Ancelotti manda un mensaje contundente a sus jugadores
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Ancelotti sabe que ser entrenador del Real Madrid no es sencillo. La que parecía que sería una temporada placentera para Carlo, se presupone una de las más complejas
Dicen que juntar talento es una de las mejores noticias para los entrenadores y así lo es. Sin embargo, cuando no es fácil manejar una plantilla en la que todos los futbolistas son o apuntan a ser estrellas mundiales.
El Real Madrid ha configurado una plantilla de ensueño, en la que todos los futbolistas tienen la ambición de optar a ser titulares. Muchos de ellos ya han acumulado méritos para ser considerados como los mejores del mundo.
Manejar los egos de un vestuario, convencer a los futbolistas de que el éxito individual pasa por lo colectivo, es una tarea compleja. Ancelotti siempre ha sido señalado como un gran gestor, algo que en alguna ocasión, más que un halagado ha parecido un desprecio.
El italiano dirigió un Milán plagado de estrellas, un PSG que comenzaba su mega proyecto, el Chelsea de Abramovich, el Bayern de Münich y, sin ir más lejos, el Real Madrid de la BBC. Esta misión no le resulta novedosa.
A pesar de la experiencia del técnico en los vestuarios más prestigiosos del mundo, en su segunda etapa en el Real Madrid, Carletto construyó un equipo desde la humildad. Un equipo en crecimiento en el que se generó un ambiente espectacular en el que lo colectivo siempre fue lo más importante. Es ese contexto el que hizo que se diesen las condiciones perfectas para que futbolistas que eran proyectos hoy sean realidades.
En este inicio de temporada y tras las dos primeras jornadas, Ancelotti se ha mostrado serio en rueda de prensa.
Tras el empate en Mallorca no dudó en mandar un mensaje publico a su plantilla. Se mostró disconforme y muy crítico con la actuación de los suyos. Y no se refirió a aspectos tácticos del partido, el italiano señaló la actitud del equipo en el aspecto defensivo.
«No es un problema de uno, dos o tres, es un problema de un equipo que no ha entendido que esto era un problema en este aspecto».
Un toque de atención que el equipo pareció comprender frente al Valladolid, donde defensivamente el equipo fue capaz de presionar de forma ordenada y minimizando cualquier opción de los vallisoletanos.
Sin embargo, a pesar de la victoria por 3-0, Ancelotti volvió a mostrarse sorprendentemente serio. Tanto es así, que tras el encuentro contra los blanquivioletas dejó otro mensaje para sus jugadores.
En esta ocasión, el italiano aludió a la responsabilidad de los jugadores de solicitar el cambio cuando están cansados. Asumió su papel como entrenador y reconoció la dificultad de elegir un 11 titular cuando tienes una plantilla tan talentosa. Sin embargo, solicitó públicamente que los futbolistas que estén cansados lo reconozcan siendo responsables y honestos con los compañeros que están en el banquillo, más aún en jornadas con calor extremo. Este mensaje no debió sorprender al vestuario ya que el italiano reconoció haberlo hablado previamente con ellos.
Otro mensaje del italiano relacionado con la actitud y el concepto de equipo. Y es que Ancelotti no parece preocupado por el fútbol, más bien con la idea de que la plantilla se aleje de la formula que les ha acercado al éxito estas últimas temporadas.
Se desconoce si estos mensajes tienen que ver con actitudes que no le están gustando o simplemente son toques de atención preventivos para que la plantilla no se confíe.
Suelen decir que el halago debilita y parece que Ancelotti, acostumbrado al papel de poli bueno, está dispuesto a pegar más de un tirón de orejas para que el vestuario no se le vaya de las manos.
Como buen artista, el italiano defenderá su obra hasta las ultimas consecuencias. El éxito del funcionamiento de un grupo, reside en la esencia que emana de las sinergias humanas. Solo con trabajo, humildad, responsabilidad y sentimiento colectivo se genera el contexto perfecto para que todos brillen.
Los objetivos individuales llegarán a través de los colectivos y eso es algo que Ancelotti tiene claro y que ya ha demostrado a esta plantilla. El italiano sabe que es fácil emborracharse de éxito, sobre todo cuando el ruido externo no duda en adularte sin haber demostrado nada. Y es que ese halago es el más vacío de todos, porque del amor al odio hay un solo paso.
Ancelotti ha asumido el papel de padre, de eso que tantas veces han denominado como «gestor». Y es que más sabe el diablo por viejo, que por diablo y nadie tiene más experiencia en esto del fútbol que el bueno de Carletto.
Sabe que esto no es como empieza, pero es importante sentar unas bases claras sobre las que todos deben funcionar. La primera norma, más importante e inquebrantable es que aquí no existe un yo sin un nosotros. Sobre esos mimbres se construirá el alma de este equipo en un mundo que no tiene memoria y en el que cada temporada hay que reinventarse.
Lo que muchos dibujaban como un paseo para Ancelotti, se ha convertido en uno de sus retos más grandes. Pero podemos estar tranquilos, no podía haber nadie mejor para la misión de recordar a este vestuario los valores del Real Madrid.
Carlo ha empezado en serio, habrá que ver si los jugadores captan el mensaje.