Apuntes de la Historia | El primer cese de Toshack
El 19 de noviembre de 1990, la semana que viene se cumplirán 30 años, John Toshack fue cesado como entrenador del Real Madrid. Fue la primera vez que el entonces presidente Ramón Mendoza cesaba a un técnico en medio de una campaña en curso, algo que no sucedía en el Club desde la temporada 1984-85 con Amancio. De hecho, en la década de los ochenta sólo Amancio y Boskov, en marzo de 1982, cedieron su puesto a mitad de un ejercicio. Algo muy distinto, sin duda, a lo que pasaría a lo largo de la década de los noventa con un banquillo terriblemente inestable en el que ningún entrenador logró pasar más de año y medio sentado en aquella silla caliente. Todo eran prisas y proyectos cortoplacistas que se echaban abajo en cuanto aparecía un resultado adverso. Nada de paciencia. Toshack fue el primero de una larga lista de técnicos que terminaron su trabajo antes de lo previsto. Y, en su caso concreto, no sólo una vez…
Nacido el 22 de marzo de 1949, John Benjamin Toshack fue un jugador de fútbol galés que despuntó en el Cardiff City y que vivió sus mejores años como delantero centro en el Liverpool de los setenta. En 1978 fichó como entrenador jugador por el Swansea City, donde permaneció hasta 1983. Ya centrado únicamente en labores de dirección entrenó en Portugal al Sporting de Lisboa de la temporada 1984-85. Un año más tarde, en la campaña 1985-86, llegó al fútbol español para entrenar a la Real Sociedad. Toshack permaneció cuatro ejercicios con el cuadro donostiarra, al que llevó a ganar la Copa del Rey de 1987 y al que llegó a hacer subcampeón de Liga y Copa en 1988. Sus éxitos y un fútbol más que notable le sirvieron para convertirse en uno de los técnicos destacados del momento al tiempo que forjaba una imagen de hombre recto y duro que le abriría las puertas del Real Madrid en 1989.
John Toshack tomó las riendas de un Real Madrid que lo había ganado todo en España y que jugaba fabuloso. De la mano de Leo Beenhakker había maravillado con un fútbol excelente y en el último ejercicio del preparador neerlandés el equipo blanco ganó todos los títulos nacionales: Liga, Copa del Rey y Supercopa de España. El problema era Europa. Tres semifinales consecutivas en la Copa de Europa no eran suficientes para un Club que estaba obsesionado con aquella Séptima que no llegaba y que no llegaba… La eliminación con el Milán, además, fue muy dolorosa y terminó siendo decisiva para que Beenhakker no siguiese al frente de la nave. Muchos le consideraban un técnico algo blando y por ese camino fue por donde ganó enteros la opción de probar con un entrenador de mayor carácter. Un tipo con un poco más de mala leche y mano dura para tratar de incrementar el rendimiento del equipo. Insisto, el Madrid había ganado todos los títulos a nivel nacional en 1989, así que si se prescindía de Beenhakker era porque se pensaba en Europa. Algunas voces pensaban que sobre todo los integrantes de la Quinta del Buitre tenían que dar un poco más en Europa. Ya no estaban Camacho, Santillana, Juanito… Butragueño, Míchel, Sanchís y compañía pasaron a ser los cabecillas del equipo.
