#SentimientoReal | A otros no le habría pasado
A Piqué no le habrían pitado el penalti que le señalaron a Casemiro. A Busquets no lo habrían expulsado como a Lucas Vázquez. A Luis Suárez no lo habrían amonestado por protestar como a Modric. A Messi sí le habrían indicado el penalti a Vinicius que no quisieron ver. Esto es así. Lo vemos una jornada sí y otra también. Temporada tras temporada. Sin el VAR y con él. Disimularon un poco al inicio del campeonato, pero ya van a por todas. Sin piedad, sin vergüenza, a cara descubierta. Total, todos sabemos quiénes son. Conocemos sus nombres, sus apellidos y su oficio: el antimadridismo.
El Madrid, que no juega a nada esta temporada, trata de sacar sus partidos adelante con arreones que a veces le suponen goles a favor y otras en contra. El Madrid, que algunos domingos sale a hacer el vago por los campos de España, trata de sacudirse la pereza y durante algunos minutos domina al rival. El Madrid, que no sabe dónde está ni si va a comparecer esta temporada en Liga, ha ganado partidos por la inercia de ser mejor sin merecerlo y los ha perdido por su exceso de confianza en el escudo. El Madrid, que arrastra complejos y dudas, es consciente de que a la primera de cambio va a ser perjudicado por los árbitros y salir a jugar con esa certeza es frustrante y te lleva a la impotencia. Porque los jugadores lo saben. Porque ya no es sólo un penalti o una expulsión, no hay que irse tan lejos, simplemente basta con ver las faltas que se le señalan al rival y la nula rigurosidad a la hora de mostrar tarjetas amarillas.
El VAR no ha mejorado nada ni lo hará mientras sea el antimadridismo quien maneje sus hilos. Pensamos que sería diferente, pero es más de lo mismo. No existe la justicia arbitral con el Real Madrid. El mejor club del mundo calla, guarda silencio al respecto. El madridismo brama, le hierve la sangre. El periodismo miente, oculta y tergiversa. Otra Liga que ya es historia en enero. Otra para la colección de Messi, que no tiene ni que sudar para ganarlas. No es cuestión de entrenadores ni el factor arbitral ni las ganas de los jugadores. No es cuestión de victorias mi madridismo, que supura ante las injusticias, se duele en las derrotas y se renueva cada día.
Foto: La Vanguardia