
REAL MADRID
La Fábrica madridista había malacostumbrado al aficionado en los últimos años en lo que a baloncesto se refiere.
Dos títulos europeos (AdidasNextGeneration Tournament) elevaron al club blanco a lo más alto del baloncesto de formación continental. De esa generación ya hay dos jugadores, Hugo González y Egor Demin, contando con minutos en la NBA en Boston y Brooklyn respectivamente. Además de que varios como Diagne (Gonzaga), Vide (Loyola), Duru (Texas)… pueblan una NCAA que está más de moda que nunca. Sin embargo, la situación actual del junior es bien distinta en un año novedoso con el estreno de la Liga U22.
El Real Madrid no ha ganado un Campeonato de España Junior desde el año 2019 con Usman Garuba como MVP. Un total de cinco finales consecutivas perdidas con episodios como la derrota de 39 puntos en 2021 o de 26 puntos en 2024, ambas ante el Barça. Seis años de sequía nacional que se han camuflado con el éxito europeo, pero que ahora dibujan un contexto desolador. Este pasado viernes en la Ciudad Deportiva del Real Madrid se reflejó a la perfección la situación de esta temporada. Los de Salinas pasaron por encima de los blancos no sólo por físico, también en intensidad, claridad de ideas y acierto desde el triple.

El refuerzo de Egor Amosov este verano ha sido un acierto total, un jugador al que le gusta cargar con el protagonismo y que se ha echado el equipo a la espalda. Sin embargo, el conjunto dirigido por Javi Juárez necesita mucho más si quiere dar un paso adelante. Frolov, Kutluay, Krohnert o Rupérez han dejado destellos interesantes, pero necesitan fortalecer el físico para dar el siguiente paso.
Rhys Robinson y Toni Garma son las dos esperanzas de La Fábrica, ambos de categoría cadete pero ya están consolidados como como grandes apuestas de futuro. Por ellos pasa el futuro de la cantera además de la incógnita que a día de hoy supone Fabian Kayser en el apartado físico. El alemán sólo ha jugado dos partido de Liga U con promedios de 20 minutos y 7 puntos.