Quizás un entrenador como John Toshack le venía bien al Real Madrid. O quizás no… De Toshack recordamos sobre todo su peculiar modo de hablar, con aquel acento tan marcado y aquel castellano macarrónico tan particular y que nunca pareció evolucionar. Desde luego no se mordía la lengua y decía en público lo que pensaba, algo que quizás no fue bien entendido en el Club y que causó más de un roce con los jugadores. Las ruedas de prensa, desde luego, resultaban interesantes. Traducía expresiones inglesas al español, a su manera, y en ocasiones se metió en algún que otro fregado que podía haberse evitado. Sobre todo en su segunda etapa madridista, años más tarde. Pero Toshack era así. “Un cabrón simpático”, según sus propias palabras…
La temporada 1989-90 se inició con algunos titubeos en cuanto a posiciones de jugadores y sistema, aunque con el equipo respondiendo correctamente en Liga. El problema fue que en la Copa de Europa tocó el rival más fuerte antes de lo previsto. En primera ronda los blancos no tuvieron problemas para deshacerse del Spora de Luxemburgo, pero en octavos de final tocó medirse de nuevo al Milán, vigente Campeón y equipo que había eliminado unos meses antes a los de Beenhakker en semifinales con aquel doloroso 5-0. El duelo con el Milán llegó demasiado pronto, en el mes de octubre. En Italia se perdió 2-0 y en el Bernabéu se ganó con un 1-0 que resultó insuficiente para seguir adelante. A 1 de noviembre el Real Madrid quedó eliminado de la Copa de Europa, el gran objetivo por el que supuestamente se había fichado a Toshack. Obligado a centrarse en las competiciones domésticas el Madrid puso la directa a ritmo de goleadas. John Toshack encontró un once muy definido que todos los aficionados se aprendieron de carrerilla aquel año. Salvo sorpresa u obligación por alguna lesión o sanción, el Real Madrid de la temporada 1989-90 jugaba con Buyo, Chendo, Hierro, Ruggeri, Sanchís, Gordillo, Míchel, Schuster, Martín Vázquez, Butragueño y Hugo Sánchez. El equipo funcionaba y jugaba de memoria con una efectividad letal en los metros finales. Quién sabe lo que hubiese pasado si el duelo con el Milán llega a producirse más tarde y con un Madrid más centrado y rodado. Con Toshack el Madrid fue una apisonadora que consiguió el récord de goles de la Liga con 107 tantos, ganó la Liga con gran autoridad y accedió a la Final de la Copa del Rey, que se perdería jugando en inferioridad numérica con el Barcelona por expulsión. En cualquier caso, las sensaciones con el Real Madrid de la temporada 1989-90 fueron muy buenas.
Las cosas, sin embargo, cambiaron al siguiente año. Ya en pretemporada el técnico galés se olía que aquello no iba a marchar igual. El equipo, además, ya no era el mismo. Hubo bajas, algunas de ellas muy significativas. Martín Vázquez había rendido como nunca a las órdenes de Toshack. Pero ya no estaba. Bernd Schuster, con sus cosas, que las tenía, era uno de los mejores futbolistas europeos del momento. Pero ya no estaba. Tampoco terminaría estando el Campeón del Mundo Ruggeri, otra de las piezas de aquel equipo titular que nos habíamos aprendido de memoria. Y uno que llegaba para ser titular, Luis Milla, se fastidió la rodilla para varios meses. Vamos, que tampoco estaba. Entre eso y el lógico periodo de adaptación de los nuevos (Hagi, Spasic, Villarroya, Jaro…) el equipo ya no era el mismo. Y no lo parecía. El cambio de la década no le iba a sentar muy bien a un Real Madrid que había coleccionado Ligas pero que pareció perder la ilusión por ganar. Muchos aficionados cometieron el error de minusvalorar unos campeonatos ligueros que a partir de entonces ya no volverían a llegar con tanta regularidad como se había visto hasta entonces.
