#Opinión | Zinedine Zidane, el número 12 del Real Madrid
Irse, la mayoría de las veces, es la opción más fácil de tomar. Para este señor no fue así en el momento en el que decidió marcharse del banquillo del Bernabéu con tres Copas de Europa consecutivas en sus tres años como jefe del equipo blanco, para mencionar lo más importante que consiguió. Dejar al equipo tras esa hazaña ha debido significar una de las decisiones más difíciles para ‘Zizou’ en toda su carrera, tanto como jugador como entrenador. Pero es en esas circunstancias cuando las leyendas saben apartarse y decir adiós. Al menos por un tiempo.
Zidane era uno de los símbolos del madridismo; inmortalizado desde aquella volea en Glasgow contra el Leverkusen. Llegó a la silla de DT cuando esta ardía en llamas tras un primer semestre estrepitoso, pero esa historia ya la conocemos. Lo que quiero resaltar son las agallas que tuvo un señor que apenas había comenzado su carrera como entrenador hacía muy poco tiempo. Sin embargo, demostró que “aunque no sea el mejor tácticamente”, como bien lo dijo en alguna rueda de prensa, tiene algo más, algo que quizá nunca sabrá ni sabremos explicar en el futuro. Es la simplicidad con elegancia, como ese mismo gol que nos dio la Champions contra los teutones; es la claridad que tiene para saber apoyar a sus jugadores cuando estos más lo necesitan… Es ser, antes que entrenador, nuevamente un jugador, solo que desde el banquillo.
El galo se atreve nuevamente a tomar un banquillo en llamas y que ya “calcinó” a quienes consideró dos grandes entrenadores, a pesar de los pesares: Julen Lopetegui y Santiago Solari. Aunque de ideas contrastadas, ninguno supo aplicar su estilo al 100% en el club. Luego tenemos a este “don nadie”, como le llamaron muchos cuando se sentó por primera vez en esa silla, un “don nadie” que ganó prácticamente todo en tres años. Un “don nadie” que dejó de ser un símbolo del madridismo para ser una leyenda dentro del club como jugador y como entrenador. Un “don nadie” que le ha enseñado a todo el mundo del fútbol que el amor por una camiseta, por un escudo, por una institución no se pierde cuando dejas de ser futbolista. Un “don nadie” que regresa como Don Zinedine Zidane, el jugador número 12 de un equipo que si algo necesita es espíritu, es recobrar el aliento y rememorar lo que significa el madridismo. ¿Y quién mejor que ZZ para revivir la caballería?
Texto: Simón Antonio do Couto