#Opinión | Carta a Campazzo: Facu, esto es ser del Madrid
Navidad, blanca Navidad. Y, pese al año nuevo, la vida sigue igual. El Real Madrid entre ceja y ceja. Las teorías conspiranoicas siempre encima de la mesa. Al fin y al cabo es sobrevivir entre villancicos y victorias del Madrid. Entre mazapanes y campañas agresivas contra jugadores de un mismo equipo.
Al final, Facu, esto es ser del Madrid.
Da igual que seas argentino. Y que hayas jugado con equipos como UCAM Murcia. Porque todo eso es diferente a ser jugador del Real Madrid. Ya lo irás comprobando en la larga carrera que te queda en la capital defendiendo el escudo del mejor club del mundo.
No es que te odien por tu forma de ser, sino por tu forma de vestir. Pregunta a tu compatriota y amigo Nocioni. Tuvo que soportar también el calvario baskonista y del resto de España por lo mismo. El pasado era eso, un simple pasado ennegrecido por vestir de blanco. Vaya paradoja.
O también que te cuente Luka su escasa y exitosa etapa en el primer tiempo. Cómo provocaba. Cómo calentaba el ambiente. Era un simple niñato al que la fama le había cambiado. Era el representante de los valores pedantes y egocéntricos que se aplican en los equipos de formación del Real Madrid.
Incluso a Rudy Fernández, que sigue a tu lado en el vestuario. Jugador histórico de la Selección pero otro provocador. El blanco le come las entrañas, le convierte en una bestia sin sentimientos a la que no le importa el deporte, sino ser protagonista a base de caldear el ambiente rival. Fíjate que algunos justificaron hasta una agresión.
Ahora, salvo este último, todos son respetados. Uno ya era histórico, pero quizás su paso por el Madrid había restado valor al resto de su carrera. Y el otro no para de asombrar en la NBA. Con los valores, estos tan repugnantes y repelentes, que le hacen acordarse de un niño con el que había tropezado o a colocar tapones sin miedo a su ídolo LeBron.
Jugar en el Madrid es un deporte, pero de riesgo. Con esa simple firma se puede echar al traste toda una trayectoria profesional. Es jugar con fuego, con el diablo. Solo que, por suerte, se cuenta con el respaldo infinito, incansable, insaciable, irrebatible de un madridismo fiel y atronador.
Ese que te llevó a pelear por el MVP donde arrasaste en los votos de los aficionados. El que te ha defendido desde tu llegada pese a las dudas que muchos intentaron verter. El Madrid es ganar, es disfrutar, es sufrir y pelear. Es sobrevivir a la cacería de las redes, la prensa y las aficiones que no consiguen que el cuento blanco siempre acabe igual.
Foto: El Español