Desgaste, falta de motivación, fichajes fallidos, rivales más acertados… El caso es que la temporada 1990-91 tuvo poco que ver con los ejercicios anteriores. En la primera jornada de Liga se ganó 1-0 al Castellón, un marcador alejado de las goleadas protagonizadas en el Bernabéu unos pocos meses antes. Las críticas no se hicieron esperar y la cosa se puso peor con la primera derrota oficial de la temporada tan sólo una semana más tarde. 2-0 en Sevilla. El equipo pareció espabilar en las siguientes jornadas y ayudaron a levantar el ánimo los rotundos marcadores cosechados frente al Odense en la primera ronda de la Copa de Europa: 1-4 en Dinamarca y 6-0 en Madrid. Pero en la Liga las cosas se torcieron mucho en un desconcertante mes de octubre. Fueron muchos tropiezos seguidos con tres empates consecutivos (1-1 en Atotxa con la Real, 0-0 con el Logroñés en el Bernabéu y 0-0 con el Oviedo en el Carlos Tartiere). Toshack estaba en entredicho. En la Copa de Europa, de nuevo, respiro. Goleada 9-1 en la ida con el Tirol. Un oasis. Vuelta a la Liga y para cerrar el mes de octubre batacazo en la visita al Burgos, recién ascendido, con el que se perdió 2-1. Estaba claro que las cosas no marchaban bien. Cuarto clasificado en la tabla tras nueve jornadas y a cuatro puntos del líder, Barcelona, cuando las victorias suponían dos puntos. En la décima jornada se ganó 2-1 al Español y en la vuelta de Copa de Europa con el Tirol Innsbruck, con el pase ya más que certificado en el primer partido, se empató 2-2 para superar el trámite. El sábado 17 de noviembre de 1990 el Real Madrid se desplazó al Luis Casanova para jugar con el Valencia… Y perdió 2-1. La derrota disparó los acontecimientos. Después de tantos años de rodillo en la Liga nadie estaba acostumbrado a ver a un Madrid sexto en la clasificación, cerca de quedarse fuera de puestos UEFA y con 3 empates y 3 derrotas en el casillero tras disputarse sólo 11 jornadas.
No hubo más paciencia. El lunes 19 de noviembre de 1990 se hizo oficial el cese de John Toshack como técnico del Real Madrid. Comparecieron ante los medios de comunicación el propio Toshack junto al presidente Ramón Mendoza, los vicepresidentes Lorenzo Sanz y Mariano Jaquotot y el directivo Javier Gil de Biedma. La Junta Directiva del Club había acordado de forma unánime la rescisión del contrato del entrenador, una decisión que según relató Mendoza se alcanzó de mutuo acuerdo “y tras llegar al convencimiento de que la situación no podía seguir así por más tiempo”. Eso sí, el máximo mandatario blanco recalcó que se marchaba “el entrenador del actual Campeón de Liga y con el equipo clasificado para la Copa de Europa”. Toshack admitió que desde el día del empate con el Oviedo la incertidumbre había sido constante. “Los entrenadores ya sabemos cómo son estas cosas. Un día u otro puede llegar el cese”, indicaba el míster, que también apuntaba que al comenzar la temporada ya intuía que podría haber problemas. El galés admitió que le dolía dejar al equipo porque después de haberlo hecho Campeón de Liga consideraba que se había ganado el derecho de tratar de llevarlo en la Copa de Europa. No pudo ser. “Debo decir bien claro que el Real Madrid me ha hecho Campeón a mí, no al revés”, pronunció también con tono conciliador.
¿Mereció la pena el cese? ¿Se hubiese reconducido la situación de haber seguido en el cargo? Quién sabe… A Toshack le sustituyó como entrenador Alfredo Di Stéfano, que tampoco acabó una campaña que finalizó con Radomir Antic en el puesto. Aquellos fueron los primeros movimientos de banquillo de una década tremendamente convulsa en esa parcela. Nada parecido a lo que se había visto en décadas anteriores… John Toshack se marchó declarando que no volvería a entrenar al Real Madrid. Pero volvió. Mediada la temporada 1998-99 otro entrenador no logró mantenerse en el puesto, en aquel caso fue Guus Hiddink, y el sustituto fue el galés. Permaneció al frente del equipo desde febrero de 1999 hasta el mes de noviembre. Casi fue cesado el mismo día que nueve años antes. Su segunda etapa en el Madrid se cerró, concretamente, el 17 de noviembre de 1999. De aquella segunda y última etapa en el Club blanco datan algunas de las frases más famosas que nos dejó Toshack, aquella de que al final acababan jugando “los mismos once cabrones de siempre” y aquella otra del cerdo volando sobre el Bernabéu. Pero eso es una historia que contaremos en otra ocasión.
John Benjamin Toshack dirigió al Real Madrid un total de 100 partidos oficiales en dos etapas diferentes que abarcaron cuatro temporadas: 1989-90 / 1990-91 y 1998-99 / 1999-00. Ganó 1 Liga.
Texto: @Rancoma_
Fotos: Web oficial Real Madrid y Revista Real Madrid.