#ApuntesDeLaHistoria | El absurdo cese de Antic
Escribía en mi primer artículo para la sección ‘Apuntes de la Historia’ sobre lo poco productivos que han sido los constantes cambios de entrenador que ha padecido el Real Madrid en los últimos 28 años. Mencionaba entonces de pasada el capítulo del cese de Radomir Antic como técnico del equipo blanco en la temporada 1991-92. Creo que es necesario tener siempre presente aquel fatídico pasaje de nuestra historia porque explica muchos de los problemas que ha sufrido y que sigue sufriendo nuestro club. Ahí empezaron muchos de los males que seguimos arrastrando como institución…
Radomir Antic recaló en el Real Madrid en marzo de 1991. El equipo estaba atravesando una campaña horrible. Lejos del primer puesto en Liga, eliminado en la Copa de Europa y fuera de la Copa del Rey muchos temían que la temporada 1990-91 concluyese con el equipo fuera de competiciones europeas. El club se encontraba inmerso en un proceso electoral y Antic era el tercer entrenador que se sentaba en el banquillo tras John Toshack y Alfredo Di Stéfano. Un desastre todo. El nuevo entrenador llegaba de manera provisional para dirigir al equipo durante tres meses con el único objetivo de tratar de clasificar al equipo para la Copa de la UEFA.
Antic perdió sus dos primeros partidos al frente del equipo, pero en cuanto sus métodos empezaron a ser asimilados por los jugadores la escuadra blanca empezó a carburar y los resultados comenzaron a llegar. Por primera vez en muchos meses el Real Madrid volvió por sus fueros. Los últimos nueve partidos de Liga se saldaron con ocho victorias y un empate a domicilio frente al Osasuna, que aquel año terminó cuarto y se estaba jugando plaza en la UEFA con el Madrid. El equipo blanco, que cerró la temporada ganando al Barcelona en el Bernabéu 1-0 con gol de Aldana, consiguió remontar hasta la tercera posición de la tabla, a un solo punto del Atlético de Madrid, segundo. El equipo, por supuesto, se clasificó para la UEFA y cerró la Liga con un sprint final impresionante.
Ramón Mendoza, que salió vencedor en las elecciones celebradas el domingo 14 de abril de 1991, se encontró con una difícil papeleta al finalizar la temporada 1990-91. Tenía un compromiso verbal con el técnico colombiano Pacho Maturana de cara a la temporada 1991-92. Pero los resultados de Antic habían sido tan buenos que no parecía lógico apartarle del banquillo. El presidente ofreció a Maturana un puesto como director técnico del equipo, pero Maturana quería entrenar. Mendoza también le ofreció a Antic el puesto de director deportivo, lo que podría considerarse como un premio a la buena labor que había efectuado en sus meses como técnico y al mismo tiempo dejaría libre el banquillo para Maturana. Pero Antic también quería entrenar… Y lo cierto es que se había ganado su continuidad por la vía de los hechos gracias a su trabajo y a los resultados.
Finalmente Mendoza optó por la continuidad de Antic. El yugoslavo sería el entrenador para la temporada 1991-92. Los jugadores estaban encantados con el técnico, tal y como se desprenden de todas las declaraciones de la época. Antic había devuelto la confianza de muchos de ellos, que volvieron a brillar como en los viejos tiempos, y había rescatado a futbolistas como Hagi, que ofrecieron su mejor versión con el técnico balcánico en la banda.
El Real Madrid cuajó un excelente arranque en la temporada 1991-92. Las diez primeras jornadas de Liga se saldaron con nueve victorias y un empate. Se llegó a final de año con una sola derrota por la mínima (1-0) en Copa de la UEFA frente al Neuchatel suizo que no impidió que el equipo siguiese en competición gracias a la consiguiente remontada por 4-0 en el Bernabéu.
Los resultados eran magníficos pero había un problema. O eso nos querían hacer ver. Según la prensa el equipo no jugaba bien. Nunca he terminado de entender ese concepto tan subjetivo de lo que es jugar bien. Jugar bonito. Creo que para ganar hay que hacer las cosas bien. Y hacer las cosas bien supone jugar bien. El Real Madrid de Antic encajaba pocos goles y marcaba muchos. Es decir, era un equipo seguro atrás y eficaz arriba. Los resultados están ahí. Se ganaban los partidos y el equipo era primero de la clasificación con números de récord. Entonces, ¿cuál era el problema? Según la prensa no se jugaba bien. No se jugaba… ¿bonito?
Radomir Antic sufrió una presión mediática feroz por parte de la prensa. Tanto en los periódicos como en la radio nocturna, donde se le llegó a utilizar como saco de boxeo para atizar, en realidad, al presidente Mendoza. Pese a que los resultados le avalaban, el ruido mediático sobre el juego del equipo fue constante. Partido tras partido, semana tras semana, mes tras mes… Es fácil pensar en lo influenciado que estaba el público del Bernabéu y los aficionados por parte de los medios de comunicación, pero seguramente muchos también vieron con buenos ojos lo de cargarse al entrenador a mitad de temporada. Y Mendoza cedió a las presiones. A las presiones del público pero, sobre todo, a las presiones de la prensa, aunque él lo negara con posterioridad. Y seguramente a presiones internas. No todos dentro de la cúpula del club debían de estar del lado de Antic. Y entre los técnicos y consejeros deportivos del club también debía de haber voces que estaban de acuerdo con la brillante idea de echar al entrenador en el mes de enero y con el equipo habiéndose hecho con el título honorífico de ‘Campeón de Invierno’.
