entrenador al Real Madrid. Aunque no tan corta como la primera, esta nueva etapa también resultó efímera. Aunque esta vez, por lo menos, llegó a entrenar al equipo. Fueron seis partidos, tres de ellos de Liga, pero un par de derrotas y de nuevo diferencias de criterios junto a faltas de entendimiento hicieron que el murciano presentara su dimisión.
Tras salir por segunda vez del Santiago Bernabéu el míster de Cieza continuó su carrera de nuevo en el Benfica y después en el Osasuna, donde pasó tres temporadas. También ha sido seleccionador nacional de China y de Gabón. Durante varios años también ha ejercido de comentarista en televisión, siendo ya habitual en las retransmisiones de grandes eventos en los que participa la Selección, como en el caso de los Mundiales.
Resulta llamativo que no fructificara su carrera como entrenador en el Real Madrid. Con dos oportunidades, además. En ambos casos fue él mismo el que renunció. Sus razones tendría y hay que respetarlo. De lo que no cabe duda, en cualquier caso, es que estamos hablando de uno de los grandes símbolos de la Historia del Real Madrid. Todo aquel que le viera jugar no puede poner en duda el madridismo de José Antonio Camacho, es imposible. Éste es de los que se dejó la piel, en el sentido más estricto de la palabra, defendiendo el escudo y la camiseta del Real Madrid. Pese a ocupar una demarcación en la que no se suele brillar, futbolísticamente hablando, él consiguió hacerse un hueco entre los grandes dentro del imaginario colectivo de los aficionados madridistas. Su carrera como futbolista ha sido una de las más brillantes en el fútbol español y es Historia viva del Real Madrid. Se trata de una de nuestras leyendas…
José Antonio Camacho Alfaro disputó un total de 577 partidos oficiales durante las dieciséis temporadas que vistió la camiseta del Real Madrid. Ganó 9 Ligas, 5 Copas, 2 Copas de la UEFA, 1 Copa de la Liga y 1 Supercopa de España.
Texto: @Rancoma_
Fotos: Realmadrid.com