Opinión | ¿Donde está la revolución?
Regresó Zidane al Madrid en marzo cual Mesías que iba a devolver a los creyentes blancos la fe perdida. Eliminados en Copa y Champions y con la Liga imposible, se dio por buena la teoría de que la vuelta de Zizou estaba más enfocada a preparar la campaña 2019-2020 que a tratar de salvar los muebles en aquel curso. Se dijo que la presencia del técnico en la caseta iba a servir para conocer de primera mano los problemas que tenía el equipo, qué jugadores se habían abandonado y cuáles estaban en condiciones de brindar nuevas alegrías a la parroquia merengue.
Cinco meses después, queda claro que el efecto gaseosa de la llegada de Zidane se ha esfumado, y que en el ambiente solo queda una sensación de bochorno, la amenaza de una tempestad que puede dejar en un pequeño chaparrón el 3-7 encajado en el derbi veraniego de la International Champions Cup. En esta tesitura, el Madrid ha gastado algunas de las grandes cartas que tenía en la manga (la presentación de Hazard, por ejemplo) y parece que se encamina hacia una temporada que puede ser un verdadero calvario.
Junto a la falta de gol y la fragilidad defensiva, el gran mal que sufrió el Madrid el año pasado fue el bajo rendimiento de su centro del campo. Casemiro no alcanzó su mejor nivel, quizás lastrado por la falta de ritmo; Kroos se pareció en poco o nada al de las temporadas anteriores; Modric solo brilló en la ceremonia del Balón de Oro; y los supuestos reemplazos, como Ceballos y Llorente, no tuvieron la continuidad deseada. Por eso, la lista de convocados de Zidane para el amistoso en Salzburgo era sintomática: sólo cuatro centrocampistas puros.
Quizás sea un aviso del entrenador galo a la directiva, un mensaje que quizás sea respondido con las llegadas de Van de Beek y Pogba. Todo lo que no sean estos dos fichajes, especialmente el del francés, sería fallar a las peticiones de Zidane y, por tanto, comenzar la temporada con muy mal pie. Porque, si el técnico lleva en la casa blanca desde marzo, ¿por qué no se han acometido antes ciertas contrataciones? ¿Falta sintonía entre la zona noble del Bernabéu y Zidane (veánse los casos de James y Bale)?
Demasiadas preguntas para tan pocas respuestas. Lo único cierto es que, a 7 de agosto, el Madrid tiene menos efectivos en el centro del campo que la pasada temporada y que la apuesta de Zidane por jugadores que le llevaron a lo más alto (Isco, Marcelo, Kroos…) parece estar muy lejos de la revolución que la afición demanda, porque no es cuestión de saber si a estos jugadores les queda fútbol en las botas, sino si tienen el hambre suficiente para volver a dominar en Europa y a pelear por la Liga. Es lo mínimo que se le puede exigir a alguien que se pone esta camiseta y la grada, desde luego, no tolerará otro curso de tan pobre rendimiento como el pasado. Así que, Zidane, ¿dónde está la revolución?
Foto: Realmadrid.com