Sí. Mendoza cedió. A Radomir Antic se le cesó el lunes 27 de enero de 1992. Acababa de terminar la primera vuelta de la Liga y el Madrid había ganado 2-1 al Tenerife. A algunos entrenadores se les cesa por los malos resultados. A otros por derrotas dolorosas. A otros por tener a su escuadra en puestos de descenso. A Radomir Antic se le fulminó teniendo al Real Madrid líder y después de haber ganado un partido. Se le cesó porque el equipo “no daba espectáculo”.
En el momento de cesar a Antic, el Real Madrid era líder de la Liga con tres puntos de ventaja respecto al segundo, estaba clasificado para cuartos de final de la Copa de la UEFA y para cuartos de final de la Copa del Rey. Es decir, el equipo estaba vivo en las tres competiciones que disputaba. Los jugadores no entendieron aquella decisión del club. La acataron, claro, pero no la compartían y no la entendían. Todos se manifestaron públicamente contrariados y apoyaron a Antic. En realidad, nadie del mundo del fútbol entendió todo aquello. ¿Qué sentido tenía cesar al entrenador a mitad de temporada? Todos los profesionales, técnicos y jugadores consultados durante aquellos días consideraron un error echar al entrenador teniendo al equipo como lo tenía Antic en aquellos momentos. En el colmo de la hipocresía, algunos medios y periodistas que habían sido muy críticos con Antic se llevaban las manos a la cabeza por su cese. Aquello era muy poco serio…
El sustituto de Radomir Antic fue el neerlandés Leo Beenhakker, técnico que ya había dirigido al Real Madrid entre las temporadas 1986-87 y 1988-89 y que había regresado al club con la campaña 1991-92 ya empezada en calidad de director técnico o manager de fútbol. Algunos entendieron aquel aterrizaje de Beenhakker en el Bernabéu como un evidente síntoma de que desde el propio club se quería sustituir a Antic. Los rumores estuvieron ahí durante meses. Y al final hubo cambio de sillas. Antic se quedó en el Madrid como manager de fútbol y Beenhakker fue el entrenador en la segunda vuelta de la temporada.
Una segunda vuelta en la que las cosas no marcharon nada bien. Con Antic se criticaba el juego del equipo pero se ganaban los partidos. Con Beenhakker se siguió criticando el juego del equipo… Y los puntos se fueron escapando poco a poco. El nuevo técnico se estrenó con un empate en casa frente al Cádiz y una derrota a domicilio en Valladolid. La temporada concluyó con la dolorosa derrota en Tenerife que nos privó del título de Liga. El Real Madrid había sido líder desde el mes de octubre. Ocho meses seguidos en lo más alto y todo se fue por la borda en la última jornada.
Con Radomir Antic la primera vuelta se saldó de la siguiente manera:
19 partidos jugados. 14 victorias. 3 empates. 2 derrotas.
Con Leo Beenhakker la segunda vuelta se saldó de la siguiente manera:
19 partidos jugados. 9 victorias. 5 empates. 5 derrotas.
Qué bien le vino al equipo el cambio de entrenador, ¿verdad? Menudo espectáculo que dimos. Ya lo creo…
Antic permaneció un total de diez meses en el Real Madrid entre marzo de 1991 y enero de 1992. Dirigió al equipo en 38 encuentros oficiales entre dos temporadas diferentes. El saldo fue de 27 triunfos, 5 empates y 6 derrotas, de las cuales 2 fueron en sus dos primeros encuentros, nada más llegar al Club. En la temporada 1991-92, la de su cese, se sentó en el banquillo en 27 partidos oficiales con un balance de 19 triunfos, 4 empates y 4 derrotas.
Es difícil saber qué hubiese pasado de no haber cesado a Antic a mitad de temporada. Pero lo normal hubiese sido haber ganado aquella Liga. Por lo menos, haber ganado aquella Liga… Desde luego, toda aquella polémica, todo aquel ruido mediático y aquel cambio de entrenador no ayudaron en nada a un equipo que agarró la cuesta abajo hasta perder la Liga en Tenerife. El Madrid también quedó eliminado en la UEFA y perdió la Final de la Copa del Rey. Lo perdió todo. ¿Aquel era el espectáculo? ¿Ese era el espectáculo que se prometió para justificar la marcha de Antic?
Perder aquella Liga de la temporada 1991-92 supuso un regalo para nuestro máximo rival deportivo, que encadenó su segundo título liguero consecutivo, algo que no sucedía desde 1960, y le permitió continuar con un ciclo ganador que el Real Madrid pudo haber roto en caso de haberse proclamado campeón. Desde entonces llevamos ya casi tres décadas en las que nuestro equipo no ha vuelto a ejercer un dominio claro en las competiciones nacionales. Vuelvo a tirar del dato de las 8 Ligas y 3 Copas del Rey en 28 años. Tantos cambios de entrenador no han sido nada productivos y lo que sucedió con Antic es el ejemplo más flagrante…
El cese de Radomir Antic ha sido la peor decisión que se ha tomado en el Real Madrid en las últimas tres décadas. Gustaría más o gustaría menos como entrenador. Caería mejor o caería peor como persona… Cada cual tiene sus opiniones y son todas respetables. Pero de lo que no hay ninguna duda es que fue un error garrafal prescindir de Antic a mitad de temporada. Los hechos así lo demostraron.
Conviene tenerlo en cuenta y conviene recordar estos capítulos de nuestra Historia. Nos deben servir para que las nuevas generaciones sepan por qué pasaron y por qué siguen pasando algunas cosas. También nos deben servir como ejemplo de cara a futuro. Para tratar de evitar errores y para exigir al Club que se tomen las decisiones deportivas con criterio, seriedad y, sobre todo, sin presiones de ningún tipo. Sobre todo, tratando de evitar siempre las presiones mediáticas. Y esto también es aplicable a todos nosotros como aficionados.
Texto: @Rancoma_