Opinión | Zidane, ¿a qué juega este Madrid?
“A nada”, dirían los más escépticos; “a tirar centros”, dirían los más simplistas; “a retomar su mejor juego”, dirían quizá los más realistas; “a mucho, solo falta suerte”, dirían incluso los más optimistas. En lo personal, creo que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Este Real Madrid está jugando a lo mismo.
Lo preocupante -y que Zizou pareciera no querer aceptar- es que jugar a lo mismo con los mismos ya no es igual. Las piernas de Modric no son las mismas de hace tres temporadas, así como el despliegue de Marcelo no es ni remotamente comparable, o la solidez de Varane en la zaga central; cada jugador, desde el desgaste físico que suele traer consigo el tiempo cuando ya tienes cierta edad y desde el desgaste mental y emocional que significó la temporada pasada -una de las peores en la historia del club, vale acotar- ha visto cómo la vorágine del tiempo y la falta de ideas para readaptarse le han pasado por encima. Muchos jugadores, de quienes cuya calidad no se pone en duda aunque sí su compromiso, no son los mismos de la primera era de Zidane. Todo esto aunado también a la ausencia de la pieza central de aquel equipo: Cristiano Ronaldo.
Esta pretemporada ha sido un invierno de dudas, cuando en realidad debió servir como un verano de respuestas y aclaratorias a algunos puntos que no estaban -ni están- claros. Zizou probó en par de ocasiones la línea de tres centrales, que a título personal me parece que podría funcionar. ¿El problema? Ninguno de los tres centrales ha jugado de esa manera en mucho tiempo. Y la falta de química, tanto entre los tres jugadores -que recién coinciden en el campo- como con un sistema no probado anteriormente, pasaron factura: el Madrid lo pasó mal ante el Salzburgo y ante la Roma. Zidane recapacitó para la segunda mitad en Italia y retomó la línea de cuatro. No es cuestión de cantidad sino de calidad, no se trata de cuántos pongas a defender sino de quienes lo hagan, lo hagan a cabalidad. Y esto es algo que debería entender el entrenador francés a estas alturas.
Muy probablemente el sistema con el que se acopló de mejor manera el equipo fue con el 4-1-2-3-1, que se traduce así: línea defensiva con Carvajal, Varane, Ramos y Marcelo; en el medio, como contención, Casemiro; le siguen Modric y Kroos un poco más sueltos; después una línea de tres: uno en cada banda y un mediapunta; para finalizar con Benzema o Jovic como delantero centro. Este sistema o el típico 4-4-2 con Benzema y Hazard en punta (lo que vendría a ser más un 4-4-1-1) creo que sería el de mayor equilibrio para el club blanco, con la variante de que Jovic podría unirse y hacer de 9 con Karim como custodio a sus espaldas y retrasar un poco a Hazard o ponerlo en la banda.
¿Lo preocupante? El equipo ha largado a varios futbolistas y al parecer la lista no ha concluido; esto sumado a que no ha podido concretar ningún fichaje: James no es del agrado total de Zizou, pero tampoco llega otro medio y ya Kovacic y Ceballos están jugando en Londres, por ejemplo. No se sabe nada de Pogba, de Eriksen o de Van de Beek. Lo cierto es que son muchísimas las dudas, pero muchísimas en comparación con las respuestas.
Cuando Zidane asumió el cargo tras Rafael Benítez, dudas era lo único que teníamos. Y aun así, el entrenador galo supo brindarnos las respuestas en el campo, metro a metro, decisión a decisión. ¿Será igual esta vez? ¿Podrá devolverle el hambre a quienes ya disfrutaron del banquete con él hace unos años? ¿Quiénes terminarán por irse? ¿Quiénes llegarán? ¿Con qué formación alinearemos? ¿Será que esta vez la defensa podrá estar sólida? Todo esto -y más- cuando el debut liguero será dentro de algunas horas. Para entonces, esperemos que Zinedine Zidane sepa decirnos a qué juega este Real Madrid.
Texto: Simón Antonio do Couto
Foto: COPE