#ApuntesDeLaHistoria | Aquellas presentaciones veraniegas

#ApuntesDeLaHistoria | Aquellas presentaciones veraniegas

“Estuve en la presentación del Madrid, fue alucinante. El estadio estaba casi lleno (sólo había huecos donde llovía) y la gente celebraba como si acabásemos de ganar la Copa de Europa en vez de ser la presentación del equipo. Entré 2 horas antes al estadio para coger un buen sitio…”. Así describía mi gran amigo Jesús la noche del 23 de julio de 1997 en una postal que todavía conservo 21 años después. No se jugaba ningún partido en el Santiago Bernabéu. No. Lo que el numeroso público acudió a contemplar era la puesta en marcha del Real Madrid de cara a la temporada 1997-98. La presentación oficial del equipo.

A los más jóvenes no les sonará de nada, pero antiguamente estos actos suponían el pistoletazo de salida de la nueva campaña. Los futbolistas concluían sus vacaciones y se volvían a calzar las botas para arrancar los entrenamientos veraniegos. Pero antes de partir a los ‘stage’ de pretemporada por Holanda o Suiza había una cita obligada con el público del Bernabéu. Las presentaciones se llevaban a cabo, por norma general, en el Santiago Bernabéu salvo excepciones puntuales como la de la temporada 1988-89, hace justo ahora 30 años, que se realizó en la antigua Ciudad Deportiva.

¿En qué consistían aquellas presentaciones? En realidad no eran gran cosa, pero resultaban ser actos con mucho encanto y solera. La plantilla al completo saltaba al terreno de juego y presidente, entrenador y capitán pronunciaban sus primeras palabras transmitiendo los buenos deseos de cara al nuevo ejercicio y prometiendo trabajo y esfuerzo. Los reporteros y medios gráficos aprovechaban para fotografiar a los nuevos jugadores. Seguramente habremos visto muchas veces fotos de Hugo Sánchez, Gordillo y Maceda posando juntos. Esas imágenes, por ejemplo, corresponden al día de la presentación de la plantilla para la temporada 1985-86. Los fichajes siempre eran el centro de atención. También solían posar los nuevos canteranos que se incorporaban desde el filial bien para formar parte de la primera plantilla o para realizar la pretemporada con los ‘mayores’. El acto central, sin duda, era la gran foto de familia que se tomaba para inmortalizar la primera imagen de la plantilla que siempre aparecía en el póster de la revista oficial del Real Madrid correspondiente a su número del mes de septiembre.

Esos pósters a todo color también se utilizaban para elaborar el Extra Liga de la desaparecida revista Don Balón, aquel espectacular ejemplar extraordinario que llegaba a los kioscos a finales del verano y en el que aparecían todas las plantillas de Primera y Segunda División junto a los datos y las fotografías de todos los futbolistas de las dos máximas categorías del fútbol español. Aquellas ‘biblias’ balompédicas serían las antecesoras de las actuales guías que elaboran los periódicos pero que no tienen nada de gracia en comparación porque les falta, precisamente, las imágenes de esas presentaciones que los clubes dejaron de realizar hace ya muchos años…

Una vez realizadas las fotografías de plantilla, los entrenadores realizaban una suave sesión preparatoria. Los futbolistas efectuaban ejercicios sobre el césped, correteaban un poco y finalmente se organizaba un partidillo en el que los flashes de los medios gráficos buscaban, principalmente, a quienes se estrenaban ese día como madridistas. El primer centro, el primer gol, el primer remate… Algunas de esas fotos servían para elaborar los cromos del apartado de “últimos fichajes” de los álbumes, cuyas colecciones salían al mercado en los estertores del mes de julio.

Las presentaciones oficiales siempre tuvieron bastante tirón. El campo no se llenaba, ni mucho menos. Pero sí que se congregaban varios miles de personas. Había ‘mono’ de fútbol. El número de asistentes era mayor en caso de fichajes de relumbrón o en momentos de expectativas optimistas. Sirvan como ejemplo los 55.000 espectadores que acudieron al campo el día de la presentación del Real Madrid para la temporada 1994-95 con el objetivo de ver juntos, por primera vez, a Laudrup, Redondo, Quique Sánchez Flores, Cañizares y Amavisca. Ese nuevo proyecto que lideraría Jorge Valdano despertó tanta ilusión que el número de público asistente alcanzó una cifra récord.

