Opinión | A Vinícius le tienen ganas
Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images
Vinícius vuelve a estar en el centro de todas las críticas, si es que en algún momento dejó de estarlo. Todo ello por un gesto a la afición de la Real.
Era el minuto 58 cuando Vinícius hacia el 0-1 de penalti. En su celebración, corrió hacia la banda y realizó el gesto de mandar callar a la grada del Reale Arena.
Minutos después, el brasileño provocaría el segundo penalti que transformaría Kylian Mbappé para el definitivo 0-2.
De nuevo, en los medios de comunicación y en las redes sociales, se señala al carioca como un provocador por su gesto. Y digo provocador en el mejor de los casos, ya que en muchos otros prefieren dedicarle insultos.
Imagino que de manera desinteresada se les ha olvidado señalar que la afición erreala se dedicó desde el minuto 1 a pitar al extremo madridista. No hay ningún problema, mientras no se cruce la barrera de lo deportivo están en su derecho de expresarse como quieran. Ahora, entiendo que en el contexto del fútbol, cuando una afición se centra en sibar a un futbolista, asume el riesgo de que pueda responderles. Más aún cuando lo haces con el mejor del mundo.
Entiendo también, que quien inicia el «conflicto» es quien provoca y que por tanto tildar de provocador a quien en su legítimo derecho responde en el contexto de un pique futbolístico, es confundir los términos. Imagino que de forma desinteresada, como todo lo que ocurre con Vinícius.
Imagino también, que este gesto que ayer realizó Vinícius, es el primero que hace un futbolista a una afición. Algo que jamás se ha dado en la historia del fútbol.
Y todo esto, sin ser Vinícius, ni escuchar todo lo que pudo haber escuchado ayer recorriendo sendas bandas del Reale Arena. Cuestión en la que no se debe de entrar, pues más allá de los silbidos, la afición de la Real no cometió ningún delito.
Algunos aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid, deslegitiman a Vinicius a la hora de pedir respeto frente a los insultos racistas. Imagino también que, responde a un pique futbolístico, se merece, para muchos, utilizar insultos racistas. Pues ese es el nivel.
Por cierto, muchos otros, incluidos algún madridista, hablan del pésimo nivel de Vinícius, supuestamente distraído con sus «batallitas». Por poner en contexto, ayer hizo el 0-1 y provocó el penalti del 0-2. Todo esto tras volver de jugar con su selección el jueves. No quiero imaginarme cuando vuelva a mostrar el nivel al que nos acostumbra.
La figura de Vini es tan grande, que ha aprendido a ser determinante sin jugar especialmente bien, lo que diferencia a los grandes jugadores, de los superclase.
El brasileño vuelve a protagonizar todas las críticas, algo a lo que ya debe haberse acostumbrado. También a la manipulación de lo que sucede a su alrededor, lo que funciona como una máquina de odio.
Todo este debate, no parece haber estado ayer presente entre los futbolistas de ambos equipos. Vinícius saludó uno a uno a los jugadores de la Real, dejando claro que lo que sucede en el campo (dentro de los parámetros de lo futbolístico) se queda en el campo.
A Vinícius le tienen ganas y es completamente normal. Es el mejor del mundo y juega en el Real Madrid. Lo único, que las aficiones rivales deben pensarse el si pitarle es la mejor opción, pues todo eso Vinícius lo devuelve en su contra.