Pero aquello no fue nada en comparación a lo que sucedió dos años más tarde. El 23 de julio de 1996, en la primera presentación que se realizó bajo el mandato de Lorenzo Sanz como presidente, sucedió lo que no se había visto nunca… De nuevo con la ilusión como detonante, 120.000 personas asistieron al Santiago Bernabéu para contemplar al nuevo Madrid de las estrellas, el de los Capello, Mijatovic, Suker, Seedorf y compañía. Muchísima gente se quedó fuera del estadio sin poder entrar, lo que demuestra el interés que había por ver a la nueva plantilla después de la decepcionante temporada 1995-96. La presentación, a diferencia de ocasiones anteriores, se realizó de noche con un formato de show que no tenía nada que ver con lo que se había visto en las presentaciones hasta entonces. Con las luces apagadas y acompañados de focos láser los miembros de la plantilla fueron saliendo al terreno de juego de uno en uno y eran recibidos por nuestras tres mayores leyendas, Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskás y Paco Gento, que les daban la bienvenida. El público se lo pasó en grande en lo que se convirtió en una auténtica fiesta madridista que incluso fue retransmitida por televisión.

Un año más tarde se repitió la fórmula. De nuevo presentación nocturna multitudinaria, luces, sonido, espectáculo y euforia desatada por parte de los 75.000 espectadores que acudieron al Bernabéu. Pero ya entonces comenzaron a hacerse evidentes algunos síntomas que terminaron haciendo inviable seguir con la tradición de las presentaciones veraniegas… Los fichajes cada vez se hacían más tarde. Cada vez más tarde. Actualmente resulta incluso habitual empezar las pretemporadas veraniegas sin fichajes y las nuevas adquisiciones se van incorporando con el paso de las semanas. A veces incluso a última hora, como sucedió con Ronaldo Nazario el último día de agosto de 2002. El fútbol ha cambiado mucho durante estas últimas dos décadas. Ahora la expectación se centra en los cierres de mercado. Cláusulas que se pagan en el último minuto, movimientos de última hora, fichajes sobre la campana… Con las plantillas cerrándose cada vez más tarde dejaron de tener sentido las presentaciones oficiales. No tenía lógica realizar actos en los que faltaban jugadores por llegar y en los que participaban futbolistas que terminaban causando baja justo antes de iniciarse la competición oficial. Sencillamente se dejaron de realizar. Lo más parecido que hubo desde entonces fueron las presentaciones individuales de jugadores como Kaká, Benzema y, sobre todo, Cristiano Ronaldo, que llenó el Bernabéu el 6 de julio de 2009. Ahora, nos vamos directamente a las giras por el extranjero.

Fue una tradición que terminó cayendo en el olvido. Pero tenía su encanto. Tal es así que ahora muchos recuerdan aquellas presentaciones con nostalgia. Sobre todo los que estuvieron presentes en alguna de ellas. Se solían realizar a mediados o finales de julio, con el verano en pleno apogeo. Es decir, en plenas vacaciones escolares. Y es que aquella era otra de las señas de identidad de aquellos actos, las gradas estaban llenas de niños y jóvenes que se empapaban de madridismo. Seguro que hay por ahí muchas Historias de pequeñajos que acudían acompañados de amigos, padres o abuelos para contemplar a sus ídolos del Real Madrid. Algunos pisando el Bernabéu por primera vez. Es posible que aquellas presentaciones sigan evocando gratos recuerdos porque están ligadas a la infancia de muchos…

No quiero terminar sin volver a citar la postal que mi amigo Jesús me envió a finales de julio de 1997 con motivo de la presentación a la que había acudido. “La gente celebraba como si acabásemos de ganar la Copa de Europa en vez de ser la presentación del equipo”. Siempre me acuerdo de ese pasaje porque sus palabras resultaron proféticas. Era, como reflejaba al comienzo, el arranque del Real Madrid para la temporada 1997-98. Sí. Era la plantilla que ganó la Champions League en Ámsterdam

Texto: @Rancoma_

Fotos: Revista oficial Real Madrid y Don Balón.

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